FÉLIX FLüGEL GONZÁLEZ

SUMARIO: 1. Presentación – 2. La llegada del cine a Santa Victoria -3. Las primeras exhibiciones en Chuy y 18 de Julio – 4. Los pioneros del cine fronterizo – 5. Los tiempos de mayor esplendor – 6. Algunas anécdotas – 7. Un mismo sueño y dos realidades diferentes -8. El fin

1. Presentación

Esta historia comienza en 1839 cuando Joseph N. Niepce logró obtener la primera fotografía. De ahí en más ese nuevo invento se perfeccionó y difundió en forma muy acelerada. Hacia finales del siglo XIX ya estaba totalmente socializado. El poder obtener imágenes de la vida real y reproducirlas animó a otros inventores que estaban preocupados por captar el movimiento.

Imagen del Cine Ariel – antes llamado Principios- del año 1981 cuando Chuy era una villa y aún no se presagiaba el final que tendrían las salas cinematográficas a consecuencia del avance tecnológico

Entre 1890 y 1895, en varios países, se registraron diversas patentes para ofrecer al público “imágenes en movimiento”. Podemos decir que el cinematógrafo hace eclosión tras la primera proyección pública que organizaron los hermanos Auguste y Antoine Lumière el 28 de diciembre de 1895 en París, en el Boulevard de los Capuchinos. Aquellas imágenes se proyectaron en un pequeño salón causando sorpresa y temor entre los espectadores presentes. Con “La llegada del tren a la estación” algunos creyeron que el mismo iba a salir de la pantalla y se levantaron de sus asientos.

La llegada del tren a la estación es el primer film de la historia

De ahí en más las proyecciones se difundieron a otros países llegando rápidamente a Uruguay. Aquí se realizó la primera exhibición el 18 de julio de 1896, menos de siete meses después de la que realizaron los hermanos Lumière en París. Desde entonces y hasta 1919 todo dependía de proveedores franceses y de un emprendedor austríaco.

En 1911 el italiano Riccioto Canudo consideró al cine como el séptimo arte. En 1926 surgió el primer intento de cine sonoro que se concretó con mejor nivel al año siguiente con la película “El cantor de jazz”.

Contrariamente a lo que podríamos suponer, al noreste del departamento de Rocha el cine llegó por el Brasil, más concretamente desde Santa Victoria del Palmar. Por eso nuestros relatos abarcan la región fronteriza. Aluden a los avances tecnológicos, a ese mundo mágico de la cinematografía que deslumbró a los espectadores y generó vivencias únicas e intransferibles. Nos permiten recordar toda una época donde los hechos y las anécdotas refieren a aquella vida pueblerina que hoy evocamos con nostalgia.

2. La llegada del cine a Santa Victoria

A comienzos del siglo XX, la vecina ciudad brasileña de Santa Victoria del Palmar tuvo una interesante actividad cultural. Compañías extranjeras de zarzuelas, dramas y comedias pasaban por allí para tomar luego las embarcaciones en el puerto de la Laguna Merín y proseguir viaje hacia el interior del Brasil.

Se creó una agrupación teatral (la Sociedad “Thalía”) que fue el germen para muchas actividades artísticas. En el transcurso de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) se fundó el primer cine, el “Ideal Vitoria”. Funcionó en un galpón de madera en la calle Conde de Porto Alegre, proyectándose películas sin sonido. Ese local tuvo un trágico final ya que fue consumido por las llamas en el transcurso de 1923.

Posteriormente abrió sus puertas el “Cine Radium”, propiedad de Waldemir Pereira. Después fue adquirido por Pedro Venturini, quien le dio el nombre de “Ariel”. En estos cines teatros se sucedieron las actividades artísticas de la Sociedad Thalía además de las exhibiciones de películas mudas y sonoras.

En 1922 se iniciaba la construcción del “Cine Teatro Independencia” frente a la plaza principal de aquella ciudad, siendo terminado recién en 1929. Poco después el empresario de ese local, Mario Martins, ideó un proceso sonoro para las películas mediante un aparato semejante a una vitrola. El mismo fue abandonado debido a su precariedad y sustituido por una pianola alemana que ejecutaba diversas composiciones musicales grabadas en un cilindro blanco giratorio. Funcionaba mediante un dispositivo eléctrico y disponía de jazz, piano y otros instrumentos.

Fue en el Cine Teatro Independencia de Santa Victoria que en 1936 se inauguraron los más modernos aparatos con dispositivos de sonido adquiridos por la firma “Waithon of Brasil”.

3. Las primeras exhibiciones en Chuy y 18 de Julio

Teniendo en cuenta los estrechos vínculos de Chuy y 18 de Julio con Santa Victoria, podemos inferir que algunos pobladores se aventuraron hasta la vecina ciudad brasileña para apreciar las primeras películas. Deslumbrados por el “séptimo arte” no tardaron en coordinar eventos para que pudieran realizarse funciones también en esta zona del noreste rochense.

En los libros de actas de la Comisión de Fomento de la Escuela Nº 28 de Chuy encontramos las primeras referencias a la proyección de películas en esta frontera. Según se consigna, con motivo de la celebración del centenario de la Jura de la Constitución el 18 de Julio de 1930 se cumplió el siguiente programa: “A la salida del sol Himno Nacional y salva de cohetes y bombas. Desfile escolar. A la hora 8 y 30: Fiesta escolar con cantos patrióticos y declamaciones. Reparto de dulces y banderas nacionales, artiguistas y de los “33” a los niños. A las 14 horas carreras de sortijas con premios y juegos a los niños. A las 16 reparto de carne y pan a los pobres. A las 20 exhibición de películas al aire libre”. Es éste el más antiguo documento que habla de la proyección de filmes en el núcleo poblado de Chuy. El 24 de agosto de ese mismo año, como parte de las celebraciones del aniversario de la Independencia Nacional se realizó una nueva función de cine al aire libre. Imagínese el lector a los pobladores, presenciando fascinados aquellas imágenes en movimiento mientras soportaban estoicamente el frío invernal.

Respecto a lo que sucedía en el pueblo 18 de Julio, en el libro “San Miguel. ItaPurajeiTavá” los autores afirman que allí, el primer cine “se inauguró el día dos de setiembre de 1934”. Los dueños de esa empresa fueron Miguel Gatti y Venturini. Los operadores fueron Pedro Fernández (“Tito”) y el propio Venturini, quien tenía los conocimientos técnicos.

Lucio S. Ferreira recuerda que“la función se realizó en el Club Social, que ocupaba por entonces la casa de la sucesión de Don José Gatti, frente a la Escuela Nº 12. En esa ocasión se hicieron tres agujeros en la pared. El más grande fue para la proyección, de manera que el haz luminoso no fuera obstruido por las cabezas de los espectadores, pues se construyó una plataforma de tamaño suficiente para la máquina (proyector) y demás elementos necesarios. El motor que producía la corriente se encontraba instalado en el piso”.

Carátula de una revista destacando este film de 1926 que se proyectó en 18 de Julio (San Miguel) ocho años después.

Aquel día se proyectó la película con una máquina a manivela, todo lo cual fue traído desde Santa Victoria “si mal no recordamos por Venturini y con la activa participación del farmacéutico Pradere, de Miguel Gatti y probablemente del Dr. Héctor Lucián Canzani”. La película se llamaba “La represa de la muerte” con George O´Brien y Janet Gaynor como actores principales.

El cine aún no tenía banda sonora. Debido a esto el grupo musical del pueblo hacía ejecuciones no sólo para entretener a los espectadores durante el intervalo sino que cuando era posible se seguía el desarrollo de la película. Orlando Mena – uno de los ejecutantes – hizo una marcha a la que intituló “La represa”. Los instrumentos usados en ese tiempo eran guitarra, violín, mandolina y batería. Algunos músicos del pueblo que se alternaron en esos años para cumplir con esta tarea fueron además del citado anteriormente Osvaldo Faget, Machado, Nela Gallego, Manuel Pereyra y Walter Pereyra Abreu.

El cine era mudo y había que acompañarlo con música en vivo, generalmente se hacía con la interpretación de un vals. También desde Santa Victoria venían músicos. Me acuerdo de un enano al que le llama-ban ‘El Dorado’que tocaba la guitarra, a otro le decían ‘Finsoca’ y tenía una flauta…” narra Lucio Ferreira.

En ese tiempo Santa Victoria era la mayor población de esta región fronteriza y tenía supremacía cultural, incluyendo todo lo relacionado con el “séptimo arte”. Empezaron a llegar algunas películas a color basadas en el invento del británico George A. Smith que lograba el colorido del celuloide con la mezcla aditiva del rojo y el verde. Poco a poco se fue pasando del cine mudo al sonoro y Greta Garbo era la gran diva de la pantalla.

4. Los pioneros del cine fronterizo

En la lista de los precursores e impulsores del séptimo arte en el noreste rochense están entre otros Jorge Calvete Ayestarán, Washington Diego, Ramón y Elvira Rotta, estos últimos del lado brasileño.

Según el testimonio brindado por Dea Fossati Silveira en entrevista concedida al Semanario “Zona Chuy”, el cine se “instaló” en Chuy en la década del 40. Jorge Calvete promovía la proyección de películas en el local del Club Social, tarea que luego realizó Washington Diego. Allá por 1948 llegó a la zona la “Compañía Uruguaya Filmadora y Exhibidora” (C.U.F.E.) que proyectaba películas en el Club Social de 18 de Julio. Sin duda es la misma compañía que ofrecía funciones en Chuy, a impulsos del Prof. Jorge Calvete.

Washington Diego siguió después como concesionario de C.U.F.E. hasta comienzos de la década del 50. Anduvo con su “cine ambulante” ofreciendo espectáculos en los clubes sociales de la zona. A fines de 1949 logró interesar a Ariel Lasa para que continuara con esa actividad en Chuy y 18 de Julio mientras él abriría su propia sala en el balneario La Coronilla.

Diego fue vocacional, amante del cine y de su profesión, pero además consecuente impulsor del séptimo arte. El semanario “Pregón del Este” resaltaba sus facetas altruistas. Decía en 1955 que el señor Washington Diego Vega “se ha dedicado durante mucho tiempo a brindar una función semanal gratuita a los niños y adolescentes de La Coronilla”. Comunicaba además que “después de una década de labor logró edificar un bonito local para sala de cine”. A poco de inaugurado, en ese local y en una pista al aire libre allí existente, se realizó el baile de fin de año cuya finalidad fue recaudar fondos para contribuir a la creación de la Escuela Industrial Regional a instalarse en Castillos.

En la nómina de aquellos pioneros del cine fronterizo hay un sitial de privilegio para los hermanos Ramón y Elvira Rotta.

El edificio del cine de La Coronilla construido en 1955 por iniciativa de Washington Diego

Habían venido desde Paysandú, en la década del 40 del siglo pasado, dedicándose aquí a actividades comerciales. Fueron ellos quienes construyeron el Cine Teatro Río Branco, la primera sala diseñada específicamente para ese tipo de espectáculos. Anteriormente se habían adaptado algunos locales para las proyecciones con equipos que se traían desde Santa Victoria. Entre otras, estuvieron la casa de la familia Gatti Dinegri en 18 de Julio, el Club Social Luz y Vida en Chuy (del lado brasileño) y el Club Social Chuy (del lado uruguayo).

Las salas cinematográficas trascendieron como centros difusores de cultura y sitios preferidos por la sociedad del siglo pasado.

5. Los tiempos de mayor esplendor

Las décadas del 50 y del 60 fueron de un gran auge cultural en Chuy. En el Club Social, fundado en 1941, se realizaban reuniones bailables, fiestas, espectáculos musicales, representaciones teatrales y gimnásticas, conciertos, muestras artísticas y proyección de películas que reunían a la población.

Por otro lado, la inauguración de los servicios de energía eléctrica en 1947 y la creación del Liceo de Chuy, en 1954, vinieron a dar un mayor impulso a todas esas actividades. Jorge Calvete y Voltaire Barboni – entre otros- veneraban el “séptimo arte” y trataron de difundirlo. Mientras tanto, el Rotary Club Chuy impulsó la idea de crear un Cine Club, lo que se concretó el 1 de diciembre de 1955. Ese día se proyectó un documental y la película “Amore” de Roberto Rossellini. Durante ese mes se llevaron a cabo otras funciones con una “selecta programación” a base de películas documentales como “Artigas, el Protector de los Pueblos Libres”que contó con comentarios del Dr. Eladio Aristimuño quien por entonces era el Director del Liceo de Chuy.

En enero de 1956 Cine Club organizó funciones tanto en Chuy como en La Coronilla. En ésta última localidad se inició el 26 de enero cobrándose una cuota a los socios de $0,50 por mes. A partir del mes de febrero de ese año se resuelve que habrá dos funciones mensuales en Chuy, que serán los días jueves y una en La Coronilla, aclarándose que no hay fines de lucro ya que todo lo que se hace está en función de los aportes realizados por los socios. La vida de estos Cine Clubs fue breve.

En 1967 desde la Asociación de Estudiantes Gustavo A. Volpe y un grupo de Profesores del Liceo de Chuy se impulsó la creación de un nuevo Cine Club que brindó funciones en el Club Social. Aunque todos ellos no tuvieron la continuidad deseada, contribuyeron a un mayor conocimiento, difusión y valoración del “séptimo arte”.

6. El Cine Teatro Río Branco (1949-1952)

Entre 1947 y 1949 se proyectó y comenzó a construir el primer local destinado a cine teatro. El mismo se levantó en Chuí, Brasil, con frente hacia la calle Internacional. Caetano Rotta afirma que “Ramón, mi padre, y tía Elvira fueron los que hicieron ese cine. Ellos se lo arrendaron a un sr. Serrano y a Joao Botto, dueño de la Librería Globo de Santa Victoria del Palmar. En ese tiempo el que manejaba las máquinas de proyección era Marzal, pero no recuerdo el apellido.

El padre de él era mago y hacía espectáculos en ese cine. Cuando no había actuaciones en vivo se pasaban películas. Esa firma duró unos tres años (desde 1949 a comienzos de 1952). Fue en este último año que “mi padre y mi tía se hicieron cargo del cine. En esa época no había luz eléctrica en Chuí (Brasil) por lo cual el cine usaba motores propios (…) y era una lucha con esos motores.Yo tenía quince años y empecé como operador. Era el encargado de proyectar las películas. Recuerdo que las más conocidas eran las de Tarzán, Cantinflas y las mexicanas: Tin Tan (cómicas) y las que interpretaban Pedro Armendáriz, Miguel Aceves Mejía y Pedro Infante. Las producciones eran de los sellos Pelmex (México), Sonofilm (Argentina), Columbia Pictures, Warner Bros y Century Fox (Estados Unidos). Unos años después empezaron a aparecer las películas en Technicolor, ya era otra cosa… Se llenaba el cine”

Ramón y Elvira Rotta, los dos hermanos que hicieron construir el Cine Teatro Río Branco, en la frontera del Chuy, del lado brasileño

Julio Dornel señala que “Las películas eran traídas de Porto Alegre por la playa o desde Santa Victoria del Palmar, adonde llegaban en un avión de Varig.

Luego las traía a Chuy Caetano Rotta, en un automóvil Opel 38, lo que generaba una situación económica insostenible para la época. El cine disponía de sillas y butacas, como así también de varios generadores a nafta, diesel y un tractor para asegurar el abastecimiento energético.”

En este Cine Teatro Río Branco actuaron también grandes artistas uruguayos y brasileños. Entre ellos destacamos al cantante Carlitos Roldán y al por entonces célebre conjunto brasileño “Los Ángeles del Infierno” de Río de Janeiro.

En 1952 se construyó una nueva sala del lado uruguayo, la del Cine Principios, que empezó a competir con aquel. Años después los hermanos Rotta debieron abandonar el emprendimiento porque económicamente resultaba insostenible.

Hacia el frente, sobre la Avenida Internacional hay actualmente dos locales comerciales, detrás todavía se ve el techo de tejas del antiguo Cine Teatro Río Branco.

7. Cine Principios (1952 – 1975) y Cine Ariel (1975 -1986)

Aunque tuvo dos nombres diferentes, por su trayectoria, fue la sala cinematográfica más importante de la zona. Se trata del cine fundado en enero de 1952 por Ariel Lasa Uriarte con el apoyo de su esposa Dea Fossa-ti. En el comienzo las películas se proyectaron en el Club Social, mientras se construía el local propio sobre la Avenida Internacional. El constructor de esta obra fue Manuel Luna y tenía como peón de mano a “Bililí” Amaral. El padre de Dea – Silvio Fossati – fue el encargado de supervisar los trabajos. Las paredes se levantaron con ladrillos hechos por los hermanos Lima, se asentaron en barro, sin vigas y fue techado con chapas de dolmenit.

En el interior del local se colocaron 200 sillas de paja, compradas en el antiguo comercio de ramos generales de Elvira Rotta. El 3 de octubre de 1952 en la sesión inaugural se proyectó aquí el exitoso film mexicano “Las abandonadas” con Dolores del Río y Pedro Armendáriz. El proyector era una sola máquina de 16 mm. que implicaba – según testimonio de Dea – “recoger manualmente toda la cinta y continuar con el siguiente rollo sin cometer errores”. Ariel Lasa recordaba que ese día la entrada costó 15 centésimos para los menores y 25 centésimos para los mayores. El primer boletero fue Tomás Corbo y el caramelero (vendedor de golosinas) Wilson Rodríguez (el “Negro”).

En 1955 comenzó a exhibir películas en “Magicolor”, un adelanto anterior al “Technicolor” que recién llegaría años después para “deslumbrar” a los espectadores. Hacia mediados del año 56 predominaban las películas argentinas e italianas y algunas americanas y suecas. En su edición del 7 de setiembre de 1956 el periódico local “Clarín del Este” destacaba “el buen momento por el que atraviesa el cine fronterizo”.

En febrero de 1956 se anunciaba la renovación que tendría el Cine Principios en su sala, con butacas y un proyector de películas de 35 mm. En mayo de ese mismo año se produjo la actuación del celebrado grupo folclórico Vidalita de la ciudad de Castillos, “disciplinado conjunto con extraordinario sentido artístico que lo coloca entre los más destacados del país en su género”-según afirmaba el periódico chuíense.

El Cine Principios tuvo 4 máquinas marca AMPRO (2 eran a lámpara y 2 a magnesio) que fueron compradas al Cine 2 de Mayo de Castillos. La fachada del local fue modificada desde finales de los años 50 a comienzos de los 60 y se hizo en base a un diseño del Prof. Jorge Calvete Ayestarán. La parte superior quedó cubierta por una sucesión de ventanales que permitían una adecuada ventilación para las máquinas de proyección. El aire circulaba dentro de la sala porque además de las ventanas del frente, en la pared lateral, del otro extremo – junto al escenario – se mantenía abierta una puerta que daba hacia la calle.

Aquí vemos a Ariel Lasa Uriarte con las antiguas máquinas y sus rollos. Fogografía tomada por Julio Dornel en el Cine Principios en la década del 60 y publicada por primera vez en el Semanario Zona Chuy en setiembre de 2003.

Las películas llegaban a través de la empresa O.N.D.A. y cada una tenía entre 9 y 11 actos. Los rollos ocupaban gran volumen y tenían mucho peso. Había que trasladarlas hasta 18 de Julio ya que las mismas se proyectaban también allí. Lo mismo ocurría con las máquinas que eran semiportátiles.

Las funciones eran los martes, jueves, sábados y los domingos, con la matinée de las tardecitas.

Ariel Lasa recordó en una entrevista que a 18 de Julio llevó las funciones del Cine Principios al Club Social, a la casa de Ernesto Fonseca y al edificio de la Junta Local entre los años 1952 y 1970. También iba a Santa Teresa en la época del Sr. Orlando Fernández, gran hincha del cine y capataz de los Parques Nacionales. En La Coronilla se proyectaban las películas en el Hotel Las Maravillas en 1975 y 1976 y después en el Hotel Oceanía en 1979 y 1980. El testimonio de Ariel Lasa agrega otros datos muy interesantes. “El 12 de marzo de 1977 inicié actividades en Cine Artigas de Lascano que se prolongaron con gran éxito hasta diciembre de 1982 (…) En todos los casos y en todas las localidades, siempre se trató de tener una buena programación, habiendo tenido el apoyo masivo de las poblaciones y trabajando los fines de semana con localidades agotadas (…) Pasaron por el escenario de Chuy figuras como Santiago Chalar, Los Olimareños, Los Zucará, Roberto Barry, Teixeirinha, la gran actriz argentina Norma Aleandro, Osiris Rodríguez Castillos y una cantidad de conjuntos y personas que es imposible detallar.”

Cabe consignar que el local del Cine Principios fue reacondicionado por sus dueños, duplicando su capacidad pasando a denominarse Cine Ariel desde 1975 hasta su cierre definitivo el 25 de octubre de 1986. Las pertenencias del mismo doce años después pasaron a ser utilizadas en el Cine Teatro Caetano que abrió sus puertas en 1988. Algunos nombres de personas vinculadas a actividades cinematográficas en Chuy además de los que ya se han mencionado fueron Mario de San Vicente, Esteban Fernández, Wilmar Rodríguez, Tomás Corbo, Gilberto Correa y Carlos Pérez (“Tato”), entre otros. Como investigador inquieto Lucio Ferreira elaboró una larga lista con nombres de películas, empresas y estudios encargados de producirlas así como de actores y actrices que se destacaron a fines de la década del 50. Eran los años dorados del cine y las salas de Chuy, 18 de Julio y La Coronilla casi siempre estaban llenas de espectadores. De esa nómina tomamos algunos títulos al azar sólo para matar la nostalgia de los más veteranos:“El niño y la niebla”, “La diosa arrodillada”, “El hombre inquieto”,“El día que me quieras”, “Lo que el viento se llevó”y“Los girasoles” son nombres de algunas películas que llegaron a Chuy en ese tiempo.

Afiche que anunciaba uno de los tanto éxitos cinematográficos que llegaron a esta frontera.

Se destacaban los actores cómicos Charles Chaplin, Stan Laurel y Oliver Hardy (El Gordo y el Flaco), Mario Moreno (Cantinflas) y Luis Sandrini. Las actrices de mayor renombre eran Briggite Bardot, Sofía Loren, Gina Lollobrígida, Jane Mansfield, Libertad Lamarque, Lola Flores y Marylin Monroe. Entre los actores se recuerda a Johny Weissmüller, Marcelo Mastroianni, Alain Delon, Robert De Niro, Kird Douglas, Charlton Heston y John Wayne.

En los años 60 las películas para niños más difundidas eran las de Joselito, Tin Tan, Tarzán y las series de Walt Disney (Bambi, La noche de las narices frías y otras).

8. Algunas anécdotas

En el pueblo 18 de Julio, en la década del 30 del siglo pasado, cuando iba a haber función de cine se repartían volantes anunciando la película. Si estaba próximo a empezar la función se tiraban cohetes. El público asistente pagaba la entrada que era de $0,50 y pasaba a la improvisada sala en el Club Social donde también podía disfrutar de las interpretaciones realizadas por los músicos del pueblo.

Durante los primeros tiempos del Cine Principios Mario Méndez era el encargado de la limpieza del local. Como todavía no disponían de agua potable tenía que ir a buscar el líquido elemento a un surtidor público situado a una cuadra del lugar. En ese tiempo la energía eléctrica para Chuy se producía en una usina ubicada dentro del pueblo pero con frecuencia ocurrían apagones. Esos cortes de energía eléctrica ocasionaban todo tipo de contratiempos pues se quemaban lámparas, se interrumpía la proyección por varios minutos y en el peor de los casos se debía de suspender la función. Muchas veces iba alguien vinculado a la empresa hasta la usina para averiguar de primera mano qué había ocurrido.

La puerta del fondo del Cine Principios – luego Ariel – daba a una calle lateral que se comunicaba con varios terrenos baldíos donde pastaban algunas vacas lecheras. Casi siempre la puerta quedaba abierta para permitir la ventilación de la sala, principalmente en los días de calor. Un día entró por allí un ternero “con la ayuda” de un joven que lo empujó cuando el animal se acercó a la puerta a “curiosear”.

Otro día ingresó una lechuza que empezó a los chistidos dentro de la sala desconcertando al acomodador que con enojo decía: “Claro me chistan porque está la luz apagada y no les puedo ver la cara”. Todo se aclaró según parece cuando el ave cruzó volando a través del haz luminoso por donde se proyectaba la película y su silueta se recortó nítidamente en la pantalla. Pero también recordamos que a veces eran otros los “chistosos”. Desafiando la autoridad de “Deíta”, que trataba de mantener el orden, siempre aparecían algunos jóvenes e inconscientes que se turnaban para “chistar” en diferentes lugares de la sala y “enloquecer” a aquella mujer a tal punto que a veces debía pararse momentáneamente la proyección de la película. El que era pillado infraganti veía “la roja directa”- como decimos ahora. Era expulsado y suspendido por una o varias sesiones. Travesuras juveniles que unos pocos festejaban y muchos censuraban pero que han quedado en el anecdotario popular.

En La Coronilla hubo dos personajes que fueron protagonistas de pintorescas anécdotas relacionadas con el cine. Se trataba del matrimonio compuesto por Molina y Anunciación Vázquez (Doña Anuncia). Él era de estatura pequeña y hablaba dulcificando las eses. La esposa era más robusta y de carácter más enérgico. Diferentes pero inseparables se les veía frecuentemente en el cine de Washington Diego. Eran tiempos en que las películas policiales o de acción hacían el deleite del público asistente. Cuando empezaban a sonar los tiros de los revólveres que empuñaban aquellos frenéticos vaqueros se oía a Molina cuando muy asustado le decía a su mujer: “¡Ezcóndete vieja, ezcóndete acá”, mientras se iban escabullendo detrás de las butacas. Siempre que había balas andaba Molina tratando de esquivarlas bajo la risueña mirada de los asistentes. Pero un día, Molina – que no era muy capaz de distinguir entre la ficción y la realidad reconoció a un actor que había sido “muerto” en una película dada la semana anterior. Entonces se enojó de veras y en voz alta le dijo a su esposa“ Noz quieren agarrá pál chijete vieja. Zi ezte ze murió la semana pazada. Nozotroz noz vamoz y que noz devuelvan la platita”. Dicen que nunca más volvieron a una función de cine.

9. Un mismo sueño y dos realidades diferentes

9.1 CINE GLORIA (1971- 1974)

Esta sala surge por idea de dos grandes aficionados al cine. Nos referimos al matrimonio formado por Marta Aurora Silva e Isaac Larracharte Techera. Después de varios años llevando el séptimo arte a localidades como Barra del Chuy, 18 de Julio y San Luis adonde se trasladaban con una máquina portátil de 16 mm. lograron concretar el sueño de un edificio propio. El mismo se levantó sobre la calle Río Olimar casi Avenida Brasil y llevó el nombre de la primera de sus dos hijas: Gloria. El flamante local fue inaugurado en la noche del 21 de julio de 1971. Constaba de un hall, boletería, dos baños y un salón de 152 metros cuadrados con capacidad para 240 personas sentadas. Las butacas habían sido compradas al Cine Thalía de Porto Alegre, uno de los más grandes de aquella ciudad brasileña. Marta e Isaac, en entrevista concedida a Don Lucio Ferreira, mostraron su gratitud al Receptor de Aduanas de entonces, Don Eduviges Plá, quien se encargó de las gestiones para traer ese mobiliario hacia nuestro país. También se recibió de regalo una pantalla curva de 7 metros de largo por 2,80 metros de altura de la firma brasileña Zaniratte Film. Aquella noche se encendieron los equipos de 35 mm. con sistema de cinemascope para proyectar dos películas: “Buenas noches Alejandro” y “Nido de avispas”.

Una vista actual de la fachada del local donde funcionó el Cine Gloria.

Dos meses después de su inauguración se comenzaron a exhibir películas no aptas para menores de 18 años en función trasnoche, lo que trajo beneficios económicos para la empresa.

Quien oficiaba de operador era el propio Isaac Larracharte quien narró esta anécdota. Ocurrió una noche, en los tiempos de la dictadura, a poco de iniciarse la función. Se proyectaba la película “Martín Fierro” con la actuación estelar de Alfredo Alcón. De pronto su cabina se vio invadida por uniformados, integrantes de las Fuerzas Armadas, que le comunicaron que tenía 10 minutos para desalojar la sala. Entonces a través del micrófono dijo lo siguiente: “Señoras y señores por resolución de las Fuerzas Armadas me veo obligado a desalojar la sala. Pido las disculpas del caso y ruego salgan ordenadamente, pasen por boletería que la firma se hace responsable y les devolverá el importe del ingreso.” Todos salieron calladamente, pero sólo cinco personas aceptaron la devolución del importe.

Después de dos años y medio de trabajo satisfactorio surgieron dificultades económicas y se resolvió el cierre del Cine Gloria. Esto se concretó en setiembre de 1974. Las butacas volvieron al país hermano, ahora cedidas al Colegio de las Hermanas de la vecina ciudad de Santa Victoria del Palmar.

9.2 CINE TEATRO CAETANO (1988- 2004)

La pasión por el cine llevó a Caetano Rotta – el antiguo operador del Cine Río Branco – y a su esposa Mabel Santos a abrir una nueva sala cinematográfica en Chuy. Así fue como construyeron un amplio local que equiparon con las pertenencias del fenecido Cine Ariel. El mismo se utilizó por primera vez el 3 de setiembre de 1988, en horas de la noche, cuando actuaron los coros liceales de Chuy y de San Carlos.

Folleto anunciando la inauguración de la última sala para cine y teatro que se habilitó en esta frontera.

La inauguración oficial se hizo el 12 de octubre de ese año colocándose una placa de bronce donde consta además que al edificio se le dio el nombre de Mabel Santos.

Fachada del ex Cine Teatro Caetano que fue la última sala cinematográfica de esta frontera

La primera función fue al día siguiente, proyectándose la película “Quisiera ser grande (Big)”. Ese año Chuy celebraba el centenario de su reconocimiento como núcleo poblado pero atravesaba por una decadencia cultural importante. El Cine Teatro Caetano programó la actuación en vivo del cantante español Juan José – el mismo Joselito que había interpretado numerosas películas en su niñez -y que ahora llegaba acompañado por otros renombrados artistas de aquel país como Diana y Juanito de Almería. A este espectáculo denominado Recital “2000” asistieron solamente 64 espectadores lo que generó mucha decepción.

El desafío llevó a los dueños a traer películas de primer nivel pero la respuesta del público no fue la esperada por ellos. La gente no sólo había perdido el hábito de ir al cine sino que también había sido “atrapada” por la televisión dentro de sus hogares.

Se produjo entonces un cierre transitorio del cine alquilándose el local a mediados de la década del 90 para un emprendimiento destinado a discoteca y algunos espectáculos que se denominó Cinema Paradiso. Aquí actuó en 1996, para deleite de los tangueros, Donato Raciatti con su orquesta típica.

Pero Caetano y Mabel no se acobardaron y reabrieron su cine el 9 de abril de 1999 exhibiendo el film “La máscara del Zorro”.Sin embargo del entusiasmo fueron pasando a la desilusión debido a la falta de apoyo de los pobladores a lo que se sumó la crisis económica del año 2002. Las funciones fueron cada vez más esporádicas. El local se utilizó también para otros fines mientras se avizoraba el cierre definitivo. Esto ocurrió en una fecha que ni los propios dueños nos pudieron precisar con exactitud pero que situamos en torno al año 2004.

En agosto de 2007 el ex cine Teatro Caetano fue arrendado por la Intendencia Municipal de Rocha para sede de la Casa de la Cultura de Chuy.

10. El fin

En la historia de esta ciudad es evidente que el cine marcó una época, dejando referentes ineludibles que por derecho propio se ganaron un lugar en la memoria ciudadana” (Julio Dornel)

El avance tecnológico se encargó de alejar a la gente de los cines. La llegada de la televisión retiró al público de las salas y éstas fueron cerrando sus puertas. En los hogares se disponía ahora de aparatos para video y en vez de una entrada al cine se alquilaban películas que se compartían en familia o con amigos.

INTERNET nos conectó con el mundo y el séptimo arte quedó disponible en toda ocasión. Una a una las salas de cine fueron cerrando sus puertas, aquí en la frontera y en el resto del departamento.

La historia del cine fronterizo refiere a esfuerzos y sacrificios, al trabajo, la dedicación y el amor que los empresarios pusieron cada vez que abordaron un desafío. El séptimo arte deslumbró a todos por más de seis décadas. Fue como una bengala que proyectó su luz desde lo alto hasta que comenzó a languidecer y se apagó poco a poco. Como en el telón, al final de cada película, esta historia del cine terminó con la misma leyenda: THE END.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

  • Apuntes críticos para una historia del cine uruguayo de Manuel Martínez Carril y Guillermo Zapiola
  • Historia de las tierras y los mares de Chuy de Péricles Azambuja
  • Historial de Chuy. Grupo Nuestro Horizonte de Romeo Casas, Félix Flügel, Elida García y Lilián López – 1993
  • “Pregón del Este”, números varios (años 1955 y 1956).
  • “Clarín del Este” (Nº 64 del 14 de setiembre de 1956 y Nº 78 del 21 de diciembre de 1956).
  • “El Fanal”, 3 de setiembre de 1994. Historia del cine fronterizo por Julio Dornel y ejemplar del 11 de abril de 1998
  • “Zona Chuy” Nº 12, febrero del 2000 y Nº 18 y 19, marzo 2000. Nº 90, agosto 2001 y Nº 190, setiembre 2003.
  • “El Palmareño” (de Castillos), Nº 64, Octubre 2001 “Frontera Chuy. Caetano Rotta. 50 años de cine”. Crónica de Julio Dornel
  • Al Este del Polonio – Olga Olivera, 2009.
  • Wikipedia – La historia del cine
  • Entrevistas a Caetano Rotta (Cine Río Branco) e Isaac Larracharte (Cine Gloria) realizadas por Lucio Ferreira.
  • Impresos varios editados para diferentes cines de la zona.

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