“Defensor de las leyes” y “Patria mi anhelo es verte libre” consignas de la divisas pertenecientes al Cnel. Juan Amorín

 Alejo Umpiérrez

           SUMARIO: 1. Los orígenes – 2. El inicio de las armas – 3. La peripecia del ´97 – 4. Amorín en Yaguarón – 5 – Su campaña en Rocha – 6. Internación en Brasil y emigración a Buenos Aires – 7. Los días finales – 8 – El “Escuadrón Amorín”: sus integrantes

 

1. LOS ORIGENES

Cada vez que imaginamos la historia oriental y vemos sus personajes y protagonistas, los rochenses nos sentimos un tanto ajenos a la misma. Parecería como si poco hubiéramos tenido que ver con ella. Tal afirmación esconde una cuota mayor de desconocimiento que de realidad. A poco de escarbar en la historia nacional nos encontramos con el General Leonardo Olivera o el Sargento Francisco de los Santos; si profundizamos un poco más hallamos al Cnel. Enrique Yarza, el Gral. Juan Barrios, el Cnel. Bernardino Olid o Constancio Vigil; si nos aproximamos en los tiempos nos encontramos con personalidades de la talla de Javier Barrios Amorín, Ernesto Pérez, Rosalío Pereira, Angel María Luna o, porqué no, Carlos Julio Pereyra.

Hoy aspiramos a desterrar del campo del olvido a un referente militar rochense de la segunda mitad del siglo XIX. Entero protagonista del Rocha de su tiempo. Hombre de referencia ineludible en la política, tanto electoral como guerrera, de su época. Se trata del Coronel Juan Amorín. El homenaje que pretendemos hacer además llega en momento justo al cumplirse este año el centenario de su fallecimiento.

No había nacido en nuestra tierra, sino en Cerro Largo. Su partida parroquial de bautismo denuncia como fecha de nacimiento el 30 de abril de 1849. No dice donde ocurrió, pero presumimos que habrá sido en el ámbito geográfico a cargo dela Parroquiade Nuestra Señora del Pilar y San Rafael de Cerro Largo, posiblemente en la ciudad de Melo, lugar de la inscripción referida. Sus padres fueron Máximo Amorín y Leonor Rosario de Brum. De su infancia carecemos datos así como de sus desplazamientos familiares.

 

2. EL INICIO EN LAS ARMAS

 

Su incorporación a la carrera de las armas comenzó tal cual ocurría en aquel entonces. Las actividades militares se iniciaban a edad temprana. Amorín se integró al batallón 4º de Guardias Nacionales de Montevideo siendo muy joven, con apenas 15 años, el 14 de diciembre del convulsionado año de 1864. Eran los días finales de lo que sería el último gobierno blanco del siglo XIX. El gobierno legal, presidido primero por Bernardo Prudencio Berro y luego por Atanasio C. Aguirre al finalizar el mandato del primero, enfrentaba desde el año anterior la agresión florista que terminaría con la destrucción de Paysandú y el derrocamiento del régimen constitucional con la ayuda del Imperio Brasilero que participó decisivamente en tal hecho con un ejército de invasión de más de 15.000 soldados de infantería y caballería, artillería y una escuadra naval.

Participó poco más tarde enla Revoluciónde las Lanzas integrando el Escuadrón “Treinta y Tres” dela DivisiónCerroLargo. Lo hizo con el grado de Alférez bajo las órdenes de un capitán de apellido Correa. Se encontró en las batallas de Severino y Corralito. Por su destaque en el campo de batalla fue ascendido en enero de 1871 al grado de Teniente y pasó a comandar la primera compañía del escuadrón que integraba. Poco antes de que finalizara la revolución obtuvo un nuevo ascenso, ahora a Capitán, según orden general dictada por el propio Timoteo a orillas del Paso de Villar del Arroyo Cordobés.

Finalizada la revolución con la Pazde Abril regresó a la vida pacífica hasta que estalló la RevoluciónTricoloren 1875. Entonces Timoteo Aparicio le envió una carta,  convidándolo a integrarse a sus fuerzas que ahora defenderían al dictador Lorenzo Latorre. Le ofreció el grado de Comandante pero no aceptó. La razón de tal negativa la dio el propio Amorín en un documento de su puño y letra: “no aceté por tratarse de la causa que defendía, me deje estar en mi casa como en todos las demas luchas en que hicieron causa comun blancos y colorados”. Explicación por demás clara que justifica su ausencia también dela Revolución del Quebracho contra la dictadura santista.

Ya afincado en Rocha participó en la conspiración del Coronel Juan Salvanach contra el régimen de Máximo Tajes en 1889. El movimiento fracasó, habiendo recibido el grado de comandante y jefe de las fuerzas que iban a movilizarse en Rocha.

En los años de paz desarrolló una labor partidaria intensa en el departamento de Rocha y participó en actividades de reorganización partidaria viajando a otros puntos del país, como a una asamblea nacional del Partido celebrada en San José en junio de 1893.

 

3. LA PERIPECIA DEL ´97

 

El gobierno de Idiarte Borda es por lejos el más oprobioso que haya vivido la república hasta la fecha. Inmersa la incipiente nación en la corrupción administrativa, el clientelismo y el personalismo autoritario de un opaco gobernante que ha llevado la premisa del gobierno elector instaurada por Herrera y Obes hasta las últimas consecuencias, pero sin la aureola intelectual que acompañaba a su predecesor.

El país ardía en preparativos de revolución, así como en los países vecinos donde se estructura la insurrección.

Finalmente estalló la revolución de 1897. Dos columnas invadieron el país según lo planificado, una lo hizo a través del Río Uruguay encabezada por Diego Lamas y otra ingresó desde el Brasil comandada por Aparicio Saravia. El movimiento se realizó en marzo, pero los preparativos eran anteriores.

En enero de ese año Amorín se trasladó al Brasil. Eran centenares los rochenses que se hallaban emigrados voluntariamente preparando la insurrección en Santa Victoria del Palmar y así era informado por la prensa local generando preocupación en las autoridades coloradas de Rocha: “De Santa Victoria – Sta. Victoria, Enero 26, 11.26 hs.. A la Democracia – Rocha. Pasó la frontera Juan Amorín, acompañado de 40 ciudadanos que buscan trabajo. Se encuentra aquí acompañado del hijo del Coronel Advíncula. El Corresponsal”. No sabemos quién era el “Coronel Advíncula” pero sí sabemos que las intenciones de Amorín y sus 40 hombres no era precisamente buscar trabajo, como advertía el corresponsal. Se anunció poco después a mediados de febrero que una carga de armas adquirida por éste había llegado ala Barra del Arroyo Chuy proveniente de Río Grande.

Amorín se dirigió a Bagé para recibir órdenes directamente de Aparicio Saravia, el que le dio el mando de las fuerzas de la zona este de la república, las que debería organizar en medio de las más grandes carencias materiales.

Organizó un grupo armado que superó un centenar largo de rochenses bajo sus órdenes que le otorgaron el grado de Coronel y Jefe dela DivisiónEste.

Lamentablemente para la fibra guerrera del Coronel y sus hombres todo parecía conspirar en su contra y el tiempo de depararía una peripecia que sin duda le debe haber dejado un sabor amargo a quién intentó y dio todo en la medida de lo posible por la causa política que sustentaba.

 

Salvoconducto firmado por Manuel Chaves a Amorín en Artigas (hoy Río Branco) para movilizar sus tropas (1897)

Salvoconducto firmado por Manuel Chaves a Amorín en Artigas (hoy Río Branco) para movilizar sus tropas (1897)

El 3 de marzo se hallaba pronto para invadir el territorio nacional con su grupo. El 4, según sus afirmaciones, recibe el telegrama de Saravia con la orden de invadir al día siguiente. Intentó invadir Rocha, pero los distintos pasos fronterizos estaban ocupados por los gubernistas. “Pude constatar que numerosas fuerzas enemigas me cerraban el paso y que sería un sacrificio estéril tratar de forsarlo tanto más que como antes he dicho mis hombres estaban malamente armados”, manifiesta el propio Amorín en su relación de hechos ala Junta de Guerra al final de su periplo. Las fuerzas coloradas que estaban recostadas sobre la frontera correspondían ala División Rocha comandada por el General Florencio Pacheco – Comandante Militar del departamento recién designado secundado por el Teniente Coronel Francisco Solari -,  y a las milicias de Castillos y Lascano al mando de los hermanos Benicio y Atanasio Olivera ubicada las primeras en Chuy; las segundas en Cebollatí, importantes fuerzas largamente superiores en número a las comandadas por el Cnel. Amorín, las que equívocamente según versiones de prensa de la época se hacían ascender a la suma de unos 400 hombres.

 

4. AMORÍN EN YAGUARÓN

 

Luego de esperar varios días por una oportunidad para invadir y viendo que ello era prácticamente imposible, embarcó en la noche del 11 de marzo parte de su gente (45 hombres armados) a través de la LagunaMerín, en el vapor de igual nombre, con destino a la ciudad de Yaguarón. Aquí aparece un diferencia acerca de cómo ocurrieron estos hechos. Luis A. de Herrera – quien en su obra “Por la Patria” dedicó un capítulo al “Escuadrón Amorín” denominado “Amorín en Armas” donde extraemos información que documenta parte de este artículo – manifiesta que desde antes del inicio de la revolución Amorín ya estaba combinado con el Cnel. Alejandro Borches para unirsele en Artigas conformando una única columna. Borches le habría enviado un tardío aviso el 8 de marzo de que se había producido el inicio de la revolución, manifestándole que ya tenía en su poder ya la villa de Artigas (hoy Río Branco). Por su parte Amorín – palabra a la que en definitiva nos atenemos por razones obvias – manifiesta que se dirigió hacia Artigas no por concierto previo con Borches sino debido a la imposiblidad de trasponer la frontera por Rocha.

Lo cierto es que tampoco la situación era fácil en Yaguarón, pues la división departamental gubernista con 600 hombres custodiaba dicha línea fronteriza. Llegó al Puerto Periquito, cercano a Yaguarón, donde desembarcaron todos sus soldados ciudadanos los que se desperdigándose, de manera de evitar ser interceptados, lograron cruzar la frontera. Cuando llegó a Artigas, la guarnición había sido abandonada por Borches; penosamente consiguió unos pocos caballos el día 13 y se lanzó en búsqueda del militar arachán, ubicándolo recién el día 19.

Borches recibió la orden directa de un chasque de Saravia de forzar su incorporación al grueso revolucionario, pero morosamente no lo hace. El chasque, además de la orden señalada, ha traído noticias de la derrota de Arbolito y posiblemente ello haya afectado su disposición guerrera. Llegó hasta Borches y su columna también Juan Derquin, quién luego de haber abandonado el bando municista en Arbolito, también ha defeccionado de las fuerzas saravistas luego de la derrota y se halla en tránsito a Aceguá; el cual se negó a volver sobre sus pasos para nuevamente incorporarse a Aparicio.

Amorín, acompañando a Borches, se dirigió hacia Melo, ya en sus proximidades contramarchan ante la noticia de que Muniz con fuerzas notoriamente superiores se dirigía hacia esa. Borches por ese entonces contaba con dos centenares de hombres, entre ellos los veteranos Angel Muniz y Fortunato Jara, así como el Dr. Arturo Berro, llegado de Buenos Aires, vía Río Grande.

Un nuevo chasque le remitió Saravia el 31 de marzo reiterándole la orden de incorporarse a la columna principal revolucionaria.  Pasan los días y nada sucede ante el creciente descontento de varios jefes, entre ellos el propio Amorín. Entre tanto Borches entró a Melo el 2 de abril y luego acampó en sus alrededores. La situación se hizo insoportable ante esta irresolución infundada de Borches y Amorín abandona esa columna con su conjunto de rochenses.

Baz Robert, militante revolucionario y recopilador nacionalista, da la razón final del quiebre entre Amorín y Borches en un momento determinado en que este último le ordenó a Amorín retirarse cuando este último tenía tendidos sus hombres en guerrillas y se negó a brindarle la protección que el rochense solicitó ante el acercamiento de un fuerte contingente armado. Esto generó aún más malestar en el rochense y se transformó en la gota que derramó el vaso.

Afortunadamente no se trataba de fuerzas enemigas sino parte de las fuerzas de Diego Lamas. Los desacuerdos finalizaron entonces con el abandono por el militar esteño de esa columna el 5 de abril. Al día siguiente, ya con las fuerzas del Cnel. José Nuñez, se incorporó a ellas por orden del Delegado dela Juntade Guerra. El Dr. Duvimioso Terra, Delegado del Comité de Guerra, le extendió a Amorín una constancia de su incorporación al Ejército Revolucionario el 6 de abril de 1897, documento que se encuentra en poder de sus sucesores. Posiblemente allí esperaba un venturoso futuro militar que tampoco tuvo frente al caos posterior que envolvería a Núñez, uno de los triunfadores de Tres Árboles.

 

Agenda personal que perteneció al Cnel. Juan Amorín en terciopelo e hilos de oro

Agenda personal que perteneció al Cnel. Juan Amorín en terciopelo e hilos de oro

 

Se desempeñó en la columna del Cnel. José Núñez como Jefe dela Retaguardiahasta el 24 de abril en que, luego de confusos sucesos, Núñez decidió disolver la columna y dar por fracasada la revolución por sí y ante sí. Levantó un acta donde explicó los motivos de la resolución que firmaron los principales jefes. Amorín no la suscribió y en sus misivas posteriores ala Juntade Guerra lo tildó a Núñez de “traidor”, que no fue otro el calificativo que recibió del resto dela Revoluciónque continuó en marcha.

Así quedaron varios centenares de hombres absolutamente aislados y sin recursos. El ejército gubernista de Santos Arribio atacó a varios grupos rezagados y degolló a muchos de ellos según narró uno de los soldados que vivió tales acontecimientos – Bibiano Torres Saldaña – quien luego los publicó al finalizar la guerra. Otros, como el Comandante Ramón Martirena y los coroneles Orgaz y Pampillón y Jara, con pequeñas partidas trataron de unirse a Saravia y lo lograron efectivamente un tiempo después. Pero los más – sin armas, municiones ni caballos – cruzaron a Yaguarón y quedaron allí desamparados, vagando por las calles de esa ciudad, sobreviviendo gracias a la caridad pública; se hicieron suscripciones populares hasta en Buenos Aires para poder costear los vapores que desde el puerto de Río Grande retornaron a dichos combatientes a esa ciudad. Nuñez de un plumazo, guiado por motivaciones subterráneas desconocidas hasta el día de hoy – se supone que quería un mayor protagonismo personal –, había desmembrado la flor y nata de la infantería nacionalista que había luchado exitosamente en la histórica victoria de Tres Árboles poco más de una atrás y donde el propio Cnel. José Núñez había tenido destacada actuación. El Cnel. Alejandro Borches también cruzó hacia el Brasil culminando así, al decir de Luis A. de Herrera, “en lo más álgido del período revolucionario su desairada actuación militar

 

5. SU CAMPAÑA EN ROCHA

 

Amorín y su grupo, carentes de caballada, ingresaron también al Brasil ante la aproximación de la vanguardia colorada. Cada uno de ellos estaba armado a razón de más de un fusil por cabeza – 54 fusiles para 46 hombres – y llevaban una provisión de 10.000 tiros. Obviamente no podían deambular por un país neutral como extranjeros armados a guerra. Por ello dejaron las armas depositadas a instancias de uno de los hombres de confianza de Saravia en dicha frontera, como lo era Ismael Velázquez, delegado dela Juntade Guerra, mientras el grupo por tierra se dirigió a Santa Victoria con la firme intención de ingresar al país por la frontera rochense. Pero las armas que debieron de ser remitidas nunca llegaron. Velásquez, posiblemente acuciado por las apremiantes necesidades bélicas de la columna principal de Saravia, incumplió su palabra y no las envió el 6 de mayo por el vapor “Merín”, a través dela Lagunahomónima, como había quedado comprometido con Amorín. Duvimioso Terra dispuso de la mitad de ellas, enviándole una nota a Amorín, de fecha 29 de abril, en que le comunicaba su intención de incorporarse con otros hombres a Saravia dirigiéndose hacia Aceguá. Por ese entonces Amorín había hecho su opción de volver a Rocha e invadir por este departamento, reuniendo un contingente de más de 100 rochenses a la espera del citado armamento.

Pero el armamento no era la única preocupación. Otro problema era la caballada. El 6 de mayo el procurador y revolucionario Ernesto F. Pérez – futuro diputado en cuatro legislaturas por Rocha – le comunica que una tropilla de contrabando estaba para “pasar de arriba” la frontera y le sugirió tomarla para montar a sus hombres lo que así se hizo. En esa nota refiere a las noticias sobre “El Limeño” (Agustín Rodríguez) y (Ramón) Ramela quienes se dirigían a la estancia de Risso, a orillas dela Laguna Negra, en las cercanías de donde pocos días después acontecería el combate de El Maturrango.

Capturada la caballada ingresa en los primeros días de mayo a territorio rochense, uniéndose varias pequeñas partidas de revolucionarios dispersos, alcanzando su núcleo a un número cercano a los 200 hombres, pero pésimamente armados.

En Rocha se está en vilo con el ingreso de los revolucionarios. Se hallaban en el departamento otras partidas aisladas desde el comienzo dela Revolución, habiéndose convocado a las tropas de Manduca Carabajal para su dispersión, quien había venido para ello desde Minas hasta Rocha, dado que las fuerzas del Departamento al mando del General Pacheco y del Cnel. Martínez se hallaban incorporadas al Ejército de línea. Entre los distintos grupos combatientes de insurrectos se encontraban Ramón Ramela, Marcelo Gónzalez y Agustín Rodríguez todos ellos con grupos relativamente pequeños, mal armados y montados. En esos días también ingresó al departamento una fuerza de revolucionarios de San José a las órdenes de Secundino Benítez con el fin de dar cobertura al Escuadrón del Cnel. Juan A. Smith que se pensaba que era posible que llegara aLa Palomay en su defecto a levantar un armamento que llegaría a tal puerto.

Casi simultáneamente a la invasión desde Brasil son cortadas todas las líneas telegráficas del departamento (Rocha-Castillos, Castillos-Chuy, Castillos-Lascano y Rocha-Montevideo). Además del ingreso de Amorín, Marcelo González asalta con su partida el correo de San Luis, otro grupo se moviliza en la zona de “Siete Cerros”, una crecida partida cruza al país en la zona de “San Miguel”, cuadrillas con divisa blanca incautan caballos en la zona de “Alférez”, alzados interceptan la diligencia Rocha-Santa Victoria y el revolucionario Zabaleta tomala Subreceptoríade Aduanas de Chuy cobrándose derechos de importación-exportación. Para colmo de males el 8 de mayo diversas partidas nacionalistas al mando de Marcelo González, Timoteo Pereira y Ramón Ramela, para sorpresa de sus habitantes, ingresan a la capital departamental, ingresando al abandonado edificio dela Jefatura Política.El Jefe Político de Rocha, el Dr. Juan Aguirre y González, con las milicias había abandonado la ciudad a su suerte, retirando todos los fondos. Todo el departamento ardía en efervescencia revolucionaria.

Amorín mientras quedó deambulando con su columna en nuestro departamento por casi un mes y medio, mientras seguía a la espera de las armas que las había solicitado nuevamente por chasque a Velázquez; pero estas nunca llegaron.

El destino de la revolución en Rocha se juega en el combate del Maturrango-La Lechiguana donde fueron batidos totalmente los revolucionarios. Amorín no participó en dicha batalla y en su memoria a la Juntade Guerra hace recaer las culpas de esa derrota en la falta del armamento comprometido que le hubiera permitido combatir con éxito allí. “Está en nuestra creencia  que la derrota de las fuerzas de San José se hubiera ebitado si no nos hubieran faltado armas y municiones pues lo hubieramos batido a Carabajal con facilidad” manifiesta de su puño y letra.

A los tres días de tal combate, el 27 de mayo, se enfrentó a tropas del victorioso “Manduca” Carabajal en el Paso Largo del Arroyo Don Carlos, en las proximidades de Rocha, donde sostuvo con un centenar de hombres un fuerte tiroteo de guerrillas desde el amanecer, retirándose sin mayores problemas. Ese día, su subalterno Gregorio Gamboa con 8 hombres contuvo a la gente gubernista. Pero las fuerzas de Carabajal comenzaron una persecución de este grupo, que debió paulatinamente replegarse hasta repasar la frontera por el Chuy.

Ello se hizo no sin antes, sobre la propia línea divisoria, tener un tiroteo con fuerzas coloradas superiores en número al mando del Capitán Pedro Molina, pasando los sublevados al Brasil al acabárseles las municiones.

La refriega comenzó el 12 de junio de1897 alas 10 de la mañana en San Miguel donde Amorín había dejado una guardia como avanzada, dado que sus fuerzas se hallaban acampadas en el edificio y alrededores dela Subreceptoríade Aduana de Chuy. Las colorados y blancos combatieron casi una hora en San Miguel replegándose hacia Chuy estos últimos. Poco después de las once se inició el fuego de guerrillas y comenzó el combate. Los revolucionarios se atrincheraron ocupando varios edificios públicos y particulares. El fuego era recio y a la media hora de lucha el gubernista Pedro Molina lideró un ataque que arrolló el ala derecha de los revolucionarios, iniciándose el desbande de los hombres nacionalistas que traspuso la frontera entregándose las armas poco a pocos a los guardias brasileños. Ya del otro lado de la frontera y en franca situación de ilegalidad los gubernistas continuaron el fuego hiriendo a tres hombres de Amorín. Los nacionalistas hirieron de gravedad a un sargento colorado de nombre Matías Cabrera. Intervino la guardia brasileña poniendo punto final al tiroteo, apresando a Juan Amorín y sus hombres los que fueron trasladados a Santa Victoria.

Las fuerzas gubernistas se hicieron de un botín de guerra incautando cuatro carretas con sus correspondientes boyadas cargadas con café, fariña, tabaco y azúcar, las que una vez decomisadas serán rematadas los primeros días de julio y su producido repartido entre las tropas de Carabajal.

 

 

 

“Defensor de las leyes” y “Patria mi anhelo es verte libre” consignas de la divisas pertenecientes al Cnel. Juan Amorín

“Defensor de las leyes” y “Patria mi anhelo es verte libre” consignas de la divisas pertenecientes al Cnel. Juan Amorín

 

Se decreta el indulto para aquellos que depongan las armas y así en sucesivas oleadas se presentan a acogerse a tal indulto 56 revolucionarios desde el 1º al 14 de julio.

“Manduca” Carabajal es ascendido a Coronel y proclama victorioso que luego de los combates ocurridos en el departamento los revolucionarios “han quedado reducidos a la categoría de matreros”.

Jubiloso el Receptor de Aduana de Rocha, el controvertido Juan Pezzolo telegrafía al Presidente Idiarte Borda: “Tengo en cargo del Cnel. Carabajal de comunicar a V.E. que el día 12 del corriente han emigrado por Chuy los revoltosos de ese departamento que a órdenes del titulado coronel Juan Amorín venían perseguidos desde Cebollatí por fuerzas del primero. Con este hecho queda restablecida la paz en este zona de la república por cuya causa felicito a V.E. ardientemente. Saluda a Ud. Juan J. Pezzolo”

Aunque continuaba exitosamente en el resto del territorio nacional, la revolución había tocado su fin en Rocha.

 

6. INTERNACIÓN EN BRASIL Y EMIGRACIÓN A BUENOS AIRES

 

El 13 de junio, en Santa Victoria, un desolado Cnel. Juan Amorín levantó un acta donde  dejó constancia de todas las peripecias sufridas y la razón por la que se había fracasado en el empeño revolucionario. Era la intención de guardar su conducta impoluta frente a la historia posterior, a resguardo de cualquier tipo de conjeturas. Suscribieron esa acta, que hemos tenido a la vista, sus principales jefes: Comandante Juan G. Zabaleta, Gregorio F. Gamboa, Manuel A. Rodríguez y Cosme Domínguez. Había dado todo de sí pero el esfuerzo no fue recompensado con el éxito.

A fines de julio consiguió un salvoconducto y viajó desde Río Grande hasta Buenos Aires el 25 de ese mes. En Buenos Aires solicitó una entrevista conla Juntade Guerra para dar las explicaciones de todo lo sucedido, para deslindar responsabilidades del desastroso final de la columna Núñez que él no acompañó. Luego de gestionar una reunión, que no se concretó, con el Dr. Juan Ángel Golfarini, Presidente dela Juntade Guerra, le remitió una carta con fecha 9 de agosto de 1897 en que explicó todos los hechos, adjuntando la documentación que obraba en su poder (constancia de incorporación al ejército, acta de 13 de junio de disolución de la columna en Sta.Victoria, etc.).

Tres días después, el 12 de agosto, la Juntade Guerra dio contestación al Cnel. Juan Amorín llevando paz a su agitado espíritu. En la comunicación oficial que lleva el sello de “Partido Nacional – Comité de Guerra –Buenos Aires” se notificó la resolución de la Junta: “Resolvió que a su juicio ( …) la conducta observada por Ud. durante el desempeño al mando de fuerzas que tuvo en la Revolución, así como sus esfuerzos para incorporarse á ella sin conseguirlo, por circunstancias excepcionales, ha sido enteramente correcta y patriótica, lo que me complace en trasmitirle porque es acto de estricta justicia el que se ejercita por este Centro, al reconocer los servicios prestados por Ud. en defensa de la causa que sustenta el Partido Nacional” Suscribían dicha comunicación Juan Ángel Golfarini, Presidente y Ángel Moratorio, Secretario.

El diez de setiembre finalmente se aprobaba la ansiada paz luego del magnicidio de Idiarte Borda. Se concedían 6 jefaturas al Partido Nacional y se obligaba el gobierno a aprobar una serie de normas que otorgaran garantías electorales. El triunfo político de la revolución se había alcanzado.

 

7. LOS DIAS FINALES

 

Amorín regresó a Rocha una vez finalizada la revolución y se reintegró a la vida comunitaria y la actividad política. Desarrolló intensas comunicaciones con la dirigencia montevideana del Partido Nacional, con quienes trabó una fuerte relación; así como con caudillos saravistas como Juan José Muñoz, con quién se carteó en diversas oportunidades. Se transformó en un referente partidario en la zona, junto a Enrique Yarza, Agustín Rodríguez, Ramón Ramela y Miguel Antonio Pereyra. No solo desarrolló actividades políticas sino también se transformó en hombre de confianza para negocios de hombres de la talla del Dr. Martín Aguirre – padre de uno de los fundadores del diario El País y varias veces legislador nacionalista – y del Dr. Duvimioso Terra, integrante dela Juntade Guerra, legislador y Presidente del Directorio del Partido Nacional.

 

Carta del Directorio del Partido Nacional al Coronel Amorín comunicándole la designación de Guillermo García como General y Primer Jefe Militar (1906)

Carta del Directorio del Partido Nacional al Coronel Amorín comunicándole la designación de Guillermo García como General y Primer Jefe Militar (1906)

Intervino activamente en las históricas elecciones de senadores de 1900. Históricas en tanto fueron las primeras elecciones con sufragio libre, sin coacciones del gobierno, y que arrojó la victoria blanca en Rocha del candidato único partidario Manuel R. Alonso. Constatación de sus actividades existen en distintos telegramas que le cursara el entonces presidente del Directorio, Dr. Carlos A. Berro, buscando el apoyo y el tejido de alianzas que impulsaran al candidato finalmente electo.

La salud del Cnel. Amorín se vio afectada por una enfermedad mortal que empezó a minar su organismo lenta pero inexorablemente. En 1904 debido a ello no pudo participar en el alzamiento revolucionario ni desarrollar actividad alguna. Sin perjuicio de ello las autoridades gubernistas tomaron sus precauciones alejándolo al veterano jefe del territorio nacional e internándolo en el Brasil junto con sus hijos Juan Tomás y Luis, además de los también rochenses Rosalío González, el Cnel. Miguel A. Pereyra y su hijo Blanco Pereyra Nuñez. Estos últimos se incorporaron en mayo ala Revolución, mientras que la debilitada salud de Amorín no se lo permitió, permaneciendo en el extranjero.

Los últimos actos partidarios que figuran en su documentación personal corresponden a las comunicaciones cursadas con el carácter de reservadas por el Directorio con el fin de notificarle la designación de Guillermo García y de Julio Morosini, ambos con el grado de general y, respectivamente, como primer y segundo Jefe Militar del Partido Nacional, todo ello con fecha 22 de abril de 1906.

La implacable enfermedad pondría fin a su vida el 28 de diciembre de ese año, cuando el Cnel. Juan Amorín contaba con apenas 57 años.

 

8. EL “ESCUADRÓN AMORÍN”: SUS INTEGRANTES

 

A continuación detallamos los integrantes de las fuerzas comandadas por el Cnel. Juan Amorín tomadas ellas de los listados pertenecientes al valiosísimo archivo de Angel Baz Robert perteneciente al Estado Mayor Revolucionario, que nos fueran gentilmente proporcionados por el cronista partidario Wilfredo Pérez y del listado transcripto por Luis Alberto de Herrera en su obra “Porla Patria” que narrala Revoluciónde 1897,

 

Cnel. Juan Amorín

Mayor Marcelo González

Cap. Rufino Pío

Cap. Gregorio F. Gamboa

 

Tropa:

Bernabé Acosta

Ignacio Amorín

Florencio Báez

Mario Barrios

Isaías Conde

Isaac Dávila

Jacinto Cuadrado

Cosme Domínguez

Felipe Domínguez

Gabriel Eguía

Silvestre García

Aurelio González

Isaías González

Ramón González

Exaltación Graña

Cándido Guerra

José Hernández (herido en combate de Chuy)

Atanasio Inda

Ramón Inda

Fernando Larrosa

Guillermo Larrosa

Juan Larrosa (herido en combate de Chuy)

Pío Larrosa

Herminio Machado

Antonio Marquetti

Victor Milles

Celedonio Moreira

Marcelo Mouret

Ernesto Olid

Ovidio Olivera (hijo)

Saturnino Pedroza

Pedro Peláez

Arsenio Pereira (herido en combate de Chuy)

Estanislao Pereira

Ernesto F. Pérez

Aurelio Portela

Demetrio Sainar

Leonidas Sena (hijo)

Pedro Ubal

 

Notas: (1) el listado de Herrera no incluye a Marcelo Gónzalez y sí lo hace Baz Robert; a su vez Herrera incluye a Isaías Conde e Isaac Dávila no incluidos por Baz Robert en su revista

(2) los heridos surgen únicamente del listado de Baz Robert

(3) Ninguno de los listados incluye al Cmte. Juan G. Zabaleta ni a Manuel A. Rodríguez. Tales omisiones son justificable debido a que los listados referidos provienen de los Archivos revolucionarios que únicamente dan cuenta de las fuerzas que en su momento se incorporaron ala Revoluciónen la actual Río Branco y no incluyen a todos los que actuaron a sus órdenes en la campaña de Rocha que fueron en su momento de mayor apogeo más de doscientos hombres. Posiblemente muchos de sus combatientes pertenezcan a los listados de indultados que obran en nuestro poder dado que solamente cruzaron la frontera alrededor de una cincuentena de milicianos.

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