Lucio Ferreira

SUMARIO: 1. La razón de esta publicación – 2. Antes de 1903: la prehistoria de la denominación 3. 1903: El origen de esta historia  – 4. Los pobladores originales – 5. 5. El nacimiento del pueblo – 6. La razón de nuestra lucha

 

1. La razón de esta publicación

 

Poco tiempo atrás se publicó una separata en un periódico rochense argumentando a favor de la supresión del nombre de la histórica Villa 18 de Julio, proponiéndose en su lugar la designación de San Miguel para dicha población.

Este artículo pretende ser un alegato de un importante número de sus habitantes – entendemos que la mayoría – que entendemos que no debe de existir ninguna modificación a su nombre actual.

Las razones de ese fundamento las desarrollamos a continuación

 

2. Antes de 1903; la prehistoria de la denominación

 

Por lo que conocimos a través de toda nuestra ya más que larga existencia, no hay restos de edificaciones que induzcan a pensar en la existencia de una población aledaña al Arroyo San Miguel como alguien ha dicho, ni al abrigo del Fuerte; tal cual existieron en la Fortalezade Santa Teresa, donde la historia registra que allí se habría iniciado el “Éxodo del Pueblo Oriental” ante la invasión portuguesa. Al lado del fuerte San Miguel no se ha conocido una situación igual.

En los campos de la Sra. MaríaFrancisca Da Costa de Techera a lo sumo pastarían algunos animales puesto que la ganadería desde el Sur o desde el Norte- hay opiniones diferentes- ya había llegado muchos años ha a estos pagos. ¿Había entonces algún pueblo como tal previo al fraccionamiento fundacional?. Nadie lo ha probado todavía. Nosotros decimos por lo que conocimos y por las casas que aún se mantienen sus restos o aún de aquellas que continúan siendo habitadas, que se tratan de fincas de  productores rurales que vivían en el Paraje “San Miguel”, y no en un pueblo que llevara tal nombre. Por lo tanto si no existió una población previa a la que se le cambiara el nombre por “18 de Julio” mal se le pudo a inicios del siglo pasado cambiar el nombre a algo que no existía. Cuando en el debate parlamentario algún legislador manifestó que no entendía el por qué del cambio estaba equivocado porque los gestionantes no pedían cambio alguno de nombre; y sí que se reconociera con el nombre propuesto a la nueva población asentada a partir de 1903 y no antes. Antes del nacimiento de esta población, los pobladores dispersos de la zona viajaban a “San Miguel” de la misma manera como viajaban a cualquier otro paraje rural de este departamento.

Quien esto escribe, y la comisión que integra, no niega ni lo hizo nunca el nombre del Paraje “San Miguel”. No negamos esta denominación zonal como patrimonio a potenciar y por lo tanto afirmaciones de tal clase son frases altisonantes por cuenta de quien las usa para captar sentimentalismos de espíritus desprevenidos. La primera edificación militar conocida como “San Miguel”, defensa construida en piedra, fue un asentamiento militar pero no un pueblo.

 La lucha permanente entre España y Portugal en esta zona fronteriza entre ambos Imperios y la sucesión de armisticios y tratados de límites no crearon las condiciones adecuadas para asentamientos permanentes. El pequeño grupo de viviendas existentes alrededor de Santa Teresa desapareció en 1816 con la invasión portuguesa. Lo común en el territorio eran pobladores desperdigados ocupados en la explotación de vacunos y caballos a lo largo y ancho de la campaña.

Cuando se habla de “primeros asentamientos” en torno al Fuerte de San Miguel, pregunto ¿cuáles?; ¿qué nombre tenían?; ¿Se conoció alguno de los asentamientos que se menciona con el nombre “San Miguel” o algún otro cualquiera fuera?

El fuerte estuvo abandonado hasta 1936 cuando se comienza su labor de reconstrucción. Solo fue ocupado precariamente de vez en cuando por algún pelotón militar para reprimir el contrabando junto con la Policíay la Aduana, como cuando mataron a José Larrosa. También vivió dentro de las ruinas temporariamente con su mujer Adiles Laurito, un ex policía conocido “el Indio Ramírez”,  en lo que es hoy la Capilla, la cual abandonaron un día porque, según sus dichos, “las cruceras caían desde el techo”.

 

 

3. 1903: El origen de esta historia

 

Por la voluntad expresada de los habitantes que al comienzo del Siglo XX comenzaron a poblar el primer amanzanamiento estructurado por la fundadora Doña MARÍA FRANCISCA DA COSTA DE TECHERA – en lo que fuera campo de su propiedad, un hermoso valle recostado a la Sierrade San Miguel – recibió el nombre de “18 de Julio”.

No hay duda que hace ya más de 100 años algunos vecinos tomaron esa iniciativa, tal vez por ser los más caracterizados de entonces, y por lo tanto eran quienes mejor podían encaminar las gestiones pertinentes ante las autoridades competentes. No descartaron tampoco la búsqueda de apoyo político para facilitar la gestión. Tal cual igual que ahora lo hacen quienes propician el cambio de su nombre, incluso utilizando medios y métodos reñidos con la ética y la historia del lugar; métodos que no conocemos que otros los hayan usado en el pasado.

Que ha habido cambios de denominaciones no lo negamos porque conocemos modificaciones varias y por diferentes motivos: o eran desagradables o tenían “mala fama”. Otras modificaciones, al igual que la que nos ocupa, fueron en un período de afirmación nacional y así los bautizaron con nombres patrióticos como por ejemplo: Pueblo “19 de Abril” al poblado conocido como “Chafalote”, en el paraje de igual nombre; a “Isla Mala” en el departamento de Florida se lo rebautizó con Villa “25 de Mayo”. Otras poblaciones sufrieron embates anticlericales: “San Eugenio” transformada luego en Artigas; “San Fructuoso” luego denominada Tacuarembó; “San Vicente” transformada en Castillos y – ¿por qué no – la propia 18 de Julio

Si apoyáramos el retorno a las denominaciones de origen topográfico de cada lugar, argumento en que se fundamenta el intento de cambio de nombre, deberíamos rever todo. Durazno podría ser ciudad del “Yí”.; Villa Velásquez podría ser “India Muerta”, la ciudad de Melo podría ser “Conventos”; Bella Unión podría ser Uruguay por estar a la orilla del “Río de los pájaros pintados”.; Mercedes la ciudad del “Hum”. Podríamos sugerir cambiar hasta el nombre a la propia Punta del  Este pues está más al Sur que al Este; porque si no, por ejemplo, el Chuy ¿dónde está?. Pericles Azambuya unos de los grandes historiógrafos brasileños diría: “Ao estremo Sul Riograndense”, lo que nos lleva a un absoluto relativismo geográfico.

Por lo que hasta aquí hemos expuesto deducimos: Que todos los nombres, aún los de origen indígena adoptados por características del lugar –  expresan la voluntad de los conquistadores en principio o luego el de los habitantes de los parajes.

En el caso que nos ocupa, la voluntad- sin desconocer el entorno- la voluntad manifiesta de sus habitantes fue que el pueblo en formación se distinguiera en el departamento con el nombre de: “18 de julio”. Por nuestros antepasados, y por nosotros mismos queremos que perdure así.

Es por ello que rechazamos el término académico de “pueblo epífito”, adjetivación que nos suena despectiva en boca de quienes dicen quererlo tanto. Si al devenir de las generaciones se entiende que las anteriores estaban equivocadas, será un proceso de no terminar nunca con lo que cada una pueda considerar hacia el futuro.

 

 

4. Los pobladores originales

 

Vivieron en el paraje “San Miguel”, al lado del “Arroyito” que baja de los cerros, don Tomás Lezama- aún existe la casa-, su señora Idalina Techera, Segundo Bustamante – con comercio al lado de la Comisaría donde conocimos a sus hijas y sus hijos -, Aníbal Bustamante, alias “Quequé”, – fue compañero nuestro de trabajo en el Fuerte y de muchas guitarreadas -, José Gatti (padre) atrás dela Comisaría  Novena, con una amplia edificación en campo de su propiedad y donde a falta de local en lo que posteriormente fue el pueblo, se instalóla Oficina de Correos yla Junta Local.

Lo importante en ese entonces fue disponer de servicios y evitar la incomodidad de grandes traslados para cumplir con las actividades mínimas del Estado. Se trataba de disponer de infraestructuras mínimas. Por ejemplo disponer de un medio epistolar de comunicación como lo fue el correo en aquella época o del acceso a la justicia, caso del asentamiento de un Juez de Paz, el Sr. Enrique Huelmo en aquel entonces. Posteriormente se instalóla Oficinade Telégrafos, otro paso gigante para las comunicaciones. Más tardela JuntaLocalconsiguió instalarse dentro de la planta urbana, en la propia casa del funcionario que la atendía. Esta oficina municipal durante largo tiempo ocupó varios locales particulares, es decir, las casas de los funcionarios y otros alquilados.

Se sobreentiende así la preocupación de los poderes públicos fue la de facilitar la existencia de servicios para la naciente población aunque estuvieran en el entorno por falta de locales propios para cumplir el servicio asignado. Conocimos a los secretarios dela JuntaLocalSres. José Gatti (hijo), Eleuterio Fernández Chávez, Adolfo Palomera, Ladislao Mariño, Osvaldo Faget y Ariel Lassa Uriarte.

En ese entonces esta población ya tenía nombre, no obstante por no saberlo muchos de aquellos funcionarios viajaban a un pueblo cuyo nombre no era el del paraje.

En 1976 se instaló en iguales condiciones a las antes mencionadasla Oficinadel Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, y lo hizo en la casa de un funcionario de dicha dependencia, quién esto escribe, y funcionó en estas condiciones durante casi cuatro años sin compensación de ninguna especie, por no contar con un local para instalarla como correspondía. Por lo tanto cómo no vamos a comprender entonces lo que hicieron aquellos primeros pobladores para contar con servicios de este tipo.

Y tales situaciones en esta Villa se han dado hasta el presente. Si mal no recordamos, en el 2001la Oficinadela Dirección Nacionalde Identificación Civil no contaba con local propio, y funcionó en un local proporcionado gracias a la generosidad del Sr. Marzal Saldivia. Hoy tiene local alquilado para su funcionamiento atendiendo por ese motivo a este sector del departamento.

De los pobladores iniciales conocimos y frecuentamos la casa, que aún existe, de don Faustino H. Da Costa, en la perimetral de la Villa.Conocimosa don Adelino Fernández y su boliche de lata, tal como lo narraba el caracterizado vecino Gregorio “Coco” García, maestro picapedrero de la zona. También a Manuel Gallego (padre), así como a Serafín Mansilla, comerciante cuyo local ocupa hoy la familia Lassa.

Casi todos los primeros pobladores que menciona en sus memorias “Coco” García fueron conocidos nuestro; aunque otros ya habían fallecido. Todo en sus inicios era campo con excepción de las casas que mencionamos anteriormente fuera de lo que fue el núcleo poblado a partir de 1903. Tomando como eje la hoy ruta 19, de Este a Oeste, también todo era campo hasta la ubicación actual de la Escuela Nº 12, donde doblaba el camino hacia fuera rumbo a la Laguna  Merín. Frente a ella se encontraba el campo propiedad de doña Idalina Techera de Lezama, madre adoptiva de don Fermín V. Corbo, viejo vecino que residió en la casa aún existente del otro lado del “Arroyito”, al lado de la Comisaría vieja. Más próximos o más alejados al pueblo, vecinos productores rurales como: Juan Esteban Plá, Gabriel Rodríguez, Catalina Moreno, Isaac Saravia, Manuel A. Pereyra (“Dunga”), Generoso Da Silva aún más allá, y Sebastián Amarilla a quien también conocimos y que nos impresionaba con su “cavañaque” y su porte de señor; sólo por mencionar los más conocidos próximos al pueblo “18 de julio” y en el entorno rural. Quienes se movilizaban en el pasado, lo hacían de un paraje a otro por aquellas trillas de Dios y con nombre propio establecido por los primitivos habitantes de este suelo.

Así se viajaba al Paraje “San Miguel” por motivos familiares (como lo hizo el suscrito desde muchacho), otros por negocios o por cualquier otra razón, pero nunca el viaje se hacía al pueblo “San Miguel” porque pueblo con este nombre no existió.

Cuando por primera vez se hizo el fraccionamiento para este pueblo en 1903 – suponemos que cuando se ascendió a un número de pobladores y construcciones antes mencionadas – los vecinos o algunos de ellos consideraron que era conveniente identificar el poblado, diferenciándolo de su entorno, distinguirlo con nombre propio y avizorando tal vez la conveniencia de que se establecieran autoridades hecho que ocurrió más tarde.

Para ello era lógico que de esto se encargaran quienes estaban en mejores condiciones para llevar adelante la gestión que consideraban necesaria a los fines perseguidos y por su voluntad, y en uso de su libre albedrío, así lo solicitaron a las autoridades de la época. Bajo esas motivaciones se propuso una denominación, el nombre de “18 de Julio”.

En ese entonces no había otra población en el entorno y el fuerte, el que se pretende como motor original de la población y razón de ser para el cambio de nombre – prácticamente no existía, estaba en ruinas y cubierto de monte indígena. Por lo tanto no es cierto que el pueblo se formó a expensas del fuerte. ¿Qué amparo o inspiración podría proporcionarles a esos habitantes un fuerte destruido?

Nadie hasta entonces en la zona se ocupaba de los restos del Fuerte “San Miguel”. Sólo Horacio Arredondo visualizó más de tres décadas después del nacimiento de la Villa “18 de Julio” lo que significaría su reconstrucción como rescate de un pedazo de la historia pasada, y su futuro como lugar turístico para el país. Vecinos de la zona desde de fines de Siglo XIX, productores rurales que ya nombramos, vivían en los alrededores de lo que después sería el Pueblo “18 de julio” pero no los congregaba ni reunía otra cosa que la pertenencia a un entorno geográfico diferenciado del pueblo a crearse.

 

5. El nacimiento del pueblo

 

Mucho se ha discutido sobre el debate parlamentario que dio origen a la denominación de “18 de Julio”. De ella se tratan de extraer aguas para el molino del cambio de nombre.

De las exposiciones surge que algunos legisladores hablan de renombrar al poblado existente. La gran mayoría de aquellos legisladores no conocían ni siquiera nuestro departamento. Para conocer el país había que andar a caballo y eso lastimaba las asentaderas. Las comunicaciones eran muy otras a las actuales y obviamente esto no significa uso de mala fe, y sí desconocimiento o la falta de la información correcta para emitir opinión. En el caso, quienes esto afirman, no son ajenos a este mal. Hablaron de núcleo poblado conocido por San Miguel. No lo sabían, lo conocido por San Miguel era sólo un paraje y a eso lo relacionaron. Así el diputado Cachón comete ese error, ya que no se solicitaba el cambio de nombre del paraje y sí la aprobación del nombre “18 de julio” para el núcleo poblado originado extraoficialmente con tal nombre a partir del fraccionamiento de 1903.

El entonces diputado Rodríguez Correa, rochense él y por lo tanto conocedor con causa, tenía razón: la agrupación de casas todavía no tenía nombre, lo tenía el paraje, tal cual lo manifestó en el debate. Estuvo equivocado cuando lo ubicó próximo al arroyo lo cual no era así.

Entonces sí “18 de Julio” se funda en 1903, ¿dónde está el pueblo de “San Miguel”?.

Se ha intentado también tergiversar una carta de Gregorio García (“Coco”), hombre importante en la sociedad de entonces, quién define bien las cosas cuando terminada la Segunda Guerra Mundial, inicia una colecta de dinero y otros recursos, entre los obreros del Parque San Miguel, extensiva al pueblo “18 de Julio” para conmemorar el triunfo aliado construyendo una policlínica asistencial. Tal carta la firma en “San Miguel a 2 de Mayo de 1945”. Y esto es correcto; porque él no vivía dentro de la planta urbana y sí en las afueras en la casa que todos conocemos, o en su segunda residencia, el escritorio dela Administración del Parque. Pero de ahí a querer extraer fundamentos para el cambio de denominación dista un abismo.

Así es que nació el 9 de julio de 1909 por aprobación parlamentaria la denominación de “18 de Julio”.

 

 

6. La razón de nuestra lucha

 

En este sentido decimos que los hechos narrados han sido la razón de nuestro movimiento opuesto a los que otros pretenden el cambio de nombre dela Villa, en especial a su principal interlocutor el Sr. Julio Decuadra, un integrante más de nuestra familia hoy dividida innecesaria y equivocadamente. Cuando el movimiento de cambio de denominación se puso en marcha en forma silenciosa, se le dijo a la población –  no sabemos a cuántos vecinos ni por quién – que las mismas eran para solicitar la ejecución de obras ala Intendencia.Losintegrantes de nuestra comisión fueron testigos de manifestaciones de este tipo, y tenemos una nota de un vecino, que en conocimiento del verdadero propósito pidió por nuestro intermedio el retiro de su firma, cosa que hicimos llegar como fue su deseo al lugar donde se había hecho llegar tal petitorio, ala JuntaDepartamental.

Los integrantes de la Comisiónconstituida a los efectos del mantenimiento de nuestra identidad y que preside-  al margen de matices políticos- el Sr. Miguel Gatti Cardoso; siempre informaron a sus adherentes previo al acto de la firma, cuál era el único propósito de nuestro movimiento, cuando las recogidas por el “cambio”, ya se encontraban enla Intendencia Municipal de Rocha. Tal maniobra nos obligó a apresurarnos para que no nos llevara la correntada. Medio pueblo se sintió feliz cuando tomamos, con viejos y nuevos colaboradores, esta iniciativa de defender su nombre, más allá de razonamientos históricos, entendiendo que los mismos sólo deben sumarse para la historia grande del lugar y su entorno y no cercenar la de nuestros antecesores y la que nosotros mismos con nuestro aporte logramos conformar.

En el libro conocido como “ITA-PURAJEI-TABA” de autores varios se manifestó una intencionalidad dirigida al cambio de nombre por el Sr. Decuadra. En esa obra nosotros sin egoísmos, y por el vínculo familiar, aportamos buena parte de lo que allí se dice – y había y hay más-, porque con ello además del aporte en sí, nos sentíamos felices de colaborar con el primer libro editado sobre estos pagos; donde si bien tenemos discrepancias, reconocemos el aporte invalorable que este representa.

En cuanto a manifestaciones de terceros que se intentan usar como testimonios favorables a la modificación decimos, al igual que  “El Negro Jefe”: “Los de afuera son de palo”. Los enterramientos arqueológicos por más antiguos que sean y en su conocimiento incierto de vidas y costumbres de grupos aborígenes que nos antecedieron y que los imaginamos por los recursos de los cuales se valían para subsistir, no serán nunca suficientes argumentos.

La expresión dolida de que se perdiera la centralización de los actos porla Juradela Constituciónen nuestra Villa es producto de un sentimiento de patriotismo arraigado en muchos de sus habitantes y lo expusimos por esa razón. Tal pérdida fue aprovechada porque eso servía a los intereses del cambio de nombre, como que si tales festejos fueran la única razón que tuviéramos para exponer en oposición a esta pretensión.

 

 

7. Patrimonio común

 

Lo que nos pertenece, nuestro pago, el Fuerte San Miguel y su historia, nuestra fauna, la flora nativa, el Arroyo San Miguel, sus Bañados, la Piedrade la Muñeca, nuestras raíces, y lo que fue un pasado de esplendor y de historia. ¿Cuántas manos se levantan en “18 de julio” y “San Miguel” para defender este patrimonio?. Hay una Reserva que espera, un palmar a proteger, un turismo posible de invierno, de paz y descanso en la sierra. El Arroyo San Miguel también espera. Se precisa el empuje de las nuevas generaciones para que esto sea realidad y no vale la pena desgastar energías estérilmente.

Hemos demostrado que una cosa no excluye la otra. Se trata de dos elementos diferenciados; un paraje hermoso con una identidad definida y una población de más de un siglo que busca mantener también su identidad

Si nos une el Amor por este lugar, ¿por qué no dejar las cosas como están?

Con esto creemos dar respuesta a los razonamientos e interrogantes de quienes se preguntan porque mantener el nombre “18 de Julio”.

Esa fue la voluntad del núcleo de fundadores de nuestra población quienes escogieron un nombre sin capricho alguno y en su libre albedrío y nosotros hoy nos sentimos consustanciados con tal resolución y respetuosos de aquella sostenemos esa decisión histórica.

 

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