Félix Flügel González
Sumario: 1. Introducción – 2. El “Potrero Grande”- 3. El comienzo del sueño colonizador – 4. Los colonos – 5.La Colonia de Gervasio – 6. Epílogo
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INTRODUCCIÓN
Nuestra niñez transcurrió en el Potrero Grande, en medio de un paisaje singular. Allí se suceden entre el océano y el arroyo de Los Indios, médanos, llanuras, cerros, lagunas y bañados que representan la parte natural de esta zona. Serpentean en ese suelo un canal y una ruta, mientras alambrados, montes artificiales y casas recortan su silueta hasta el horizonte como testimonio de la acción humana a través de los años.
Desde nuestro hogar, enclavado en la cima de un cerro, podíamos dar alas a nuestra imaginación mientras la vista nos transportaba por el sur hacia la imponente Fortaleza de Santa Teresa; se sumergía por el este en aguas del Atlántico; buscaba por el norte la lejanía de los bañados y las sierras de San Miguel y ondulaba rumbo al oeste entre los campos siguiendo el trazado de la Ruta14. Ahí en esa tierra, todavía niños, encontramos las huellas de un pasado que se hallaba, al decir de Eduardo Martínez Rovira ,“entre el olvido y la memoria”.
En torno a nuestra casa y a las vecinas, donde hacia mediados del siglo XIX vivieron numerosas familias descendientes de antiguos colonos, perduraban restos de viejas construcciones y quintas con frutales de variadas especies que en forma generosa seguían alimentando nuestra curiosidad infantil.
Pero encontramos otros vestigios de un tiempo ya ido. Detrás del arado, mientras la reja abría los surcos, aparecían a la luz restos materiales de casas abandonadas: pedazos de ladrillos y de platos o tazas de fina losa decorada.
Relatos de nuestros padres hablaban de “los tiempos de la colonia” y de vez en cuando venían a visitarnos familias de raros apellidos que hacían mención al parentesco o decían ser descendientes de los colonos que vivieron en la zona.
Años después, cuando nos afincamos en la ciudad de Rocha , nuestro interés por la historia regional nos llevó con frecuencia hasta la BibliotecaMunicipal.Allí, encontramos en trabajos de Orestes Araújo y de Antero Urioste la información básica para iniciar un largo camino de investigación, el que todavía transitamos, para develar los secretos de “Gervasio”, la denominada Colonia Agrícola de Santa Teresa.
Vamos a ir al encuentro del pasado con las historias que ocurrieron en tiempos de nuestros abuelos.
Agradecemos esta oportunidad que brindala Revista HistóricaRochense haciendo posible la comunicación con sus selectos lectores .
2. EL POTRERO GRANDE
La Colonia Agrícolade Santa Teresa se asentó hacia el este de la antigua “Estancia del Rey” en el llamado “Potrero Grande”. En estos campos el hacendado Juan Acosta proveía de ganado vacuno y caballar a las tropas apostadas en la fortaleza en los comienzos del siglo XIX .
Cuando Isidro León de Ávila vino a realizar la mensura de ese gran potrero seguramente pasó muchas penurias contorneando los bañados de “Santa Teresa”, “Los Indios” y “Las Maravillas” que limitan mayoritariamente el área de dos suertes de estancia que recibió el mencionado Acosta en 1807. También hacia el océano la zona era intransitable debido a la presencia de enormes médanos avanzando amenazantes “tierra adentro”.
Quedaban sólo dos puertas para entrar o salir a esta gran “estancia”: por la “Angostura” junto a la fortaleza o porLa Coronilla a través de una senda más o menos transitable existente entre el monte nativo y el bañado.
Después de la creación del Estado Oriental del Uruguay, en 1830, la región permaneció aislada mientras la cercana fortaleza – asiento de oficinas aduaneras por más de treinta años- militarmente abandonado y amenazada por el avance de los médanos, era abrazada por una exuberante vegetación y de a poco se poblaba de alimañas.
Los campos del “Potrero Grande” resultaban aptos para la ganadería y la agricultura; estaban muy próximos a la costa atlántica en donde existe un puerto natural en el Cerro Verde y se constituían en gran parte por tierras fiscales, todo lo cual permitiría alimentar la idea de fundar una colonia agrícola en el lugar hacia fines del siglo XIX .
3. EL COMIENZO DE UN SUEÑO COLONIZADOR.
Hacia octubre de 1873 la zona se vio conmocionada con el embique del vapor “La Porteña” tras una persecución novelesca y espectacular. Ese mismo año se elabora el primer proyecto para la desecación de los bañados en la zona y la habilitación de un puerto de ultramar. El Ingeniero Doncel solicita la concesión para la construcción de un ferrocarril que uniera el proyectado puerto con otro a ubicarse enla Laguna Merín. Al no tener andamiento esa gestión fue reiterada en 1882 por el también Ingeniero García de Zúñiga quien cambió el destino de ese puerto para San Miguel. Viene posteriormente una larga serie de propuestas para la zona a través de los Ingenieros Francisco Ross, Luis Deal, Roberto Armenio, Bernardo Caymaris, Eduardo Cooper y Juan Pedro Lamolle entre otros. Todo parece indicar que no encontraron el apoyo oficial y la asistencia económica para concretar las obras.
Sin embargo, el momento es aprovechado por Eduardo Grauert, quien en implicancias con gobernantes de la época (período militarista de Máximo Santos), llevó adelante un proyecto de creación de una colonia agrícola en la zona aledaña ala Fortalezade Santa Teresa. Negoció con el Estado la compra de cierta extensión de campo para fraccionarlo y luego vender o arrendar las chacras según las aspiraciones y posibilidades de los nuevos pobladores.
La fundación se autorizó en base ala Leyde Colonias de 23 de noviembre de1880 através de un Decreto Reglamentario del 30 de junio de 1881 y mediante el contrato celebrado por el Gobierno con el citado Grauert el 30 de agosto de 1883 según don Manuel Lessa. Otras fuentes indican que ese contrato se firmó unos días antes, el 22 de agosto. De ahí en más inició Grauert un largo peregrinaje tratando de interesar a futuros colonos. Entró en relación con el Pastor Daniel Armand Ugon quien estaba preocupado por conseguir tierras para las nuevas familias valdenses que periódicamente llegaba desde Italia. Viajó a esta zona según lo demuestran documentos de la época y logró efectuar un registros de aspirantes a través de las autoridades policiales para efectuar luego “ventajosos” ofrecimientos.
Desconociendo las verdaderas dimensiones del proyecto y atraídos por la noticia y los buenos augurios de los impulsores de la fundación de esta colonia comenzaron a llegar las primeras familias. Para combatir la desconfianza el propio Armand Ugon adquirió una chacra.
Sostiene Orestes Araújo que en la oportunidad se procedió “a la delineación y amanzanamiento de la planta urbana de una población que con bien poco acierto y mucha maña se denominó Gervasio, pretendiendo solemnizar el segundo nombre del Jefe de los Orientales”. Sin embargo hasta nuestros días llegan versiones de descendientes de los colonos primigenios de que el nombre de Gervasio provenía de un carretillero de la zona e incluso de un colono que habría fallecido antes de venir a estos parajes. Nada hemos podido confirmar al respecto. Por lo que en definitiva avalamos que la intención fue la de homenajear a don José Gervasio Artigas dando su segundo nombre a la naciente colonia..
En realidad no se encontrado hasta el día de hoy ningún indicio que permita evidenciar el trazado de calles, manzanas y solares pero sí claramente fueron trazados algunos caminos vecinales y delineadas las chacras que ocuparon aquellos primeros colonos.
¿Cuántos fueron? ¿A qué se dedicaron? He ahí las interrogantes que venimos tratando de develar a lo largo de los años. Compartiremos así con los lectores información reunida al respecto en el apartado “La Colonia de Gervasio”.
4. LOS COLONOS
Oficialmente la creación de esta colonia fue avalada en agosto de 1883 por lo que no parece probable la llegada de familias con anterioridad a esas fechas. En 1884 había familias viviendo en el lugar y los valdenses llegaron a principios de marzo de 1886 según los historiadores Tron y Ganz.
La nómina que conforma el padrón de esta colonia no es muy extensa. Los pioneros fueron suizos, italianos, alemanes, españoles y algunos hijos de esta tierra que apostaron a este emprendimiento. Llegaron en carretas desde diversos lugares trayendo pocas pertenencias. Entre ellas algunas muy valiosas como semillas, plantas y herramientas. Vinieron también carretas transportando exclusivamente materiales como chapas de zinc, clavos, madera, hierro, etc. para ser utilizados por los colonos en la construcción de sus casas.
Acá se amasó el barro para fabricar ladrillos, en algunos casos hubo necesidad de cortar los pajonales y conseguir leña y madera para las necesidades inmediatas.
Entre los inmigrantes llegados a este paraje encontramos al matrimonio de Juan Esteban Benech Besson y Susana Arduin Dalmás quienes provenían de Italia donde se habían casado. Tuvieron un total de 14 hijos. Llegaron a Gervasio con tres de ellos: Juan Pedro, Juan Esteban y José Augusto. Enla Colonianacieron Daniel, Juan Enrique (quien falleció ahogado en 1888 al caer en una fosa que dejaron al hacer un horno de ladrillos) y posiblemente Judith y Catalina.
Otras familias valdenses que se establecieron en el lugar fueron Bastia, Constantin, Morel y Charbonnier y los solteros Esteban, Juan y Augusto Arduin, Juan Daniel Geymonat , Bonjour y Francisco Justet.
Provenientes de una estancia del departamento de Soriano vino también el matrimonio de Theophile Flügel y Eduviges Dietschi, suizos llegados años antes a Uruguay donde contrajeron matrimonio en 1872 en Colonia Valdense. Con ellos vinieron también sus hijos Teodoro, Luis Roberto y Berta. Además los acompañó Arturo, el hermano de Eduviges, quien era soltero. En su condición de agricultores estos inmigrantes debieron poner a prueba sus conocimientos para poder sobrevivir en un sitio tan hostil.
Encontramos también a Cristian Gammenthaler, originario de Rudelfingen, un pueblo suizo fronterizo con Alemania, el que contrajo matrimonio con Sinforosa Rodríguez a quien conoció en un baile de campaña. Hábil herrero, trascendió por los trabajos realizados durante muchos años sobre el yunque a golpe de martillo.
Tras consultar varios documentos en oficinas públicas de Chuy pudimos comprobar la existencia de diversos vecinos hacia el 1884. Citamos una nota del Juzgado de Paz con fecha 20 de julio donde se expresa que una marca encontrada en los médanos de Santa Teresa pertenecía al Sr. Nicanor Noguera, vecino de ese paraje. Esta misma persona es citada en documento anterior, fechado el 7 de julio de 1884 para que se presente en el Juzgado de Paz de San Vicente (Castillos) por asunto referente a la mensura y deslinde de los terrenos de Santa Teresa. Tal vez ese sea el comienzo de la demarcación dela Coloniade Gervasio.
En las averiguaciones judiciales sobre la marca de ganado encontrada aparece también el nombre de Delfin Rocha como radicado en el lugar.
Otros vecinos que figuran en un inventario labrado el 20 de junio de 1891 son: Concepción Techera (encargado de realizar el mismo), Dolores Acosta, Cipriano Hernández, Donato González, Balduvino Carrasco, Félix Bobadilla, Manuel Y. Gómez, Miguel Ayala y Ramón dela Vega.Tambiénse registran las pertenencias de Casa Blanca.
En archivos consultados enla Comisaríay Juzgado de Paz de Chuy encontramos a otros pobladores dela Colonia: Holftetter u Hofstetter (1886), Ballesta (por tradición oral primer maestro en la escuela de Gervasio, creada en 1886), Manuel Lavega (maestro en 1888), Demetrio Borges (Teniente Alcalde en 1884), Alipio Silvera (igual cargo en 1888), Tomás Lezama quien tuvo de agregado suyo a Antonio Rocha, Antonio Baceda (guardiacivil en 1889), don Rufino Bengochea, encargado de policía de Gervasio en 1889, Manuel Acosta, Cayetano Leopardi (comerciante de origen italiano instalado posiblemente en 1896), Domingo Machín (oriundo de Castillos que en 1886 tiene campo en esa zona de la colonia), Juan Méndez (Teniente Alcalde en 1887). No se tiene seguridad pero los creadores de la colonia valdense del Alférez, Greissing e Ibáñez habrían estado vinculados también con este frustrado proceso fundacional.
Documentos y registros fidedignos de la tradición oral muestran otros nombres y apellidos de pobladores cuya fecha de llegada no siempre se ha podido precisar. Incluso no sabemos si algunos de ellos estuvieron radicados aquí o sólo se les menciona por ser “propietarios” (interprétese tener chacra asignada a su nombre). Así la lista prosigue con: Luis, el carpintero quien vivió frente al antiguo Camino Nacional, Paulino Pascal
(figura allí en 1888), Enrique o Henrique Rump de Kerl, Gertrudis Brendel de Amrhos (alemana), Carlos Brendel (alemán), Zoilo Lasso (carrero de origen español llegado desde Pan de Azúcar allá por 1902 o 1903 ), Carla Isabel Witte, Juan Alberto Guillermo Brendel, Santos Beorlegui (vasco), Quintín Cuadrado, Máximo Vogler (alemán), Mateo Gutiérrez (guarda aduanero en Santa Teresa) y otros que sin duda existieron y habrá que localizarlos en el padrón o registro que se hizo – si se encuentra el archivo-
Recordamos también la presencia en la zona de descendientes de Juan Acosta quien tuvo el casco de la Estanciadel Rey al noreste del “Potrero Grande” y a partir de 1898, la del Ing. Luis Andreoni iniciando obras de desecación de bañados en “Las Maravillas” y “Santa Teresa”.
5.LA COLONIA DE GERVASIO
La Coloniade Santa Teresa se deslindó y amojonó en 1885 por parte de los agrimensores Benvenuto y Percovich. No se han recabado datos de la cantidad de chacras fraccionadas aunque a juzgar por la numeración de las mismas alcanzaban o tal vez superaban el centenar. La mayoría no fueron adjudicadas por falta de interesados. No obstante, a partir de 1884 se tiene la seguridad que empezaron a establecerse familias en el lugar, siendo 1886 el año donde llegaron más inmigrantes, según se desprende de consultas efectuadas en documentos de la época.
La vida de los colonos fue sacrificada. Alejados de centros poblados debían realizar largos viajes hasta Santa Victoria do Palmar o a San Vicente (Castillos) para vender o adquirir productos básicos para sobrevivir. Se dedicaron a construir sus casas, a cercar espacios para el ganado – principalmente lechero y caballar- mediante la construcción de balos (zanjas y muros hechos con terrones) e introdujeron el tojo (el conocido tollo), planta espinosa que permitía limitar predios en tiempos en que no se había difundido el alambrado. Plantaron árboles y otras especies para abrigo de chacras y quintas: eucaliptos, pinos, trasparentes, robles, cañas, etc. Trajeron frutales variados: perales, manzanos, durazneros, ciruelos y vid, entre otros. Sembraron maíz, zapallos, sandías y hortalizas. Hicieron quesos, vinos y dulces. También en años posteriores algunos pobladores se dedicaron a la apicultura y sembraron trigo.
En 1887 se tramitó el desvío del Camino Nacional en predios de la colonia, no se sabe si se concretó de inmediato.
El 5 de marzo de 1887 mediante Decreto se rescindió el contrato con Grauert tomando el Estado la posesión de aquellas tierras donde pocos colonos se encontraban aún instalados y dedicados al trabajo. Algunos de ellos se presentaron ante el Gobierno logrando en 1912 la adjudicación de las tierras que ocupaban. Entre ellos don Teófilo Flügel poseedor de las chacras números 56 y 60 compuestas cada una de treinta hectáreas que le habían otorgado en 1884 y en las que se estableció en el año 1886, don Arturo Diestche, ocupante de las chacras 52 y 64, Cristian Gammenthaler, sucesor de Maurer en la chacra número 48 y Máximo Vogler instalado en las chacras números 98, 99 y 100. Surgen interrogantes: ¿los apellidos Maurer y Morel (citados por distintas fuentes) corresponden a una misma persona?, ¿Existen deformaciones al escribirse nombres y apellidos extranjeros por parte de los encargados de redactar los documentos? Consideramos esto como muy probable teniendo en cuenta la pronunciación de los mismos.
Todo parece indicar que Cristian Gammenthaler ocupó la chacra de Maurer al ausentarse éste a poco de fundarsela Colonia.
Interesante resulta la lectura del Inventario de pertenencias de 1891 al que aludíamos en el apartado anterior. Constan allí 14 propietarios de animales, herramientas, muebles, etc. que fueron registrados aunque no se indica con qué finalidad. Muchos poseen un arado y dos bueyes siendo éstos los bienes más preciados de aquellos agricultores gringos.
6. EPÍLOGO
Desgraciadamente la colonia fracasó por mala administración lo que motivó el retiro de muchos de los colonos en busca de nuevos horizontes.
Respecto a los valdenses que llegaron acá transcribimos la información incluida en el libro “Historia de las Colonias Valdenses Sudamericanas”:
“La familia de Esteban Benech fue la última que quedó en la colonia, permaneciendo allí 5 años. A fines del año 1890 regresó también, empleando 11 días de marcha para llegar hasta San José, arreando detrás de las carretas y yuntas de bueyes, unas lecheras y algunos caballos.”…“Los colonos pasaron por peripecias inenarrables. Durante su estada allí muy pocas veces comieron pan. Las Autoridades, por medio de la Policía les daba carne. Pero los que arreaban los animales, los mataban cansados, ofreciendo luego una carne perjudicial para los colonos. A veces don Esteban Benech se trasladaba hasta Santa Victoria do Palmar, en el Brasil, llevando con caballos, maíz y otros productos, para luego adquirir lo indispensable para su numerosa familia.”
El propio Eduardo Grauert tuvo que llegar a un acuerdo con el Gobierno rescindiendo el contrato. La decadencia originó que a partir del 10 de abril de 1889 la sección dela Comisaríade Gervasio pasara a depender del Chuy.
En 1892 quedaban unas 19 familias viviendo llenas de privaciones. Algunas de las pioneras – o sus descendientes- permanecieron en la zona .
Hacia 1912 las autoridades gubernamentales trataron de remediar en parte las falsas promesas a colonos adjudicando en propiedad las chacras que poseían. Continuaron dedicados a una producción diversificada que les permitió sobrevivir y posibilitó que Gervasio fuera pasando lenta pero inexorablemente al mundo de los recuerdos.
BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES CONSULTADAS
- “Historia de las Colonias Valdenses Sudamericanas en su primer centenario” Ernesto Tron- Emilio H. Ganz
- “Gervasio:La ColoniaAgrícolade Santa Teresa” . Edición 1996 ( del autor).
- Inventario Colonia Santa Teresa por Concepción Techera. (Chuy , junio 20 de 1891).
- “Entre el olvido y la memoria” Eduardo Martínez Rovira
- Libros y Notas del Juzgado de Paz de Chuy (autorizada su consulta en 1988)
- Copiador de Notas dela Comisaríade la 5º Sección de Chuy (consulta autorizada en 1988)
- “Diccionario Geográfico del Uruguay” de Orestes Araújo.
- “Zona del Este” de Florencio Martínez Bula.
- “Consideraciones sobre inmigración y colonización” de Alvaro Pacheco.
- “Organización de las receptorías de Aduanas” de Tomás Guillermo Miller (1950)
- Revista “Singular .Memoria Valdense” (junio 1997)
- Anotaciones diarias (1925-1930) de Teodoro Flügel
- Plano del Arq. Arturo López Blanquet (1952)
- Ensayo de una Bibliografía, Cartografía e Iconografía del Dpto. de Rocha de Antero Urioste (1947)
- Escritura del año 1912 (Escribanía de Gobierno y Hacienda)
- Testimonio de matrimonio Nº 053085 (Registro Público de Matrimonios Civiles de Mercedes)
- Suplementos de Diarios El Día yLa Mañana.
- “De naufragios y leyendas en las costas de Rocha” Juan Antonio Varese.
- Personas que aportaron información: Prof. Jesús Perdomo, Teófilo Rosendo Flügel, Ignacia González, Gladys de los Santos (investigaciones realizadas en Berna, Suiza), Julio Dornel, Sigisfredo Benech, Leonardo Techera González., Otto, Mirabel y Gustavo Gammenthaler,
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