Uruguay R. Vega Castillos

 

 

SUMARIO: 1. Las raíces: Aspe y su historia – 2. Antecedentes familiares de Rafael Pérez del Puerto 3. Una era de cambios en la administración española – 4- La integración de un equipo de administración – 5. El régimen de Intendencias – 6. Rafael Pérez del Puerto y la Expedición Cevallos – 7. Pérez del Puerto en el este de la Banda Oriental – 8. Cargos ordinarios – 9. Cargos extraordinarios – 10. Director de Poblaciones – 11. Pérez del Puerto y la fundación de Rocha – 12. Los reconocimientos practicados en la zona – 13. Datos del lugar – 14. Otra prueba de la eficiencia de Pérez del Puerto: las casas para pobladores – 15. Bibliografía – 16. Agradecimientos

 

 

1. Las raíces: Aspe y su historia

 

“Aspe es un municipio de la comunidad valenciana. Situado en el interior de la Provincia de Alicante, en la comarca del Vinalopó Medio. El núcleo principal de la población está a 238 metros de altura, a orillas del río Tarafa, principal afluente del Vinalopó, a 24 kilómetros de Alicante”[1]

 

La situación geográfica del pueblo de Aspe, lo muestra como una población situada en el centro del corredor natural del río Vinalopó, “Esta especial situación en medio de una encrucijada de caminos, determinó posiblemente, que hace unos 40.000 años, pequeños grupos de pobladores ocupasen esa zona.” [2]

 

El asentamiento más antiguo, se remonta al Período Paleolítico Medio. Es el caso de los hallazgos en el Peñón de la Ofra y también pero del Período Neolítico, son los yacimientos arqueológicos de El Tabaya, Murón de la Horna, etc. [3]

 

El valle más importante lo forma el corredor del río Vinalopó, desplegado en dirección norte – sur. Dicho corredor es la zona donde se hallan las localidades con mayor población, el núcleo formado por Elda – Petrel y el eje Novelda Aspe.[4]

La zona descrita, con posterioridad fue colonizada por los íberos, que se establecieron en las colinas del Castillo del Río, denominándose a partir de entonces Aspis.

“Con la conquista de la península Ibérica por el Imperio Romano, dos siglos antes de Cristo se fomentó la agricultura, mediante el sistema de centuriones o villas agrarias. La primera mención a este asentamiento es del geógrafo de Alejandría, Claudius Ptolomeo, siglo I después de Cristo, que en su libro “Geografía Ibérica”, menciona entre ellas a Yaspis.” [5]

Otros pobladores de la zona, fueron los visigodos. Luego en el siglo VIII, los musulmanes conquistaron la Península y por un lapso de ochocientos años permanecieron allí.

“Su ocupación debió ser pacífica, ya que el noble visigodo Teodomiro que poblaba Iaspis en el año 713 cedió su dominio al conquistador árabe Abd al Aziz, con el pago de un impuesto respetándose a cambio la vida, libertad, propiedades, religión, etc. de sus moradores. Iaspis pasó a llamarse entonces Asf.” [6]

Aspe pasó a integrar la provincia musulmana Cora de Tudmir. En el siglo XI, la población pasa al reino Taifa de Denia. La denominación de Asf es mencionada por primera vez por el geógrafo árabe Al – Udri que la sitúa como formando parte de un cortijo, en el camino de Murcia a Valencia.

“Los árabes, quienes ocuparon de lo que se ha conocido durante siglos como “El Azp Viejo” proyectan su cultura, religión, etc. fundando “El Aspe Nuevo”. Canalizaron para el riego de sus huertas las aguas que discurrían libremente por el río Tarafa, que fueron encauzadas desde las cotas de nivel más altas creando una huerta fértil, regada por las acequias Aljaun y Fauquí, cuyos nombres perduran todavía” [7]

“Quizá el acontecimiento más importante de la Historia de Aspe ocurrió en el año 1225, cuando el castellano Alvar Fáñez aprovechando la ausencia del Califa Al – Udri, junto con los consejos de Cuenca, Huete, Alarcón y Moya, realiza unas sangrientas algaradas en el Castillo de Aspe, entonces “Asf”, lo que motivó sin duda, que sus moradores abandonaran paulatinamente el refugio del Castillo, asentándose en la suave ladera del Río Tarafa en las proximidades de sus fuentes, a unos 4 km del anterior His’n Asf o asentamiento fortificado.” [8]

Aspe integró el Alfoz [9] de Alicante, y como tal perteneció a Castilla, como consecuencia del Tratado de Almizrra, celebrado el 26 de marzo de 1244 entre Jaime I de Aragón, y el entonces Infante Alfonso de Castilla. En el mismo se establece que las tierras al Sur de la zona conformada por Biar – Busot – Villajoyosa se reconocían de la Corona de Castilla. El Tratado procuraba subsanar los continuos incumplimientos de los anteriores tratados, el de Tudilén (1151) y de Cazorla (1179).

En el año 1252, el Rey Alfonso X cedió a la gobernación de Alicante: “doles et otorgoles que hayan por aldeas de sus términos [10] Noella et Azpe el Viejo et Azpe el Nuevo et Nomport agost et busot et aguas.” [11]

Jaime I, el Conquistador en Valencia se hizo servir de un caballero muy acaudalado, de nombre Miguel Díaz, que al frente de una fuerza de 1.000 hombres se aproximó a Aspe.

“Conquistar Aspe, según cuenta la leyenda fue una de las batallas más duras para el Caballero D. Miguel Díaz, y el rey Jaime I, después de la contienda concedió título de “Caballeros Fidelísimos” a la guardia superviviente de Aspe, así como concedió título nobiliario Marqués de la Horna, títulos que aún se conservan aunque sin reconocimiento jurídico. Por ello es que todos los ciudadanos de Aspe, son reconocidos como caballeros distinguidos en “Semper Fidelis.”[12] En el año 1296, Jaime II de Aragón invade la zona, quitándole Aspe a don Juan Manuel, y pasando entonces a pertenecer a la Corona aragonesa, formando parte del reino de Valencia. Junto con Elche y Crevillente permanecerán bajo la administración señorial durante un período de más de tres siglos.

A comienzos del siglo XVII, la villa comenzó a despoblarse, quedando casi vacía alrededor de 1609. El señor de la Villa, para subsanar la grave carencia de brazos, procura atraer gente de otros lugares. En este sentido el 22 de mayo de 1611, el Duque de Maqueda publica una Carta Puebla, por la cual realiza donación de tierras a los nuevos colonos que se establezcan. La Casa señorial de Maqueda – Arcos – Altamira era quien se beneficiaba con la percepción de los impuestos y entendió pertinente promover y financiar la construcción de los edificios públicos, ya sea el Ayuntamiento, el hospital, la casa palacio y la Iglesia Parroquial.

 

2. Antecedentes familiares

 

La familia de Rafael Pérez del Puerto disfrutó de una posición relativamente desahogada.

Los abuelos paternos fueron José Pérez y Ana Cañizares. José se dedicaba a negociar en los rubros de vinos y ganados. [13] Un hermano de José ejerció el cargo de Alcalde Ordinario en los años 1721 y 1725. [14]

José Pérez Cañizares, el padre de Rafael, nació el 18 de diciembre de 1702. En el año 1725 contrajo primeras nupcias con Feliciana Alcaraz.

“…consta que José Pérez Cañizares se inicia en la actividad laboral pública en calidad de procurador judicial, ya que aparece entre 1726 y 1732 como receptor de poderes notariales que le son asignados por algunos vecinos de la villa al objeto de representarlos en diversas diligencias judiciales tales como pleitos, cobros, etc.” [15]

 

Fachada de la que fuera la casa de la familia Pérez del Puerto
(Fotografía gentilmente cedida por el Historiador de Aspe, Gonzalo Martínez)

 

 

En 1733 José Pérez inicia el ejercicio profesional como escribano público. Durante el período comprendido entre 1733 y 1774 los historiadores aspenses registraron distintos documentos que demuestran el ejercicio de la actividad profesional. Al fallecimiento de su primera esposa, contrajo segundas nupcias, con Francisca Puerto Cerdán, en la década del 40. Francisca era hija de Ginés Puerto Pascual y de Francisca Cerdán Gozálbez.

“El abuelo Ginés Puerto fue nombrado depositario de los bienes de su difunto padre Miguel Puerto en 1710, teniendo a su cargo un apreciado número de bienes en tierras y dos casas, una de ellas tenía límites con el Ayuntamiento, la almazara de Martín Pérez y el Callejón del arco del Ayuntamiento, la otra vivienda limitaba con la plaza de los Álamos y el callejón que entraba al arco del Ayuntamiento. Ginés temiendo por su vida, realiza testamento conjunto con su esposa Francisca en 1719, donde únicamente aparece como heredera su hija Isabel María.” [16]

  

En el año 1732, Ginés Puerto es designado Alcalde Ordinario, cargo que repite en 1739.

José Pérez Cañizares, en su segundo matrimonio con Francisca Puerto Cerdán hubo siete hijos; Mariano, Juan Bautista, Pascual, Rafael, Raimundo, José y Ana.

José Pérez, luego de sortear exitosamente una enfermedad que lo tuvo al borde de la muerte, y lo obligó a efectuar testamento, retomó sus actividades “e inició la instrucción de sus hijos en el arte de la escribanía. En consecuencia, varios de sus descendientes aparecen en calidad de testigos rubricando escrituras protocolizadas por su padre, tal como sucede con el joven Rafael Pérez Puerto, que signó diversos documentos en el año 1768.” [17]

  

3. Una era de cambios en la administración española

 

El siglo XVIII marca un momento especial de la historia de España. La preocupación de las autoridades pasaba por la percepción de recursos financieros. La Real Hacienda,  la hacienda pública o tesoro público, era motivo de atención, por cuanto se advertían graves carencias y un número importante de irregularidades.

La primera casa reinante, la de Austria, no había manejado con acierto la economía española. Cuando se produjo la llegada de la Casa de Borbón a la Corona española comenzó una serie de cambios. Todos ellos procurando mejorar la recaudación y hacer eficiente la administración.

La reorganización ministerial “Comenzó Felipe V este trabajo de organización dividiendo en dos la llamada secretaría del Despacho Universal, por decreto del 11 de julio de 1705, atribuyendo a la una los asuntos de Guerra y Hacienda, y encargando a la otra  de los restantes.

En 1714 hizo de su secretaría cinco departamentos, que denominó oficinas; una para los negocios de Estado y relaciones extranjeras; otra para las de guerra; otra para Indias y Marina; y otra, para Hacienda. Y en 1717 creó tres secretarias, determinando los asuntos de cada una, cuya índole revelan sus nombres: Secretaría de Estado y Negocios Extranjeros; Secretaría del despacho de Guerra y Marina, así de España como de Indias y Secretaria del despacho de Justicia, Gobierno, Político y Hacienda comprendiendo también España e Indias.

Fernando VII hizo nuevo arreglo de las secretarías de Estado y del Despacho Universal en cinco departamentos, señalando los asuntos que habían de correr a cargo de la secretaría del despacho de Estado en 15 de mayo de 1754, los de las secretarías de Estado y del despacho de Gracia y Justicia, del de Hacienda y del de Marina e Indias, en tres decretos de 25 de agosto del mismo año, y los de la Secretaría de Estado y del despacho de guerra en 24 de mayo de 1775.

Carlos III, en 1787, separó los asuntos de Indias de la Secretaría de Marina, y creó dos secretarías de Estado y del despacho de Indias: una, de Gracia y Justicia, y otra de Guerra, Hacienda, Comercio y Navegación.

Carlos IV, en 1790, suprimió estas dos últimas, repartiendo los negocios de Indias entre cada una de las cinco secretarías existentes: de Estado, Gracia y Justicia, Guerra, Marina, Hacienda.” [18]

Además de las reformas planteadas a nivel de organización general, hacían falta medidas de profundización de la gestión para que se tradujeran en acciones directas tendientes a la transformación del aparato administrativo. Ese será precisamente el segundo gran objetivo. Convertir el aparato administrativo, sacándolo del estado de desorden y abandono en que se encontraba, para transformarlo mediante una adecuada preparación.

 

4. La integración de un equipo de administración

 

Un primer aspecto que se tuvo en cuenta fue integrar el equipo de administración con funcionarios no relacionados con los comerciantes ni con los funcionarios americanos.

 

“Este equipo de administradores – agentes del Poder Real – adoctrinados en el concepto del servicio al Estado, fue reclutado con preferencia, entre los cuerpos oficiales, entendiéndose que el rigor del entrenamiento, la disciplina y el honor militar eran cualidades estimables ante la necesidad de defender al Imperio de la agresión británica y de contener el contrabando cortando las vinculaciones de los funcionarios coloniales con este tráfico ilícito. Tan ambiciosos propósitos, en la práctica, tuvieron relativa incidencia dado el insuficiente número de nuevos administradores, aislados frente a una copiosa burocracia con bien acreditada fama de corrupta, protegida por las distancias y la lentitud desesperante de las comunicaciones, que actuaba con indisciplina e impunidad – “obedézcase pero no se cumpla” – y que debía ser contemplada por todos aquellos empeñados en abrirse una carrera exitosa, uno de cuyos requisitos consistía en eludir conflictos con los grupos influyentes.” [19]

La propuesta de la Casa de Borbón, no sólo apuntaba a los principales de la cúpula administrativa, sino a la parte medular, es decir los funcionarios. Pero, el eje en torno al cual debía girar toda la renovación administrativa es el sistema de intendencias.

“En Francia, fuente de inspiración para el reformismo borbónico español, las Intendencias aparecieron a principios del siglo XVII y fueron un útil instrumento en la consolidación del poder monárquico.” [20]

Felipe V, primer Borbón en la Corona española procedió a contratar asesores en Francia, con la finalidad de instrumentar una restauración administrativa, que se concretó en la ordenanza de 1718 y que creaba un Intendente para cada provincia, teniendo competencias en los rubros de justicia, hacienda, administración y guerra. “La disposición fue prematura; chocaba frontalmente contra viejas rutinas burocráticas de la Península y despertó enconada resistencia, suspendiéndose su vigencia en 1721, recién pudo ser restablecida en 1749.” [21]

Los partidarios de la extensión del régimen de Intendencias como solución urgente, fueron reforzados en su postura por dos hechos. En primer lugar en los años 1762 – 1763 los ingleses ocuparon La Habana.  Esta plaza fuerte, calificada como uno de los puntos mejor defendido y ubicado como protección en la llamada Ruta de la Plata, y por consiguiente una pieza clave en las defensas de las Antillas, estuvo retenida en manos inglesas por un período de once meses. Como consecuencia llegan más de setecientos buques mercantes que trajeron manufacturas, víveres, maderas y esclavos. Sintomática diferencia entre la quincena de buques que promedialmente ingresaba por mes a ese puerto. La cifra marcaba el contraste, entre un período con los ingleses y otro con los españoles.

El segundo aspecto a tener en consideración fue la victoria de Inglaterra en la “Guerra de los Siete Años” que terminó con el imperio colonial francés en América.

“España, calculando que podía recibir igual trato, debió atender, con urgencia, al problema de la defensa de su amenazado imperio; en vista de los escasos recursos peninsulares se trazó un vasto plan encaminado a estimular la riqueza colonial; las reformas comerciales escalonadas (por ejemplo, en 1765 se habilitaron ocho puertos españoles, además de Cádiz, al comercio con los de Cuba, Santo Domingo, Puerto Rico, Islas Margarita y Trinidad) y una mayor eficacia en la recaudación fiscal, fueron los medios para allegar fondos al programa de defensa de las Indias.” [22]

 

5. El Régimen de Intendencias

 

5.1 Los ensayos previos:

 

En el año 1764, una Real Instrucción instaló una Intendencia en Cuba. Cinco años después una Real Orden estableció las mismas en Nueva España. Posteriormente, por Real Cédula se instituyó en Venezuela.

La creación de intendencias, en este período fue un ensayo, una experiencia con vistas a la comprobación de sus efectos, reacciones y proceso de adaptación, donde todos los participantes tuvieron que superar muchas dificultades.

 

5.2 La creación de la Intendencia de Buenos Aires

 

El 25 de octubre de 1778, el Rey de España, Su Majestad Fidelísima Don Carlos III designó a Manuel Ignacio Fernández en calidad de Intendente de todos los “ramos” de la Real Hacienda, con la comisión de efectuar el cobro, custodia y empleo de la renta de todo el virreinato. El citado funcionario, se desempeñaría de forma similar a los Intendentes de Ejército y Hacienda que se habían creado para Cuba y Venezuela.

El 28 de enero de 1782, se dictó la Real Ordenanza de Intendentes de Ejército y Provincia. La misma dividió el Virreinato del Río de la Plata en ocho intendencias. Una de ellas fue la de Buenos Aires. En este sentido el artículo 1º de la citada Ordenanza, establecía los siguientes puntos:

1)     Crea ocho intendencias en el Virreinato del Río de la Plata.

2)     Cada intendencia será considerada como una provincia.

3)     La Intendencia de Buenos Aires, será considerada intendencia de la provincia y general del Ejército.

4)     El Rey se reserva el nombramiento y el tiempo del ejercicio, recayendo dichos nombramientos en personas “de acreditado celo, honor, integridad y conducta”.

 

Carlos III

La Real Ordenanza creó la provincia subordinada de Misiones, que incluía los treinta Pueblos de las Misiones Guaraníes.

Por su parte, los departamentos de Yapeyú, San Miguel y Concepción dependerían de la Gobernación de Buenos Aires. Así mismo los departamentos de Santiago y Candelaria pasaron a depender de la Intendencia del Paraguay, con sede en Asunción.

Mientras tanto, Montevideo y su gobierno político y militar, continuaron en una relación de dependencia a través de la Intendencia de Buenos Aires.

En el año 1784, asume el cargo de Super Intendente de Real Hacienda Francisco de Paula Sanz. Cuatro años después, en 1788 el cargo de Superintendente General es asumido por el Virrey.

 

6. Rafael Pérez del Puerto y la Expedición Cevallos

 

En el año 1776 Pérez del Puerto trabajaba como administrativo en los Reales Almacenes Navales de Cádiz. Abandonó este empleo para incorporarse a la Expedición que comandaba Pedro de Cevallos, siendo destinado a la contaduría principal.

“…ante las derrotas sufridas por Vértiz en la Banda Oriental y los avances portugueses en la misma región (1774 – 1776), el gobierno español mostrose decidido a terminar con las extralimitaciones de Portugal en la frontera del Brasil. Más aún: se determinó a recuperar, no sólo las posesiones españolas conquistadas poco tiempo antes por el enemigo, sino aquellas que el enemigo usurpaba de tiempo atrás por virtud de su política tortuosa y de sus periódicos salteamientos.

Pareció a todos que tal actitud del gobierno español, adoptada con grandes aprestos y despliegue de fuerzas, sería la definitiva y que volverían al Río de la Plata varios antiguos dominios perdidos por la desidia, la irresolución o la mala política de los monarcas. A tanto había llegado la osadía portuguesa, que el astuto Pombal, cuando advirtió que sus generales del Brasil se excedían a ojos vistas en el avance, internándose demasiado en la Banda Oriental, ordenó (enero de 1776) el cese de las hostilidades; pero las comunicaciones llegaban siempre tarde, y en marzo de ese año ya habían perdido los españoles el fuerte de Santa Tecla. En otras regiones los portugueses estaban instalados en las cercanías del Perú. Por esos momentos Carlos III recibía un alarmante informe de Vértiz que le decidió a encomendar a don Pedro de Cevallos el apresto de una fuerte expedición destinada a la toma de la Colonia y la isla de Santa Catalina. En ello estaba don Pedro cuando llegaron noticias más graves todavía: no sólo progresaba el avance portugués sino que los españoles habían perdido también la ciudad de Río Grande.” [23]

Como consecuencia de estos hechos, el Rey Carlos III dio instrucciones para elevar el número de hombres, alcanzando los ocho mil hombres.

“Al tiempo en que el gobierno español tomaba con sigilo tan graves disposiciones producíanse grandes avances portugueses sobre la región del Amazonas, Caquetá y Putumayo. De suerte que Portugal, después de haber conseguido la destrucción de las Misiones orientales por la propia mano de España, afirmándose ahora en las ventajas alcanzadas iba conquistando nuevos territorios.” [24]

Era necesario que España actuara con energía. Esto era lo que se esperaba de Carlos III. Y el Rey actuó de acuerdo con lo esperado, no retaceó nada de lo que la expedición requiriera. La cuestión era armar una escuadra y una fuerza que diera por tierra con las intenciones puestas de manifiesto por los movimientos portugueses.

Advirtiendo el volumen que alcanzaba la fuerza, Su Majestad Católica trató de vinculara la misma con la creación de un nuevo virreinato.

El 25 de julio de 1776, el Rey expidió la Real Orden nombrando al Teniente General Pedro de Cevallos como jefe de la expedición.

“El mando de la escuadra de escolta recayó en el teniente general de la Armada don Francisco Everardo Tilly y Paredes, marqués de Casa Tilly, quien recibió su nombramiento en la isla de León el 4 de agosto y comenzó la preparación de la flota de transporte y escuadra de escolta.” [25]

La columna de 9.000 hombres, sería embarcada en un convoy de 93 buques mercantes. El contingente sería escoltado por los siguientes buques:

a) Navíos : “Monarca”, “San José”, “Poderoso”, “América”, “Septentrión” y un sexto navío del cual no se sabe con certeza si era el navío  “Princesa” o el “San Dámaso” [26]

b) Fragatas: “Santa Margarita”, “Santa Teresa”, “Liebre”, “Venus”, “Santa Clara”, “Santa Rosa” y  “Júpiter”

c) Otros: un  chambequín,  dos  paquebotes [27], un bergantín, una bombardas [28], una saetía armada [29], una urca  [30], un brulote [31]

Las tropas que integraban la expedición pertenecían a las siguientes unidades: Regimiento de Infantería de Toledo; “El Profetizado”, Regimiento de Infantería de Murcia; “El Leal”, Regimiento de Infantería Hibernia; “La Columna Hibérnica”, Regimiento de Infantería Princesa; “La Estrella del Norte”, Regimiento de Infantería de Córdoba; “El Sacrificado”, Regimiento de Infantería de Galicia; “El Señor”, Regimiento de Infantería de Zamora; “El Fiel”, Regimiento de Infantería de Guadalajara; “El Tigre”, Regimiento de Infantería de Saboya; “El Terror”, Regimiento de Infantería de Sevilla; “El Peleador”, Regimiento de Infantería Voluntarios de Cataluña; “El Sublime y Heroico” [32] y varias compañías de Granaderos.

El 1º de noviembre, en Cádiz se inicia el embarque. El 13 de noviembre, la expedición suelta amarras.

“El 20 de febrero de 1777 la expedición llegó a la isla portuguesa de Santa Catalina… Su guarnición se rindió sin resistencia y se capturaron 3.816 prisioneros.  Ceballos despachó a los ayudantes de campo Muzquiz, Imperiali y Rodríguez en tres embarcaciones para España con el fin de dar la noticia. Acto seguido se dirigió a la Colonia del Sacramento.

Tras desembarcar las tropas, el 24 de mayo la columna de Ceballos acampó frente a San Antonio del Real, consiguiendo que la plaza se entregara el 4 de junio. A continuación marchó hacia Montevideo, y el 28 de agosto se trasladó a Santa Teresa. Allí estaba preparando el ataque a …Río Grande de San Pedro cuando recibió la orden de suspender las hostilidades.” [33]

Escapa a los alcances de este estudio, analizar los efectos de la campaña.

Sí interesa destacar, como actuó Pérez del Puerto. En efecto, el propio Pérez del Puerto, informa sobre su cargo en dicha expedición: “fui destinado como Oficial que entonces era de la Contaduría Principal del Ejército de aquella expedición…” [34]

El número de efectivos, así como la cantidad de unidades de nivel Regimiento, hacían que el personal afectado a la Contaduría Principal del Ejército, debiera extremar esfuerzos para atender correctamente las necesidades tanto en lo individual como de las distintas fuerzas. Real Hacienda, tenía que estar en condiciones de asumir las distintas circunstancias que el volumen de tropas reunidas provocaba y que una vez en tierra había que atender y resolver. Para tales emergencias, los funcionarios debieron extremar su diligencia y la experiencia acumulada en dichos eventos sirvió para que individuos como Rafael Pérez del Puerto, adquirieran el entrenamiento que tales situaciones presentaban. Se trataba de un permanente desafío, pues no siempre la solución a las dificultades estaba a la vista y había que estar atento para solucionar de manera práctica y con agilidad.

 

7. Pérez del Puerto en el este de la Banda Oriental

 

La figura de Rafael Pérez del Puerto ha sido homenajeada en distintos lugares. Sin embargo, en Rocha, ha quedado la impresión que no se ha reconocido adecuadamente la obra realizada tanto en el Departamento de Rocha,  en general y por la ciudad en particular. Algunos atribuyen esta situación, a que se la consideró una persona estrechamente vinculada a Maldonado, por lo que no llamaba la atención que en lares fernandinos y carolinos se le rindiera homenaje. Rocha, por ése entonces formaba arte de la Región que tenía a Maldonado como cabeza de la misma. Pero, la Historia Rochense no podía ni debía ignorar, a quien fuera un destacado funcionario de la Real Hacienda. Al respecto cabe mencionar las expresiones del Profesor Jesús Perdomo:   “Es Rafael Pérez del Puerto, director de poblaciones, el fundador oficial, tal vez el más completo y más positivo funcionario administrativo que España envió a la Banda Oriental. Don Rafael…¡Qué orgullo para Rocha, qué lujo para esta ciudad, poder exhibir una personalidad de tantos brillos como procurador!  Y, sin embargo, lo hemos olvidado…”  [35]

Su primer cargo en Maldonado, fue el de Pagador e Interventor de las Reales Obras de Fortificación. Poco tiempo después el Intendente General del Virreinato le asignó una nueva responsabilidad, la administración de las estancias del Rey así como la confección y pago de las rentas mensuales de todos los efectivos destacados en la jurisdicción de la Comandancia Militar de Maldonado.

Dentro de la Real Hacienda realizó una dilatada carrera, que presenta dos aspectos, por un lado cargos regulares u ordinarios y por otro cargos de tipo extraordinario.

 

8. Cargos Ordinarios

 

La Real Hacienda, era una rama de la administración colonial muy prolífica en cuanto a cargos. Sólo había que estar dispuesto a trabajar cumpliendo con las obligaciones inherentes a los distintos puestos, sorteando las tentaciones y las innumerables oportunidades para incurrir en actos delictivos.[36]

Dentro de la Real Hacienda, los cargos desempeñados por Pérez del Puerto fueron:

a) Sub Delegado de Real Hacienda (1778 – 1792) “Los Subdelegados, auxiliares de Intendentes no cobraban sueldo (percibían un exiguo 3 % del derecho de tributo que recaudaban) y actuaban en zonas lejanas, con población en su mayoría indígena y por ello fue un cargo poco atractivo, más para los españoles, a quienes la ley reservaba el puesto.” [37]

La región de Maldonado, se presentaba como un espacio casi despoblado. Sólo dos poblaciones se asomaban al territorio: Maldonado y no muy distante de ella San Carlos. El panorama que se le ofrecía a este joven funcionario no era el más atractivo. Pérez del Puerto fue nombrado por Resolución de fecha 17 de julio de 1778. Y será este Sub Delegado, quien tuvo directa participación en el regreso de los lusitanos que habían sido tomados prisioneros. Así aprestó los convoyes de carretas destinados al traslado de soldados y sus familias con destino a Brasil, lugar donde residían antes del ataque español. Y no fue el único donde la Real hacienda en general y el Sub Delegado en particular, tendrán un papel protagónico.

b) Ministro Propietario de Real Hacienda (1792 – 1809) Pérez del Puerto, durante el transcurso del período anterior, le dio a la función desarrollada, una particular importancia, logrando el reconocimiento de sus superiores, que lo designaron Ministro propietario de Real Hacienda de Maldonado. Era el resultado de una ejemplar actuación, donde puso de manifiesto su capacidad y su honestidad. [38]

c) Ministro de los Tribunales de Real Hacienda, en calidad de suplente. Cuando se producían ausencias o licencias, especialmente por enfermedad, obligaron a la reiterada convocatoria para que Pérez del Puerto, debiera comparecer a Buenos Aires, a efectos de sustituir al Ministro imposibilitado de actuar.

d) Ministro Principal de Provincia (1809) En 1809 fue reconocido por su trayectoria ascendiéndolo a la jerarquía de Ministro Principal de Provincia, con residencia en la Capital del Virreinato, Buenos Aires. La experiencia acumulada así como la solvencia de sus actuaciones, lo transformaron en un consultor y un referente, al que las autoridades virreinales recurrían asiduamente.

 

9.  Cargos Extraordinarios

 

Es de hacer notar que tales nominaciones, atendiendo a sus características, fueron de larga duración cada una de ellas.

1.- Juez de Arribadas.

2.- Receptor de derechos de Aduana.

3.- Comisionado Real de la Compañía Marítima.

4.- Liquidador del Establecimiento de Maldonado de la Real Compañía

Marítima.

5.- Jefe de Guerrillas.

6.- Delegado Extraordinario del Intendente General del Virreinato.

7.- Director de Poblaciones.

8.- Juez amigable componedor.

9.- Asesor y consultor de los Virreyes del Río de la Plata.

10.-Dictaminante en Expedientes de familias pobladoras provenientes de España.

11.-Comisionado para acciones de carácter confidencial.

12.-Organizador de la Renta del Tabaco en la Región de Maldonado.

13.-Director del Hospital Militar de Maldonado.

14.-Autor del Plan de Reorganización financiera de los fuertes de Santa Teresa y San Miguel.

15.-Dirección de la explotación de lobos marinos.

16.-Administrador de las Estancias del Rey (José Ignacio, Pan de Azúcar y Don Carlos).

17.-Habilitado del Cuerpo Veterano de Blandengues de la Frontera de Montevideo.

18.-Director de las obras de restauración del Cuartel de Dragones de Maldonado.

19.-Autónomo en obras de reparación en todas las construcciones del Rey en la Región de Maldonado.

20.-Juez Sumariante en casos de contrabando y Encargado del remate de los Diezmos de la Región de Maldonado.

21.-Conservador de Montes naturales entre el Solís y Santa Teresa.

22.-Administrador del Puerto de Maldonado.

23.-Director General de Comercio.

 

La extensa nómina de cargos extraordinarios, hablan por sí solos. Evidentemente sus superiores habían adquirido enorme confianza en la capacidad y en la eficacia de Pérez del Puerto. Precisamente, los distintos cargos, le fueron permitiendo conocer la realidad regional como nadie, saber de las dificultades, pero también tener claro cuales deberían ser las soluciones en el mediano y en el largo plazo. Las experiencias acumuladas, fueron un factor fundamental para que Pérez del Puerto realizara una gran labor. Habituado a ser el funcionario al que siempre se recurría, la eficiencia de su trabajo hizo de él, el hombre ideal para llevar adelante distintos proyectos, tal el caso de las obras de mantenimiento en diferentes instalaciones, como los fuertes, o realizar las tareas tendientes a la liquidación de la Real Compañía Marítima. Cada tarea era diferente, pero todas tenían un denominador común: estrecho contacto con la población. Es decir, una permanente vinculación con la gente, con sus problemas.

No debemos olvidar que era una región con escasa población, con territorios extensos expuestos a la amenazante presencia lusitana. Y en los pocos centros poblados convivían civiles y militares generándose distintas necesidades. Nada escapaba a la vigilante mirada del – sin ningún lugar a dudas – mejor funcionario que pisó la región.

La Dra. Florencia Fajardo Terán ha exhumado distintos documentos donde la eficiencia de Pérez del Puerto ha quedado demostrada. Pero, junto a las excelentes condiciones funcionales, importa destacar su honestidad. Las rendiciones de cuentas, presentadas sin ninguna situación confusa, todo evidenciando una diáfana claridad. Y su forma de proceder, trascendió a los pobladores que supieron reconocerle, llegado el momento revolucionario, su honestidad y buen criterio. En síntesis, un hombre que respondía a la mejor estirpe de los varones españoles.

En este estudio, nos vamos a dedicar a considerar el cargo de Director de Poblaciones y en particular, los pasos dados en la fundación de la Villa de Nuestra Señora de los Remedios de Rocha.

 

10. Director de Poblaciones

 

El cargo, apuntaba a un funcionario de confianza, de probada capacidad, para llevar adelante una adecuada política fundacional. El poblamiento del territorio de la Banda Oriental en general, y de la región de Maldonado en particular, era un problema pendiente de solución. En este sentido, varios Virreyes se plantearon la implementación de medidas. Pero no era la única dificultad a solucionar, había otra que era la presencia de un conjunto de inmigrantes que habían venido con destino a Patagonia, pero que habían quedado en la zona, a la espera de una decisión.

El 24 de marzo de 1792, el Virrey Nicolás de Arredondo dirigió una Instrucción  a Pérez del Puerto, disponiendo: “A consecuencia de la comisión que tengo a vuestra merced confiado para la dirección de los tres pueblos que con el fin de dar pronto y útil destino a las familias pobladoras, he resuelto formar en Maldonado, sus campos y los de Santa Teresa y los pertenecientes a tierras y poseedores de ellas en aquellos parajes, como circunstancia que debe ir unida por especial a estos establecimientos según todo se manifiesta en los correspondientes decretos expedidos a este fin, paso a manos de vuestra merced originales ambos expedientes a este fin para que con arreglo a ellos, y lo proveído en el primero por la Junta Superior, ponga en ejecución lo que se halla determinado a la pronta, serena y metódica operación, con presencia de lo que instruyen sus diligencias y decretos, que tendrá vuestra merced a la vista para ello, y observará las prevenciones siguientes…” [39]

La Instrucción Virreinal en su parte expositiva dejaba claramente establecido que las autoridades, en la comisión asignada como Director de Poblaciones, para la fundación de tres pueblos, consideraba oportuno, atender dos grandes objetivos. En primer lugar, “dar fijo destino a las familias pobladoras”, tal cual lo habían denominado las autoridades y se explicaba por la necesidad de dar ubicación a los inmigrantes venidos, en primera instancia con destino a la Bahía de San Julián, pero que permanecieron en el territorio de la Banda Oriental. Pero, además de procurar solucionar el problema mencionado precedentemente, la Banda Oriental necesitaba familias que vinieran a instalarse en la región. Se trataba de una zona escasamente poblada. Era necesaria la gente, así como también instrumentar legalmente las condiciones para que quienes se instalaran tuvieran el apoyo de la Real Hacienda, ya fuera con herramientas y sementeras, ya sea dando las necesarias seguridades jurídicas, en cuanto al otorgamiento de los correspondientes títulos de propiedad, así como a nivel de poblaciones establecer las delimitaciones y las jurisdicciones pertinentes, debidamente trazadas.

 

 

11. Pérez del Puerto y la fundación de Rocha

 

A los efectos de la Historia Rochense, vamos a dirigir  nuestra mirada hacia los pasos dados en el proceso fundacional de Nuestra Señora de los Remedios de Rocha.

En el año 1792, Pérez del Puerto practicó el reconocimiento en la región en procura de determinar lugares aptos para la instalación de poblaciones. El 5 de enero de 1792, el Virrey le había remitido un Decreto, por el cual, de acuerdo con lo informado por el propio Pérez del Puerto, reconocía la necesidad de fundar tres pueblos. Las disposiciones mencionadas, son ratificadas por una Instrucción del Virrey Nicolás de Arredondo de fecha 24 de enero de 1792. En dicho documento, que constaba de once artículos se le instruía convenientemente, comenzando por disponer “practicar el reconocimiento del terreno que hay desde el Solís Grande hasta Santa Teresa, haciendo frente por el mar y fondos a Cebollatí y Cabecera de Santa Lucía a cuyo efecto nombraré un ingeniero para que, con los instrumentos correspondientes acompañe a v. m.” [40]

De acuerdo con lo manifestado en la Instrucción citada, el 17 de abril de 1792 fue designado el Ingeniero José Pérez Brito. Merecen mencionarse los principales aspectos de su carrera hasta la fecha de esta comisión. Este oficial nació en La Coruña en el año 1753. En 1772, el 23 de mayo siendo Cadete del Arma de Infantería, fue ascendido a Subteniente y Ayudante de Ingeniero. Dos días después fue destinado a Cataluña, donde permaneció hasta el mes de agosto de 1773 en que por Real Orden de fecha 10 de agosto fue trasladado a Cartagena.[41] “Formó parte de la expedición de Cevallos al Río de la Plata en 1776 y el 26 de octubre de 1777, con motivo de los felices sucesos de la conquista de la isla de Santa Catalina y de la Colonia del Sacramento, fue ascendido a Teniente conservando el empleo de Ayudante de Ingenieros. Al regreso de la expedición quedó en Montevideo.” [42]

En el mes de junio de 1778 fue promovido a Ingeniero Extraordinario. “En junio de 1780 (o tal vez antes) fue designado para ir a la nueva población de Carmen de Patagones, en el Río Negro (Patagonia) para dirigir la construcción del fuerte, hospital, almacén y casas para los pobladores. Furlong ha publicado los planos de la población de Nueva Murcia, en la Patagonia, levantados por Pérez Brito. El 30 de junio de 1784 a instancias de su padre, Gobernador de Orán, se le concedió el regreso a España desde Buenos Aires.” [43]

Una vez en la península, solicitó una licencia de cuatro meses para pasar a Vicálvaro (Madrid). Pero el Ministro de Guerra Juan Cavallero informa negativamente, y se le destinó a Andalucía el 17 de agosto de 1785. Encontrándose en Cádiz, en diciembre de 1785, volvió a solicitar su regreso a Buenos Aires. Nuevamente el informe del Ministro Cavallero se pronunciaba negativamente.“Pérez Brito debió esperar dos año pero el 27 de setiembre de 1787 se le destinó nuevamente a Buenos Aires, embarcándose en Cádiz en noviembre de 1787.” [44]

El 17 de abril de 1792, se le asignó la comisión de acompañar a Pérez del Puerto, para practicar los reconocimientos. A tales efectos se le otorgó una retribución extraordinaria de treinta pesos mensuales. [45]

 

12. Los reconocimientos practicados en la zona

 

En cumplimiento de lo dispuesto por el Virrey Arredondo [46], Pérez del Puerto con una partida integrada por el Ingeniero José Pérez Brito, el baqueano Juan Martínez y los peones Mariano Navarro, Francisco Julián y Ricardo Texeira, el 18 de setiembre marchan desde Maldonado en dirección Este. El grupo en su recorrido trató de cumplir con lo dispuesto en la Instrucción Virreinal citada, regresando el 4 de octubre a Maldonado. Luego del primer reconocimiento, las conclusiones no fueron favorables. Los parajes recorridos no ofrecían terrenos dotados con los distintos elementos necesarios. Al efectuar el recorrido se advirtió que los campos presentaban obstáculos insalvables. Se pudieron observar zonas que ofrecían algunos aspectos positivos, pero los mismos no eran permanentes, caso el agua, que según noticias de quienes habitaban en las cercanías, escaseaba en períodos estivales. Similar situación se apreciaba en otros detalles como la provisión de madera y leña, así como también se constataba que las probables superficies a lotear, no eran suficientes. Ahora bien, siguiendo las directivas emanadas de la citada Instrucción Virreinal, se puso énfasis en la observación de puntos situados a distancia suficiente entre sí, a los efectos de la formación de poblaciones con sus respectivas jurisdicciones. En este primer reconocimiento, llegan a la conclusión que en el Arroyo de Rocha, se podría instalar una población. Ante esta primera observación, se entendió oportuno volver a inspeccionar la zona.

“En su consequencia me diriji otra vez al expresado Destino y en efecto hallé en la Parte oriental de dho. Arroyo, junto al mismo camino Rl. qe. va desde esta ciudad” (Maldonado) “hasta Sta. Tereza, un Terreno, qe. me pareció tener buena disposición para un Pueblo regular. Sus inmediaciones hazia el nacimto.  del mismo Arroyo, y costados ofrecen algunos retazos también regulares pa. sementeras, qe. aunque dicen no ser en lo general pa. cosechas de Trigo de la producn. qe. en otros parages, exponen asi mismo son bastante regulares, el Arroyo es permanente y abundante de muy buena agua, bastante leña y alguna madera pa. los edificios techados de paja.” [47]

 

13. Datos del lugar

 

El oficio, refiriéndose al lugar señalaba: “Según las leguas qe. se conocen aquí se halla dho.  Parage por el camino Rl. a distancia de veinte y tres leguas de Sta.  Tereza hacia oriente, por la parte opuesta quince de la Villa de Sn.  Carlos, diez y siete de esta Ciudad, y quarenta y siete de Montevideo, por el Norte no muy distante de los Arroyos de Iguada, Alferez, India Muerta y demás qe.  por su lado desembocan en Cebollatí, y hazia el Sur como cinco leguas del mar, y dos de la laguna de bastante capacidad, donde termina dho. Arroyo qe. desemboca en el propio Mar por la Barra de su nombre, la qe.  por lo regular siempre está cerrada. En dho. Parage se presenta un pedazo de Terreno bastante capaz formado entre el mismo Arroyo y el de las Conchitas qe.  puede servir pa.  desaogo del Pueblo y sus pastos comunes, y por la parte opuesta y sus costados, según la disposición de la Tierra, podrán formarse sobre quarenta chacras regulares compuestas cada una de diez quadras de frente y veinte de fondo de cien varas cada quadra, qe. aunque todo el terreno no es igual tiene pedazos pa. sementeras, qe. pueden distribuirse según su disposición pa.  qe.  todos logren una porción regular pa. ellos, cuyo parage según lo qe. se ha visto y lo qe.  exponen las gentes qe.  se suponen con algún conocimto. del expresado campo es el mejor qe. en toda la carrera ofrece disposición pa. la formación de Pueblo, cuya situación con respecto a las distancias qe. dejo indicadas es bastante acomodada pa. subministrasn. de auxilios espirituales y temporales del Territorio qe. se comprende por sus frentes, costados, y fondos, de qe. ahora se carece en mucha parte.” [48]

Para los ocupantes existentes en tales terrenos se contemplaba la opción de redistribuirlos, adjudicándoles chacras.

Pero el trabajo de reconocimiento no se agotaba aún, por cuanto existía otro lugar a ser reconocido, se trataba de la zona de Chafalote. [49] Y el resultado es informado mediante otro Oficio, éste de fecha 8 de diciembre de 1792. En él se señalaba: “me dirijí a dho. Parage por si allí havria disposición para otro Pueblo o servir preferente al qe.trataba de Rocha, y según lo qe. se manifiesta, y exponen algunos qe. se crein. inteligentes no son aquellas tierras las mejores propiedades pa. sementeras no para la formación  de Pueblos, a lo menos hasta los Cerros inmediatos al Camino Rl. qe. sigue hasta Sta. Teresa desconfiando por nuevos informes de la primera diligencia y desde el Arroyo del Marquez hasta dho. Fuerte y rincón del Palmar [50] se hallan ya los terrenos de mayor disposición, y entre ellos pedazos muy buenos pa. sementeras, aunque los Arroyos del Camino desde Dn. Carhyalos hasta dho. Fuerte exponen con variedad su permanencia de azur en los veranos unos dicen qe. solo queden ciertos pozos con escasez algunos, y otros qe. con bastante abundancia, donde, también se hallan varios manantiales y Cachimbas de las Quebradas de la Sierra qe. son permanentes también con mas o menos abundancia, y hacia la Costa del Mar en dho. Camino Rl. hay también algunas Lagunas permanentes de agua dulce…” [51]

De acuerdo con los informes elevados por Pérez del Puerto, la Junta Superior de Real Hacienda realiza un análisis detallado de todo lo actuado, dando por válidos los conceptos vertidos por el Ministro. En consecuencia, dispuso: “procédase inmediatamte.  y sin pérdida de tiempo a aplicar a los Pueblos de Maldonado y San Carlos las familias pobladoras qe. permitan aquellos Pueblos y sus Terrenos, a quienes distribuirá con proporción y equidad, según mejor se proporciones a cada interesado y combenga á aquellos habitantes .” [52]

Luego de extenderse en consideraciones sobre las características de artesanos y labradores que se instalarán en Maldonado y San Carlos, así como las medidas que adoptará la Real Hacienda para apoyarlos, el documento continúa: “De los demás qe. resulten quedando pr. ahora sin destino las cinquenta familias qe. previene el Auto de cinco de Eno. y ha manifestado su Exa. tener dado cuenta a su Magestad cuia decisión es preciso esperar se formará una Población de quarenta familias poco más o menos en el sitio qe.  llaman de Rocha pr. su buena proporción y distancia regular de Maldonado en disposición de ser observada pr. el Gobierno segn. ha manifestado su Exa. ser intención pues así por sus informes como el Plano, se reconoce hay Tierras suficientes, volviéndose a reconocer pr. el mismo comisionado para afianzar más el asiento y que represente lo oportuno en caso de un. grave inconveniente, quien para no detener la operación en consultas informes y relaciones qe. dilatan, tendrá entendido lo que debe observar arreglándose en todo a las LL. de los Títulos 4º de las Municipales, y a la Instrucción qe. le ha dado el Exmo.  Señor Virrey qe. corre a foxas setenta y ocho con las demás qe. le comunicare procediendo a la formación y disposición  de Pueblo (excepto en el caso dho.) quanto antes, repartiendo las Tierras solares en la forma qe. permite la situación local con igualdad entre todos a fin de que no tengan motivo de queja, señalándoseles su jurisdicción Territorial, ejidos, Terreno para propios, pastos comunes, chacras para sementeras, caminos, Plaza, Iglecia, y demás detallado en las L.L. del Reyno.” [53]

El Decreto de la Junta Superior de Real Hacienda es seguido de un Oficio que dirigió el Virrey Arredondo a Pérez del Puerto. En el citado documento, se le recomendaba que una vez tomado conocimiento de lo dispuesto por la Junta Superior, procediera en ambas direcciones, esto era, por un lado procediera a arreglar la situación tanto en Maldonado como en San Carlos. En este sentido, cabe aclarar que Maldonado y San Carlos habían pasado a ser, luego de los reconocimientos practicados en el Este, hasta Santa Teresa, los dos pueblos a reforzar con población, y por lo tanto: “tratará V.M. también de ponerles bajo el arreglo que permitan y puedan tener según las circunstancias locales de su situación señalando a cada uno de dhos. Pueblos territorial jurisdicción, uso de las Aguas, Caminos, Pastos comunes, tierras pa. Propios, con el medio que pueda proporcionarse el producto de ellos, separación y designación de chacras pa. sementeras y estancias para cria de ganados, delineación de sus calles, y que los repartimientos de solares para casas sea con la devida moderación y respeto a la cantidad que cada uno pueda necesitar y edificar para que por este medio estén mas reunidas las casas y el Pueblo en la mejor proporción, seguridad y hermosura que sea posible procediendo en el asunto con el método y arreglo que pueda ser aplicable según su actual estado y el que ofrezca tener en lo sucesivo, por las circunstancia de su situación y comercio…” [54]

 

Volviendo a la zona de Rocha, el 13 de diciembre de 1793, informó Pérez del Puerto de lo actuado:  “a lo que con fha. 22 del anterior noviembre tengo hecho presente a V.E. queda ya delineada dha. Poblacn. y principiado a trabajar los ranchos para Capilla provisional y quarto de Capan. y cuerpo de Guardia y se iran adelantando las demás obras, que han de proceder á dho. Establecimto.

Estando prevenido en el Auto expedido sobre este particular por la Junta Superior en 31 del último Julio el que la casas de Poblads. se hagan por Asiento, ó por partes en los materiales de ellas según tenga mas cuenta, por ahora con respecto a Rocha me parece esta ultima circunstancia, pues para la primera necesitan los Licitadores calcular clase y variedad de Materiales, conocimiento del Parage, distancias y proporción de aquellas, su construccn. etc., en lo que hay precisión de invertirse mucho tiempo, el qual es necesario aprovechar porque mientras tanto este sufriendo la Rl. Hazienda el costo de mantención de dhas familias.” [55]

 

14. Otra prueba de la eficiencia de Pérez del Puerto: las casas para pobladores

 

Pérez del Puerto, como funcionario de Real Hacienda que era, no dejaba de lado el espíritu previsor y responsable. En efecto, advirtiendo la necesidad de tener una correcta información sobre gastos y materiales. En este sentido, entendió oportuno y propuso la construcción de una casa modelo que serviría de base para calcular materiales y el gasto que insumiría cada casa de poblador.

“Esta adecuada medida fue propuesta a la Superioridad por el competente Ministro don Rafael Pérez del Puerto, y en los siguientes términos:(…) y con presencia de todos determinar el Parage, y hechas estas diligencias poder formar los presupuestos con cuanta certeza sea posible, para cuya seguridad y a mayor abundamiento, juzgo muy conveniente y aun casi necesario respecto a que el costo principal de dichas Obras son las casas, que en Maldonado a donde está señalado uno de los Pueblos, se fabrique inmediatamente una de ellas, levantándose con toda exactitud cuenta del costo y costas que pueda tener, lo cual dará precisamente más segura idea, sirviendo al mismo tiempo de modelo para que con esta seguridad y conocimiento practicar la diligencia de su ejecución en el caso de preferir el Asiento, y de hallarse licitadores para el, en cuya operación poco o nada puede aventurarse y se sigue el adelanto de colocarse desde luego una familia; pues esta obra puede hacerse mientras se practican las demás diligencias que han de preceder a los fines señalados. Cuatrocientos setenta y dos pesos con cuatro reales fue la suma que el Ministro de Real Hacienda, en su calidad de fundador comisionado, pagó por ella. El libro de Caja correspondiente al año de 1792, hoy custodiado en el Archivo General de la Nación, de la República Argentina – Cuerpo 31 de la Sala 13 – nos da por rubro su presupuesto y costo.” [56]

La casa de poblador, tomando en consideración la disponibilidad de materiales fue construida con cimientos de piedra. Sus paredes exteriores así como la divisoria interior eran de ladrillo. Por su parte el techo era de paja. Paredes exteriores de ladrillo entero y las interiores de medio ladrillo. Los cimientos de adecuado espesor y media vara de elevación sobre la superficie. La ventana era de dos hojas, con dos barrotes y dos alcayatas cada una. Los marcos eran de cedro. Hemos realizado una copia del plano de la casa del poblador, que se muestra a continuación.

 

 

 

Copia realizada por el autor de este artículo, tomando como referencia el negativo incluido por la Doctora Fajardo en “Historia de la ciudad de Rocha”

 

De acuerdo con las directivas de la Junta Superior y del Virrey, las acciones en Rocha prosiguieron con la construcción de las casas para los fundadores de la Villa. Nada escapaba a la previsión de Pérez del Puerto, la provisión de madera, la piedra para los cimientos, debiéndose tener presente el corte así como su acarreo al lugar donde iban a ser utilizadas, igual con las piedras, desde su extracción hasta su acarreo al sitio donde se iban a emplear.

Las obras de construcción iniciadas en el año 1794, sufrieron una detención como consecuencia de hechos políticos, que distrajeron a los hombres en el servicio de las armas.

Ahora bien, se pudo establecer una relación por año, del número de casas construidas.

1795    –             4 (cuatro) primeras casas

1799    –             2 (dos) casas

1800 – 1801 –  17 (diecisiete) casas

Total…………23 (veintitrés) casas

Cabe hacer notar que a las construcciones mencionadas se le agregaron la capilla, almacenes y cuerpo de guardia.

No vamos a internarnos el presente artículo, en el camino de la polémica, en cuanto a la fecha de la fundación de la villa, sí vamos a presentar un fragmento de la Dra. Florencia Fajardo Terán cuando transcribe afirmaciones del Doctor Felipe Ferreiro:

“¿Es posible decir que la Villa fue fundada en el año 1793, cuando en él ni aún existían las obras provisionales?

El Dr. Felipe Ferreiro que tan ajustadamente interpretó aquella realidad histórica, extrajo de los primitivos libros de la Capilla de Nra. Sra. de los Remedios, las pruebas más fehacientes de la inexistencia de la Villa de Rocha en el mes de noviembre de 1794.

Dijo en esa oportunidad: “Rocha no se fundó como se ha dicho y repetido tantas veces, en 1793, y tampoco en 1794. Es más joven de lo que se ha sostenido. [57]  

Indudablemente que las actuaciones de Rafael Pérez del Puerto, con relación a Rocha fueron de una significación mayúscula. A tal punto que sin titubear se puede afirmar que fue el gran hacedor.

A modo de cierre de este artículo, vamos a transcribir un poema de la autoría del Profesor Jesús Perdomo, que con ágiles e inspiradas pinceladas sintetiza lo que fue Rafael Pérez del Puerto. Conjuga en estos versos, la síntesis de lo que ofrecía  Rocha al producirse el encuentro de hombre y medio geográfico.

 

A Don Rafael

 

Don Rafael:

le diste la tierra,

tendiste tu mano

al hombre de bien

 

Don Rafael:

Domaste el paisaje

con el varón fuerte

y la dulce mujer

 

Con Lagunas y Palmares,

con Sierras, Bañado y Monte,

modelaste un horizonte

de optimistas despertares,

que repartiste en Solares

para – de gracia – obsequiar

destino y seguridad,

al que con útiles brazos,

trabajando paso a paso

los sepa fructificar…

 

Don Rafael:

aquellas Familias

poblaban cantando

sin miedo y con fé…

 

 

Don Rafael:

los Pagos rochenses

los hizo tu mano,

funcionario fiel…

 

Maestro del gran Blandengue

Lo fuiste, don Rafael,

cuando empezó a recorrer

su destino de caudillo

-viendo campos despoblados,

puro Palmar y ganados-

con tu ejemplo había aprendido

que aquel que es más desvalido

será el más privilegiado…

 

Jesús Perdomo [58]      

               

 

15.  Bibliografía

  • Alvarez Massini, Ruben

“Banderas en Uruguay”

Boletín Histórico del Ejército Nº 267 – 270

Montevideo, Departamento de Estudios Históricos del E.M.E., 1984.

 

  • Busaniche, José Luis

“Historia Argentina”

Buenos Aires, Editorial Solar/Hachette, 1979.

 

  • Contreras, Profesora Cristina

“Reseña Histórica de Aspe”

En: Página Web Colegio Nuestra Señora de las Nieves.

 

  • Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano de Literatura, Ciencias, Artes, etc.

Barcelona – Nueva York, Editores Montaner y Simón – W.M.Jackson, Inc.,S.A.E.

 

  • Fajardo Terán, Florencia

-“Sembrador de Pueblos”

En: Boletín Histórico del Ejército Nº 247 – 250

Montevideo, Departamento de Estudios Históricos del E.M.E., 1977.

-“Ministro de la Real Hacienda”

Montevideo, Intendencia de Maldonado – Comité Patriótico Departamental, 1977.

-“Historia de la Ciudad de Rocha”

Montevideo, 1955.

 

  • Historia Militar de España

Batallas y Combates

En: Página Web www.ingenierosdelrey.com

 

  • Laguarda Trías, Coronel ® Rolando

“Ingenieros Militares Españoles en la Banda Oriental”

Montevideo, Batallón Simbólico”20 de diciembre”, 1992

 

  • Martínez Alfonso, Juan Antonio

Martínez Español, Gonzalo

“Rafael Pérez del Puerto un aspense fundador de la ciudad de Rocha en 1793”

En: Revista “La Serránica”, Aspe

 

  • Perdomo, Prof. Jesús

Artículo En: “La República entera” Suplemento Rocha, correspondiente a la edición del jueves 11 de noviembre de 1993.

 

  • Real Academia Española

“Diccionario de la Lengua Española”

23ª edición On Line

En: Página Web Real Academia Española de la Lengua.

 

  • Vastus Diccionario Enciclopédico Ilustrado de la Lengua Española

Buenos Aires, Editorial Sopena, 9ª Edición, 1956

 

  • Vega Castillos, Lic. Uruguay R.

-“Pueblo “19 de Abril” Una aproximación a su historia”

En: Quincenario “Ecos”, Castillos Edición Nº 40 correspondiente    al 22 de enero de 1994.

-“Historia del Arma de Ingenieros y sus Unidades constitutivas”

Montevideo, Departamento de Estudios Históricos del E.M.E., 1991.

-“La marcha de Cevallos por tierras del Este (1763)”

En: Boletín Histórico del Ejército Nº 287 – 290.

Montevideo, Departamento de Estudios Históricos del E.M.E., 1994.

 

  • Williman (h), José Claudio

Panizza Pons, Carlos

“La Banda Oriental en la lucha de los Imperios 1503 – 1810”

Montevideo, Ediciones de la Banda Oriental, 1975.

 

16. Agradecimientos

 

  • Señor Director del Colegio Nuestra Señora de las Nieves, Aspe, Profesor Pedro Marañón Lobo.
  • Señor Gonzalo Martínez Español, Aspe.
  • Señor Intendente Municipal de Rocha, Don Artigas Barrios.
  • Profesor Amaury Cardozo

 

 

 


[1] Colaboradores de Wikipedia, Wikipedia. La Enciclopedia libre, 2009 [21 de abril 2009] Artículo “Aspe”, disponible en <http;//es.wikipedia.org/w./index.php?title=Aspe&oldid= 25017599>

[2] Profesora Cristina Contreras, “Reseña Histórica de Aspe” en página Web del Colegio Nuestra Señora de las Nieves. Versión digital gentilmente cedida por el Director de dicho Instituto Profesor Pedro Marañón Lobo.

[3] “Vinalopó: Río de la Provincia de Alicante. Nace en la parte extrema meridional de la Provincia de Valencia, al Oeste del Monte Moncabrer, término de Bocairente; corre hacia el Sur Oeste; entra en Alicante por Bañeras, ya orientado de Este a Oeste; baña el espacioso valle de Banejama entre los montes de Blanquinar y la Peña Blanca, llegando con dirección al Sur Este a la ciudad de Villena. Aguas arriba de ésta recibe por su izquierda un arroyo que baja por Biar de la peña del Moro, y aguas abajo se le une por la derecha otro arroyo que viene de la provincia de Albacete. A partir de Villena comienza el río a describir una curva para tomar curso hacia el Sur y Sur Este. Sigue hasta el mar por ancho valle, cortado por series de montes paralelos entre sí, y pasando por Sax ,Elda, Monóvar, Novelda y Elche villas populosas y rodeadas de fértiles campos, regados por aguas del mismo río y sus exiguos afluentes, de los cuales el más importante es el barranco de la Romana, que baja desde la Sierra de Salinas en los confines de Murcia. Pasado Elche el Vinalopó corre por un despoblado en el que se alzan las palmeras características de esta región, y va a desembocar en el Mediterráneo por la albufera de Elche, al Oeste del Cabo de Santa pola. Llámase también este río rambla de Sax, Elda, Novelda y otros pueblos cuyos términos baña.”

Diccionario Enciclopédico Hispano Americano de Literatura, Ciencias, artes, etc; Tomo XXIII, página 644.

[4] Aspe, en página Web Wikipedia citada.

[5] Profesora Cristina Contreras; artículo citado.

[6] Ibídem.

[7] Wikipedia, artículo citado en <http://es.wikipedia.org/W/index php?title= Aspe&oldid=25017599>

[8] Ibídem.

[9] Alfoz (del árabe hisp. alháwz, y este del árabe clásico hawz)

1 amb. “Arrabal, término o pago de algún distrito, o que depende de él.”

Diccionario de la Real Academia Española, Vigésima segunda edición on line.

[10] Término: límite, línea divisoria

Vastus Diccionario Enciclopédico Ilustrado de la lengua Castellana, página 982.

[11] Ibídem.

[12] Wikipedia, artículo “Aspe” citado,0 en página Web.

[13] Juan Antonio Martínez Alfonso – Gonzalo Martínez Español; “Rafael Pérez del Puerto, un aspense fundador de la ciudad de Rocha en 1793”, En Revista “La Serránica”.

[14] Ibídem.

[15] Ibídem.

[16] Ibídem.

[17] Ibídem.

[18] Diccionario Enciclopédico Hispano Americano de Literatura, Ciencias, Artes, etc.; Tomo XIV, páginas 130 – 131.

[19] José Claudio Williman – Carlos Panizza Pons; “Historia Uruguaya” Tomo 1 “La Banda oriental en la lucha de los imperios”, Capítulo VI, página 74.

[20] José Claudio Williman – Carlos Panizza Pons; Op. y Capítulo cit., página 75.

[21] José Claudio Williman – Carlos Panizza Pons; Op. y Capítulo citado, páginas 75-76.

[22] Ibídem,

[23] José Luis Busaniche; “Historia Argentina” , páginas 255 – 256.

[24] Ibídem.

 

[25] “Expedición a la Colonia del Sacramento1776 – 1777”; Historia Militar de España. Batallas y combates” En Página Web “Ingenierosdelrey.com”, página 2 de 4,consulta realizada el día 19 de julio de 2009, a la hora 21.30

[26] Ingenieros del Rey, página Web citada.

[27] Paquebote – vapor  correo

Vastus Diccionario Enciclopédico Ilustrado de la Lengua Castellana, página 750.

[28] Bombarda: Especie de fragata destinada a arrojar bombas; no tiene palo de trinquete, y por lo regular se ponen en ella dos morteros sobre el combés, uno delante del otro, y sus cubiertas van fuertemente apuntaladas para que puedan resistir el empuje de la pólvora”.

Diccionario Enciclopédico Hispanoamericano de Literatura, Ciencias, arte, etc, Tomo III, página 762.

[29] Saetía: Embarcación  latina, de una cubierta y tres palos.

Vastus Diccionario citado, página 897.

[30] Urca: Embarcación grande de transporte, muy  ancha  por  su  parte  central.

Vastus Diccionario citado, página 1026.

[31] (del fr. Brûlot): Mar. Embarcación llena de materias combustibles e inflamables y con arpeos de abordaje en los penoles de sus vergas, que dirigida a los buques enemigos, especialmente si están fondeados, sirve para incendiarlos.

Para este uso se han empleado algunas veces buques de cierto porte como fragatas, y también lanchas y otras embarcaciones menores. Por lo regular se emplean buques viejos, lo que tiene la doble ventaja de hacer menos sensible su pérdida y facilitar su rotura cuando se verifica la explosión.”

Diccionario Enciclopédico Hispanoamericano de Literatura, citado, Tomo III, pagina 971.

[32] Ruben  Alvarez Massini; “Banderas en Uruguay – La  Época  Hispana 1492 – 1814”, en Boletín Histórico del Ejército Nº 267 – 270, páginas 34 – 38.

[33] “Expedición a la Colonia del Sacramento (1776 – 1777)” En “Historia militar de España – Batallas y combates”, Página Web Ingenieros del Rey.com, página 3 de 4. Consulta realizada el 19 de julio a la hora 21.30.

[34] Doctora Florencia Fajardo Terán, “Sembrador de Pueblos” en Boletín Histórico del Ejército Nº 247 – 250,  página 62.

[35] Profesor Jesús Perdomo; “La República Entera” Suplemento Rocha (1), jueves 11 de noviembre de 1993, página 17.

[36] Florencia Fajardo Terán – Juan Alberto Gadea ; “Influencia de Félix de Azara en el pensamiento Artiguista”, páginas 106 – 107.

[37] José Claudio Williman (h) – Carlos Panizza Pons; “La Banda Oriental en la lucha de los imperios”, página 78.

[38] Ministro: del latín “minister”, “ministri”

Diccionario Enciclopédico Hispanoamericano de Literatura, Ciencias, Artes etc; Tomo XIV, página 132

[39] Instrucción del Virrey Nicolás de Arredondo dirigida a Rafael Pérez del Puerto, 24 de marzo de 1792, citada por la Dra. Florencia Fajardo Terán; “Ministro de la Real Hacienda”, Documento Nº 1, página 55.

[40] Dra. Florencia Fajardo Terán: “Ministro de la Real Hacienda”, Cuarta Parte; Apéndice Documental comentado, Documento Nº. 1, página 55.

[41] Coronel Rolando A. Laguarda Trías; “Ingenieros Militares Españoles en la Banda Oriental”, página 42.

[42] Ibídem.

[43] Ibídem.

[44] Ibídem.

[45] Dra. Florencia Fajardo Terán; “Historia de la Ciudad de Rocha”, Nota Nº 14, páginas 197 – 198.

[46] El Virrey Nicolás Antonio de Arredondo nació en Madrid en el año 1740. Funcionario militar y político español. Nombrado Virrey del Río de la Plata en 1789 y permaneció en dicho cargo hasta 1795, año en que renunció y regresó a España, donde siguió siendo funcionario público hasta su fallecimiento en 1802.

Información obtenida en http://es.wikipedia.org/wikipedia/nicol%c3%a_Antonio_de_Arredondo.

[47] Oficio de Pérez del Puerto al Virrey de fecha 24 de noviembre de 1792; En: Dra. Florencia Fajardo Terán; “Historia de la Ciudad de Rocha”, Apéndice Documental, Documento Nº  17, páginas 268  a 275.

[48] Ibídem.

[49] Para ampliar información sobre este lugar, puede consultarse :

–          Orestes Aráujo; “Diccionario Geográfico del Uruguay”

–          Lic. Uruguay R. Vega Castillos; Pueblo “19 de Abril” una aproximación a su Historia”;En Quincenario “Ecos”,  Castillos, Edición Nº 40 correspondiente al 22 de enero de 1994.

[50] Lic. Uruguay R. Vega Castillos; “La Marcha de Cevallos por las Tierras del Este (1763)” en Boletín Histórico del Ejército Nº  287 – 290, páginas 77 – 78.

[51] Oficio al Virrey Nicolás de Arredondo, de fecha 8 de diciembre de 1792

Dra.  Florencia Fajardo Terán;  Obra cit., Apéndice Documental,  Documento  Número  18, páginas 275 a 277.

[52] Oficio de la Junta Superior de  fecha 31 de julio de 1793, dado en Buenos Aires,  En Doctora Florencia  Fajardo Terán; Op.cit. Apéndice Documental, Documento Número 19, páginas 277 – 282.

[53] Decreto de la Junta Superior de Real Hacienda de fecha 31 de julio de 1793, dado en Buenos Aires.En Doctora Florencia Fajardo Terán; Obra citada, Apéndice Documental, Documento Nº 19, páginas 277 – 282.

[54] Doctora Florencia Fajardo Terán; Obra citada, Apéndice Documental, Documento Nº 20, páginas 282 – 284.

[55] Dra. F. Fajardo Terán , Obra citada, Apéndice Documental, Documento Nº 21, páginas 284 – 287.

[56] Doctora Florencia Fajardo Terán; Op. citada, páginas 111- 112.

[57] Doctora Florencia Fajardo; Obra citada, página 166.

[58] Ese “proyecto de verso” fue compuesto para una charla dada en el Club Social Rocha años atrás…incluso una parte iría cantada…” Fragmento de Correspondencia dirigida por el Profesor Perdomo  al suscrito en el año 2009.

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