Walter Humberto Subiza Piña
Carlos Eduardo Paolino Etchechuri
Claudia Taína Subiza Vegi

SUMARIO: 1. Introducción – 2. El Tratado y sus modificaciones – 3. Los Demarcadores – 4. El terreno y sus pobladores – 5. Trabajos de demarcación – 6. Conclusiones

 

1. Introducción

Los conceptos de frontera y límite entre países parecen confundirse, o al menos se cree poder hacer uso de ellos en forma indistinta, sin embargo, en cuanto límite se refiere a una línea que va de lugar en lugar, definiendo exactamente hasta donde llega la jurisdicción y soberanía de cada país; mientras que frontera se refiere a un espacio geográfico. Etimológicamente frontera significa “lo que está adelante” y es un concepto que involucra un espacio geográfico y humano donde la cultura de los países se mezcla e interacciona.

La determinación de los límites entre países abarca diversas etapas, a saber:

a.- Delimitación, en la que los negociadores de cada país establecen las líneas generales por donde pasará la línea de frontera y lo colocan por escrito en tratados, siendo ésta una fase esencialmente de negociación política;

b.- Demarcación, en la que cada país designa sus representantes para materializar en el terreno la línea convenida, muchas veces interpretando el texto del tratado. Esta es una fase altamente técnica, en la cual se implantan los llamados marcos principales; y

c.- Caracterización, o etapa final en la que se procura aumentar la visibilidad de la línea de límites agregando nuevos marcos, normalmente de menor tamaño, entre los marcos principales.

Para los trabajos de demarcación y caracterización se forma una comisión mixta de técnicos, con representantes de los países involucrados, que ejecutan las operaciones geodésicas y topográficas necesarias para la implantación de los marcos de límites.

Este trabajo tratará del pasaje de la Comisión Demarcadora de Límites, formada a raíz del Tratado de Límites de 1851 y 1852, por el actual departamento de Rocha, los problemas que surgieron y los pobladores que existían en ese entonces en la zona, que son citados en diversos documentos de la mencionada Comisión. La principal documentación consultada fue producida por la Comisión Brasilera de la época y se encuentra en los archivos de la actual Segunda Comisión Brasileira Demarcadora de Límites (SCDL) del Ministerio de Relaciones Exteriores del Brasil y en los archivos del Palacio Itamaraty, Río de Janeiro.

 

2. El Tratado y sus modificaciones

La Convención Preliminar de Paz de 1828 posibilitó el nacimiento de la Provincia Oriental como república independiente. Sin embargo una cuestión fundamental, como la de los límites con que esa nueva nación surgía, permaneció sin resolver al dejar el tema para una convención posterior que nunca se realizó.

Desde sus primeros años como país independiente, Uruguay trató de definir sus límites con el Imperio del Brasil, enviando diversas notas y misiones diplomáticas a Río de Janeiro, pero los conflictos bélicos en la región del Plata dieron el motivo para que éste se negase a ello, basado en el principio del respeto por los derechos de “otros países” (Argentina).

Así la cuestión se arrastró hasta el fin de la Guerra Grande y entre los cinco tratados firmados el 12 de octubre de 1851 que le pusieron fin, se encontraba el de Límites. La situación jurídica era compleja, ya que los diversos tratados de límites de la época colonial, carecían de valor o habían sido anulados de hecho o de derecho. Brasil entonces consiguió imponer – para definir los límites – el criterio del “uti possidetis, ita possideatis”[1], o sea, como posees, así continuarás poseyendo, criterio que ya venía rigiendo en tratados anteriores, que en la práctica significaba aceptar los límites de la anterior Provincia Cisplatina. Los negociadores del tratado fueron Andrés Lamas por parte de Uruguay, Honório Hermeto Carneiro Leão y Antonio Paulino Limpo de Abreu por parte del Imperio del Brasil. En el referido Tratado se establece la renuncia expresa a derechos adquiridos por tratados o actos anteriores, particularmente los realizados por el Cabildo de Montevideo en 1819 y el Tratado de Incorporación de 1821 (Gráfico 1). Según Andrés Lamas, en un informe al entonces presidente Herrera y Obes, “los brasileros pidieron solamente la estancia del Barón de Cerro Largo”, lo que posteriormente crearía el problema del límite contestado hasta el día de hoy del arroyo de la Invernada.

Gráfico 1

Gráfico 1

El Tratado de Límites de 1851 establecía, para la región que tratamos, en su Art.III §3: “De la desembocadura del Arroyo Chuy en el océano subirá la línea divisoria por el mencionado arroyo en la extensión de media legua; y del punto en que termine la media legua se trazará una recta, que, pasando por el sur del fuerte de S. Miguel, y atravesando el arroyo de este nombre, busque las nacientes del arroyo Palmar. De las nacientes del arroyo Palmar bajará la línea por el mencionado arroyo hasta encontrar el arroyo que la carta del Vizconde de S. Leopoldo llama S. Luiz, y la carta del Coronel Ingeniero José María Reyes llama India Muerta, y bajará por éste hasta la Laguna Merín, y circulará su margen occidental a la altura de sus aguas más altas hasta la boca del Yaguarón…”

Se aclara a los efectos del lector que el mencionado arroyo Palmar es el actual arroyo Isla Negra, que desemboca en el río San Luis. Este tratado sufrirá modificaciones a raíz de diferentes reclamaciones del nuevo gobierno uruguayo de Francisco Giró que asumió luego de terminada la Guerra Grande. A través de Notas Reversales de la Cancillería uruguaya, se hizo saber de algunas dudas referentes a determinados artículos del tratado, entre ellas las que involucran a las islas del río Cuareim y la construcción de obras de fortificación en la Laguna Merín y su navegación. Aunque no se mencionó el trazado de la línea de límites, ésta acabaría siendo modificada en un nuevo tratado, que con la garantía de Argentina, se firmó el 15 de mayo de 1852 y modificó varios artículos del anterior. En lo que puntualmente nos interesa, esta modificación del Tratado en su Art. I establecía que: “De la desembocadura del arroyo Chuy, en el océano, subirá la línea divisoria por el mencionado arroyo, y de ahí pasará por la punta de San Miguel hasta encontrar la Laguna Merín, y seguirá costeando su margen occidental hasta la boca del Yaguarón, conforme el utis possidetis.” Así se consagraba el régimen de costa seca para nuestro país respecto de la Laguna Merín y el Río Yaguarón y la soberanía brasileña sobre el espejo de aguas de dicha laguna y el curso del río, lo que sería modificado por un tratado posterior suscrito el 30 de octubre de 1909, estableciéndose un régimen de soberanía compartida sobre las aguas y de libre navegación sobre su espejo.

Cabe destacar que éste sería el primer tratado de límites que el Imperio de Brasil firmaba y ejecutaba desde su independencia de la corona portuguesa y en muchos aspectos sirvió de modelo para los que posteriormente celebraría con otros países limítrofes. Veremos que los recursos económicos y de personal fueron generosos para que la misión se concluyera con éxito en beneficio del Imperio.

 

3. Los demarcadores

Concluída la etapa de delimitación, ambos gobiernos procedieron a nombrar sus demarcadores para la ejecución física del tratado en la demarcación. El presidente del gobierno uruguayo Juan Francisco Giró nombró el 22 de mayo de 1852 al Coronel de Ingenieros José María Reyes; por su parte el Brasil nombró al Mariscal Francisco José de Souza Soares de Andréa, recientemente retirado del servicio activo y miembro del Consejo del Emperador. Ambos conocían bien el terreno que iban a demarcar porque Reyes había ocupado, en el gobierno del Gral. Rivera, la presidencia de la Comisión Topográfica y en 1838 fue a la Corte del Brasil como Encargado de Negocios de la República para tratar la cuestión de los límites, aunque sin éxito. Durante la Guerra Grande actuó en el campamento sitiador del Gral. Oribe y confeccionó la primera Carta Topográfica de nuestro territorio, grabada por Albérico Isola e impresa en Buenos Aires. De Andréa, por su parte, participó de las luchas en la Banda Oriental siendo designado comandante de la fuerzas imperiales estacionadas en Montevideo y fue el último en salir y entregar la plaza en abril de 1829. Más tarde fue gobernador de la provincia de San Pedro do Río Grande do Sul en dos ocasiones, donde ejecutó diversas obras de defensa en la frontera y fundó varias ciudades, entre ellas Santa Vitoria do Palmar.

Ambos demarcadores tenían varias semejanzas de vida, entre ellas podemos destacar:

Los dos nacieron en otros países (de Andréa en Portugal y Reyes en Argentina).

Se graduaron como Ingenieros Militares.

Se incorporaron a los ejércitos de sus países adoptivos cuando éstos se independizaron, de Andréa en 1822 y Reyes en 1829.

Participaron de la Batalla de Ituzaingó (cerca de la ciudad brasileña de Rosario do Sul) en febrero de 1827, la que llevó a la paz de 1828.

Tuvieron la oportunidad de recorrer la zona de frontera entre Uruguay y Brasil, Reyes por sus trabajos geográficos e inclusive por haber comandado tropas en la frontera con Brasil y en la región del Chuy, y de Andréa por los trabajos de defensa en Río Grande do Sul.

Trabajaron en la demarcación teniendo como asistentes principales a sus hijos (Coronel José de Victoria Soares de Andréa y el Ingeniero Julio Reyes).

Una vez nombrado, Reyes viajó a Río de Janeiro entre los meses de junio y julio, para planificar y coordinar los detalles del trabajo. En ese interín, De Andréa se preocupó no solamente con la demarcación, sino también de elaborar una carta de la región. “Esta primera parte del trabajo depende más de una base (geodésica) escrupulosamente medida; de muchas observaciones Astronómicas y Geodésicas; y del levantamiento de la planta topográfica de todo el terreno comprendido por la triangulación…” y aprovechó para solicitar personal. El día 14 de junio, solicitó ocho oficiales del ejército y la armada, experientes en este tipo de trabajos[2]. El mismo día informó que solicitó “mandar venir de Europa” el siguiente instrumental de geodesia y topografía que sería usado en los trabajos: un teodolito repetidor; cuatro teodolitos olométricos; un aparato completo de medir bases y dos círculos reflectores de ocho segundos.

Luego de efectuar varias conferencias preliminares de coordinación, los demarcadores firmaron un acuerdo el dia 27 de julio[3], en el cual planearon encontrarse, con sus respectivas comisiones, el 15 de octubre en la región de la desembocadura arroyo del Chuy, ya que era la época del año más favorable para comenzar los trabajos. Reyes regresó a Montevideo y De Andréa se trasladó hasta Río Grande y luego por tierra hasta la región adonde llegó en los primeros días del mes de octubre. La comitiva brasilera estaba compuesta por el propio De Andréa teniendo como asesor su hijo, más nueve oficiales técnicos, un médico, uno de contabilidad y un capellán. Como apoyo tenía dos equipos de operaciones logísticas. Reyes por su parte y de acuerdo a un presupuesto presentado tenía en su comitiva, a su hijo Ingeniero Julio Reyes, un escribiente, “catorce peones empleados en la conducción de los carruajes y en las demás operaciones de servicio de la misma comisión, cuatro mulas de tiro y ocho caballos de silla para el servicio[4]. Reyes llegó al Chuy a comienzos de noviembre, encontrándose con De Andréa el día 2.

 

4. El terreno y sus pobladores

El terreno en la región que tratamos es una vasta planicie con pocas elevaciones y muchos bañados, estando cercadas al este por el océano 

Atlántico, al sur por terrenos planos entre los arroyos Chuy y San Miguel, al oeste, terrenos anegadizos desde el arroyo San Miguel al río San Luis y la Laguna Merín y al norte, nuevamente con planicies de poca elevación. Las mayores alturas se localizan al oeste en la Sierra de la Carbonera y Cerros de San Miguel, donde está también el fuerte del mismo nombre.

De acuerdo con un informe del Ministerio de Negocios Extranjeros del Imperio del Brasil existían en la época de la demarcación, en la zona del arroyo Chuy y Laguna Merín, 35 estancieros con 342 leguas cuadradas de propiedad en total (unos 8000 km2 a ambos lados de la frontera, superficie equiparable al 80% de la superficie del departamento de Rocha). Como fue mencionado, se habían establecido con posterioridad a la guerra de 1801, siguiendo la política de Portugal de establecer militares y colonos después de la conquista de una región. Su actividad principal era ganadera con pequeña actividad agrícola de subsistencia en algunos casos. El pasaje de ganado para uno y otro lado de una frontera todavía no establecida era, aunque irregular, considerado una actividad normal. Los pobladores más influyentes pertenecían a la familia Correa y a la familia Vianna. En ocasión de la fundación de una nueva villa en la región, en 1849, autorizada por el entonces presidente de la provincia de Rio Grande de São Pedro, Mariscal De Andréa, los Vianna sostenían la conveniencia de fundar la ciudad en las alturas de los cerros de San Miguel, actual territorio nacional; en cuanto los Correa eran de la idea de fundarla cerca del paraje conocido como “de la Palma Sola”. Finalmente fue fundada la actual ciudad de Santa Vitória do Palmar, concretando así un antiguo sueño del Comendador Manôel Correa Mirapalhete, estanciero establecido en la región. Para la localización de los pobladores (ver gráfico 2), fueron consultados los siguientes mapas o documentos, así como se detallan los nombres mencionados en cada uno:

a- “Linha da Fronteira de extensão do sul do Brasil, Partindo da Lagoa Mirim até encontrar o rio Chuí” – Plano No 1, pág 69, de [11]. contiene total de 22 pobladores, siendo ellos:

– Vianna Collector[5] – José Roiz[6] (Correa) – Paulino o Raulino

– Nicolau María Fernandes – Marciano – Belizario Faría

– Joaquim Reix – Antero Roiz – Serafim Lima

– Vianna Mal Roiz – Joaquim Rodrigues Corrêa

– Viuda de Claudino Roiz – Joaquim Pereira – Joaquim Faría

– F. Pantaleão – Pereira Nunes – D. Caetana

– D. Izabel – José Francisco Roiz – Francisco Roiz

– Antonio Roiz – Felizardo

b- “Carta Plana da Fronteira do Chuí levantada em 15 de outubro a 31 de dezembro de 1852 para servir à fixação da linha divisória entre o Brazil e o Estado Oriental do Uruguay nesta parte da fronteira comum aos dois Estados, pela Comissão de Demarcação de Limites” [3]. Rio de Janeiro, Mapoteca do Itamaraty. Tiene solamente dos pobladores del lado uruguayo, ellos son:

– José María – Figueirinha

c- “Carta Plana de las Costas Occidentales de la Laguna Merín y Territorios Adjacentes comprendidos entre la Desembocadura del Chuy y la del Rio Jaguarón” – José María Reyes, 1854, Río de Janeiro Mapoteca de Itamaraty [3].

Pobladores en la región del Chuy:

-Borges -Acosta -N(icolau). Fernández

Pobladores en el Río San Luis y arroyo Sarandí

– Pulperío[7] (sin discriminar los pobladores) – Cardoso – F. Abreu

– Cáceres – F. Abreu – Thedina[8]

 

Gráfico 2

Gráfico 2

 

5. Trabajos de demarcación

La comisión brasileña comenzó los trabajos topográficos y geodésicos en cuanto llegó a la región de Chuy, a comienzos de octubre de 1852. El campamento fue establecido en la casas del ciudadano brasileño Joaquim Rodrígues Corrêa, en las cercanías del puesto de guardia y del Paso General del arroyo Chuy (actualmente en las afueras y al este de la ciudad de Chuy).

El levantamiento cartográfico, que comenzó a partir de un punto base medido astronómicamente cerca de la casa de Joaquim Rodrígues, fue extendiéndose por una red de puntos de triangulación que se desarrolló teniendo como eje a la zona que debía delimitarse, desde la desembocadura del arroyo Chuy al San Miguel y de ahí a la Laguna Merín.

Reyes llegó a la región y se instaló cerca del arroyo Chuy, un poco al sur de donde se encontraba el campamento brasileño, ya con la directiva del Presidente Giró (quien andaba en gira de inspección por el país), de realizar los trabajos de demarcación en forma rápida. Por los registros históricos, él parece no precisar de nuevos levantamientos y confiaba en los que ya había realizado en épocas anteriores y que inclusive habían sido mencionados en el primer tratado. Es así que el 1 de diciembre, impaciente por la demora de los trabajos, envía una carta a De Andréa, solicitando saber si los levantamientos cartográficos ya habían finalizado: “Espero que V.E. se ha de servir disculpar esta exigencia, si en su conocida ilustración contempla, que el Comisario Oriental asume el forzoso deber de justificar ante su Gobierno, el empleo de su tiempo y la naturaleza de las ocupaciones de la Comisión…” La respuesta no se hizo esperar y el mismo día De Andréa comunicó que aún estaba realizando trabajos. “ V.Exa. sabe que es, tal vez, este paraje, aquel que más dudas puede ofrecer para escoger bien una divisoria que, yendo cuanto posible con la letra de los tratados, cuanto a la dirección de la línea, satisfaga al mismo tiempo las otras condiciones, contenidas en el mismo tratado, del utis possidetis y de la mejor vigilancia de la frontera.”. Al mismo tiempo detalla cómo tiene distribuidos sus oficiales y el estado del relevamiento de campo.

Los Demarcadores hicieron su primera reunión oficial el dia 1 de enero de 1853. En esa reunión De Andréa presentó su carta topográfica y surgieron las primeras diferencias en la interpretación del Tratado. La modificación del tratado de 1851 por el de 1852, había dejado la delimitación más confusa. Por un lado, la nueva redacción no determinó el punto en que se debía abandonar el arroyo Chuy para proseguir la demarcación por una línea hasta la Laguna Merín la que, además, no se mencionaba si debía ser recta o sinuosa. Por otro lado se citaba el Puntal de San Miguel, lugar que no se encontraba en ninguna de las cartas de los demarcadores, mientras en éstas estaba bien claro el arroyo San Miguel. Si se hacía pasar la línea por el arroyo San Miguel, ésta no pasaría por el puntal del mismo nombre, que quedaría a su derecha.

Reyes en su argumentación trató de llevar la línea de demarcación lo más cerca de donde estaba en el Tratado de San Ildefonso. Su razonamiento era el siguiente: la parte sur de la Laguna Merín se llama en realidad Laguna San Miguel y el Puntal de San Miguel es la lengua de tierra al oeste, más o menos frente a la desembocadura del río San Luis. Si esa interpretación fuera aceptada, lo normal hubiese sido tirar una línea de allí al arroyo Chuy, a la altura del antiguo marco de 1784 y bajar luego por el mismo arroyo hasta el mar. Esta tesis tenía un gran problema, que era ignorar el propio utis possidetis mencionado en el tratado, ya que prácticamente desde la guerra de 1801 entre España y Portugal, éste último había ocupado primero militarmente y con colonizadores después, toda la zona pretendida hasta la línea que va del paso del arroyo Chuy al del San Miguel. Esa zona era lo que en el Tratado de San Ildefonso de 1777, se llamó “Campos Neutrales”, pero fue perdida en ocasión del tratado de paz de 1801[9]. La posición de Reyes era difícil, ya que además la línea debía bordear la orilla occidental de la laguna Merín (recordemos que Uruguay no tenía derecho a la navegación de la laguna) y saliendo del pretendido Puntal de San Miguel debía atravesar la laguna hasta la desembocadura del río San Luis, para después continuar por su orilla.

De Andréa argumentó en contrario diciendo que el pretendido Puntal de San Miguel era conocido por ellos como Puntal del Paraguayo, ya que años atrás lo habitó un paraguayo que plantaba yerba mate. Y que además no podía un puntal estar tan lejos de la desembocadura del arroyo del mismo nombre y la tal Laguna de San Miguel, era en realidad una bahía de la Laguna Merín y parte de ella. Por otro lado no podía ignorarse el utis possidetis y que tanto en el arroyo Chuy como en el San Miguel existían, desde tiempo atrás, puestos de guardia brasileños.

Finalmente los comisarios no llegaron a un acuerdo y colocando todo en un Acta de Comisarios, la número 1, resolvieron que las diferencias deberían ser resueltas por sus respectivos gobiernos. Esta sería la primera y última oportunidad en que los comisarios recurrieron al arbitraje de sus gobiernos para resolver los problemas que surgieron en la demarcación; en los que aparecieron después, los propios comisarios llegaron a acuerdos que luego plasmaron en Actas de Demarcación (cuatro actas en total, que pueden ser consultadas en [5]). Las distintas líneas de límites, propuestas por los comisarios se muestran en el Gráfico 3, hecho con base en documentos enviados por De Andréa a su gobierno. El comisario brasileño explica las posibles líneas de demarcación propuestas de la siguiente forma[10]:

Línea A B – Es la propuesta hecha por el Coronel Reyes para la línea de límites, desde el Puntal del Paraguayo, que él llama de S.(an) Miguel, hasta el marco de las antiguas Comisiones, que está junto a la Costa del (arroyo) Chuy y próximo a la casa de la Viuda de Claudino Rodrigues: tiene 6368 brazas. (14.009,6 m[11])

Líneas M N – Es la segunda propuesta del Coronel Reyes que, desengañado de su inadmisible denominación de Puntal de S. Miguel, intenta darnos una frontera muy abierta, sacando una línea tangente a la extremidad sur de la Laguna, y con rumbo de Oeste para Este verdadero. Esta línea por un lado se aproxima mucho del Puntal de S(an). Miguel, pero por otro lado solo queda distante del marco arriba mencionado unas 372 brazas (818,4 m) contadas en el arroyo; quedando para los Orientales algunos pobladores Brasileros con sus tierras, que naturalmente se verán obligados a abandonar: tiene 5740 brazas (12.628 m).

Gráfico 3

Gráfico 3

Espacio B N – Es la parte del arroyo Chuy comprendida entre la primera y la segunda propuesta del Coronel Reyes: tiene 372 brazas (818,4 m) contadas en el río, como fuera mencionado.

Línea M L – Es una línea que supongo continua hasta encontrar el rio S(an). Luis en la hipótesis de que el Brasil dará los terrenos entre las líneas M N y C’ D’, adquiriendo las comprendidas entre la extremidad Sur de la Laguna Merín y el mencionado Río; o sino antes yendo solamente hasta este Rio después de bajar por el Palmar e India Muerta; como en el Tratado del 12 de Octubre de 1851. Esta línea encontrará un primer arroyo cuyo nombre ignoro a 2 millas de distancia (3700 m); el arroyo Palmar a 5 (9.255 m, actual arroyo Isla Negra); el arroyo India Muerta y siempre del E para el O a 9 y 1/2 (17.585 m); y el verdadero Río S(an). Luis a 12 millas (22.212 m); todo un poco más o menos. Si quedáramos solamente con el terreno hasta el arroyo Palmar, sería todavía una gran ventaja de intercambio para el Brasil, por la mejor vigilancia de la Laguna, y otra razones ya dadas.

Línea C’ D’ – Es el límite actual entre los dos Estados; que va del Paso del Arroyo Chuy al Paso del Arroyo de S. Miguel y en cuya posesión estamos hace muchos años. Tiene 3.848 braza.s (8.465,6 ms, es la línea de límites finalmente demarcada y vigente hasta hoy. En cada uno de sus extremos existía un puesto de guardia de Brasil – GB).

Línea C D – Es el límite propuesto por mí, partiendo de la extremidad Norte del Fuerte de S. Miguel una línea Este Oeste verdadero; y contada solamente la parte comprendida entre los dos arroyos; tiene 3.800 brazas (8.360 m). Queda un poco al norte de la linea C’ D’.

Línea FOE – Es una línea que tiene origen en el punto en que se cuenta media legua de las de 18 en el grado[12], sacada en una única línea (línea recta), desde la desembocadura del Chuy, donde está el último punto de la triangulación, y corta el arroyo en el punto F. Esta línea tiene que cortar el arroyo por segunda vez en el punto O a 1.568 brazas (3.450 m); desde este punto al Puntal, 6.945 (15.285,6 m); y en su totalidad de F a E 8.616 brazas (18.955,2 m) Sería ella la que habría que usar si quedase valiendo la condición de trazar media legua contada a partir de la desembocadura del Chuy.

Línea G E – Es una línea que supongo sería preferible a FE por no atravesar el arroyo, y así se escogería una vuelta natural de el para origen del límite: tiene 7.628 brazas (16.781,6 m).

Línea F H – Es la dirección que, según el Tratado de 12 de Octubre de 1851, se debería dar a la Línea de Límites hasta encontrar el Arroyo Palmar; bajando por éste y por el India Muerta hasta el (río) S(an). Luis. Ignoro la extensión verdadera que tendría toda la línea.”

Los comisarios decidieron en febrero en una segunda acta de demarcadores, continuar trabajando al norte de la Laguna Merín, en cuanto los gobiernos se encargaban de la cuestión. Las diferencias serían resueltas el 15 de abril de 1853, a través de un protocolo de Acuerdo, firmado en Montevideo entre el enviado especial a Montevideo, José María Da Silva Paranhos y el ministro uruguayo Florentino Castellanos. En este acuerdo, la línea C’D’, entre los Pasos de los arroyos Chuy y San Miguel sería adoptada como límite y oficializada en la primera Acta de Demarcación, el 6 de junio de 1853. Cuatro marcos principales, uno en la desembocadura del arroyo Chuy, uno en cada paso de los arroyos Chuy y San Miguel y finalmente uno en la desembocadura del San Miguel en la Laguna Merín, materializan hasta el día de hoy nuestros límites en la zona, siendo ellos muy visibles para la población fronteriza, a excepción del último citado. [5].

 

6. Epílogo

 

En teoría, cualquier línea de las que presenta el Gráfico 3, podría haber resultado en la demarcación definitiva de nuestros límites en esta área. En la práctica, difícilmente se habría conseguido alguna cosa mejor para Uruguay, que lo que fue demarcado. La ocupación al norte de la línea Paso del arroyo Chuy – Paso del arroyo San Miguel, por parte de pobladores brasileños era densa y antigua y la existencia de puestos de guardia brasileños en ambos pasos, reforzaba esta pretensión. Por otro lado la ocupación al sur de la línea parece ser escasa y estar más concentrada en el arroyo San Luis que en el Chuy mismo, centro poblado que no existía como tal en la época.

En este primer capítulo de la demarcación de nuestros límites con Brasil, quedan en evidencia algunos hechos que merecen ser destacados. En primer lugar, la redacción dada a la línea de límites por el tratado modificativo de 1852, dejaba muchas dudas: nada menos que por donde ésta pasaría. En segundo lugar, destacamos la importancia que dio el Imperio del Brasil a la Comisión Demarcadora y el fuerte apoyo material y diplomático que le proporcionó (tanto que destacó un enviado especial a Montevideo, el Vizconde de Río Branco Da Silva Paranhos, para seguir de cerca el cumplimiento de los tratados firmados). Del otro lado el demarcador uruguayo parece estar siempre en desventajas materiales y de apoyo; y en el futuro, dependería cada vez más de la comisión brasileña para cumplir con sus tareas como demarcador. Reyes trató, en esa etapa, de llevar la línea lo más cerca posible de la antigua demarcación de San Ildefonso, ejecutada en 1784, pero la propia ocupación del espacio por estancieros brasileños desde comienzos del siglo XIX y el criterio del utis possidetis incluido en el Tratado hacían muy difícil que consiguiera alguna cosa más de lo que finalmente fue obtenido.

 

Bibliografía

1- Accioly, Hildebrando. Direito Internacional Público. Imprensa Nacional, Rio de Janeiro, 1935.

2 – Andréa, José. O Marechal Andréa nos relevos da História do Brasil. Rio de Janeiro, Biblioteca do Exército, 1977.

3 – Arquivo Histórico da Segunda Comissão Brasileira Demarcadora de Límites – SCDL. Palácio Itamaraty, Rio de Janeiro :

a – Caçapava, Barão de. Exposición abreviada dos trabalhos da Comissão Imperial da Demarcação de Límites entre o Brazil e o Estado Oriental do Uruguai.

b – Correspondência do Barão de Caçapava nos trabalhos da Comissão Imperial da Demarcação de Limites entre o Brazil e o Estado Oriental do Uruguai. 1852-1858.

4 – De Macedo Soares, José Carlos. Fronteiras do Brasil no Regime Colonial. Rio de Janeiro, Livraria José Olympio editora, 1939.

5 – Fronteiras e Límites – Wilson Ruy Mozatto Krukoski – en: http://www.info.lncc.br

6 – Golin, Tau. A Fronteira: volume 2. Porto Alegre, L&PM, 2004.

7- Bottino Bernardi, M. del Rosario Sobre Límites y Fronteras. Rivera – Santa Ana do Livramento Estudios Históricos – CDHRP- mayo 2009 – Nº 1 – ISSN: 1688 – 5317, incluído en [5]

8 – Orestes Araújo. Diccionario Geográfico Del Uruguay. Imprenta Artística de Dornaleche y Reyes, Montevideo, 1900.

9 – Tancredo de Mello, Fernando. O município de Santa Vitória do Palmar, 2a edición. Porto Alegre, Martins livreiro-editor, 1992.

10 – Soares, Texeira. História da Formação das Fronteiras do Brasil. Biblioteca do Exército, 1973.

11 – Souza Doucca. Límites entre o Brasil e o Uruguai. Rio de Janeiro, 1939.


[1] Hildebrando Accioly definió este criterio como “la posesión mansa y pacífica, independiente de cualquier otro título”.

[2] Cartas del Mariscal Francisco José de Souza Soares d’Andréa al Consejero Paulino José Soares de Souza, Ministro de los Negocios Extranjeros, fechadas en Río de Janeiro, el 14 de junio de 1852. SCDL – 3b

[3] Acuerdo entre los Comisarios para la Demarcación de la Frontera Brasil – Uruguay. Copia del manuscrito existente en el Archivo Histórico en volumen encuadernado con índice 1419-L-497. 3b.

[4] Presupuesto de la Comisión demarcadora de Límites de la República Oriental correspondiente al mes de mayo. SCDL 3b.

[5] Este poblador era recolector de impuestos de la zona.

[6] El apellido Roiz es la abreviación de Rodríguez y la abreviatura “D.” corresponde al tratamiento de Doña

[7] Como figura en el mapa

[8] Probablemente abreviación del nombre Thomas Edina.

[9] En el tratado no se especificó ninguna cláusula de reestablecimiento de la situación a lo que estaba antes de la guerra, o sea status quo antebellum. Esta fue otra grave falla diplomática de España en la época.

[10] Carta de De Andréa a Paranhos, fechada el 20 de enero de 1853

[11] Los cálculos de las distancias en metros fueron hechos con base en la equivalencia de 1 braza a 2,2 m

[12] Medida de distancia que incluía 18 leguas en un grado de meridiano, o sea cada legua tenía 6.173 m

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