Este ha sido un número particularmente difícil. El 2015 es un año complejo para el país en todos sus aspectos, especialmente el económico. Imposible que tal situación fuera ajena al proyecto editorial que encabezamos. Es más, este tipo de emprendimientos son los que primero acusan el impacto.

Nunca ha sido la publicación de esta revista un factor de lucro. Apenas si hemos logrado amortiguar aproximadamente la mitad de su costo a través de la colaboración de diferentes empresas privadas del medio. El resto ha sido solventado por aportes de la Dirección y la venta de las propias revistas que se venden casi a precio de costo pues –reiteramos – la rentabilidad no ha sido el motor de este emprendimiento.

Podríamos haber recurrido a las arcas públicas – municipales o entes autónomos que son pródigos generalmente en sus aportes – pero siempre nos hemos negado a ello militantemente. Por otra parte – quizás síntoma de la apatía de nuestras instituciones a los fenómenos culturales (esperamos que no sea por cuestiones ideológicas) – nunca desde la esfera pública se nos ofreció apoyo más allá que no lo hayamos pedido. De todas maneras, siempre creímos que esto debía de ser un emprendimiento colectivo, cultural e identitario por excelencia y que todos aquellos que aportaran desde la esfera comunitaria lo hicieran como un compromiso de responsabilidad social empresarial.

Ejemplar dificultoso también porque es harto complicado editar un  número de las características de nuestra publicación en medio de tanto trabajo que nos embarga. No es desconocido para nuestros lectores que hemos afrontado, y con alegría y quizás ingenua esperanza, la tarea de ser representante nacional de nuestra tierra y ello – como debe de ser – nos absorbe mucho, muchísimo tiempo; porque desempeñarlo a carta cabal requiere no solo estar varios días en la capital nacional en sesiones y comisiones, sino estar en permanente recorrida de contacto con la población y organizaciones sociales, culturales, productivas, deportivas, etc. A eso debemos agregar que tenemos también que mantener en la esfera privada nuestro trabajo profesional – de hecho resentido severamente – para complementar nuestros ingresos y poder sostener el presupuesto de vida que tenemos. Y además obviamente está la familia, que debiendo ser el primer lugar de nuestra vida, termina muchas veces injustamente siendo recipiente de los remanentes de tiempo que sobran a las jornadas.

Publicar la Revista Histórica Rochense es un hito arduo. Su corrección consume ingentes cantidades de horas y días; pues hemos querido hacer de ésta una publicación de excelencia. Desde su tapa al pie de todas las fotos es un proceso cuidado y sobre el que estamos personalmente. Cada renglón, cada palabra se lee cinco o seis veces en el decurso de las “pruebas de galera” que parecen nunca terminar. Es más, sin duda, que si las leyéramos otra vez, algún error se nos habría deslizado, ese tipo de errores que eufemísticamente se le llama el “duende de las imprentas”.

Por algún momento corrió el flash por la mente de abandonar el emprendimiento. Pero no puedo – por lo menos por ahora -, pues lo amo, es como si fuera un hijo propio. Y más allá de eso ya ni siquiera me pertenece. Es de los lectores, que son los que más empujan cuando preguntan cuando sale el próximo ejemplar, cuando requieren un número anterior para completar la colección o vemos el impacto en Internet de la página web con más de 25.000 visitas en dos años de existencia, lo que supera en lejos su difusión a la versión papel.

Nos sentimos orgullosos de la Revista Histórica Rochense. Creemos que tiene su lugar ganado en nuestra gente. Que es reconocida por su aporte – la propia Intendencia Departamental nos ha pedido en ocasiones ejemplares para obsequiar a visitantes extranjeros – y no queremos desandar un camino recorrido.

Por ello, con las razones del corazón, acá está el No. 8.

Una vez más a todos: gracias.

Hasta ahora habíamos estado omisos en tratar sobre la literatura de nuestra tierra. Ahora salvamos parcialmente la omisión. Néstor de la Llana, Director del Centro Cultural María Elida Marquizo, rescata la poesía de dos rochenses de distintas épocas y por lo tanto distintos estilos. Lo rescata además en el recuerdo al inolvidable Prof. Julio Pérez Corbo, pionero de este emprendimiento editorial, con quién comparte la coautoría de parte del texto publicado. Así llegan a estas páginas la obra de José Carduz y Enrique “Gallineta” Silva.

Las instituciones de servicio público son parte de la mejor historia de la solidaridad comunitaria. La mayoría de ellas con décadas de existencia y actuación. En número anterior referimos la historia del Rotary Club Rocha Este. En este año se cumplen 50 años del Club de Leones de Rocha y no podíamos estar omisos a tal acontecimiento. Kidie Rótulo nos rememora ese importante trecho de historia de compromiso y trabajo social.

Néstor Sabattino goza de una pluma exquisita. De su mano la historia real adquiere visos de vida propia. Ello hace sus artículos sumamente disfrutables. En el número anterior publicamos las peripecias del último farolero de Rocha, antes que llegase la iluminación eléctrica. Ahora es el turno de narrar la historia de la instalación del servicio de luz eléctrica en nuestra ciudad, hecho removedor en su tiempo y que cabe dimensionarlo adecuadamente en su contexto e importancia al paso de las décadas como elemento revolucionador de la vida en todos sus aspectos.

Los personajes son eso: personajes. Y discúlpese la presunta tautología. Es que es así. No son hacedores de la historia con mayúscula, pero son protagonistas de la historia minúscula – no por ello menos importante – de las colectividades. Especialmente en el interior -aunque cada vez menos- es donde más se les encuentra. Víctor Larrosa narra en forma breve lo que fue la vida de un showman de tierra adentro, el “Capitán” Graña y allí surge todo lo pintoresco de los personajes que dejan su impronta en la cultura popular de las localidades.

Poco a poco, a medida que el tiempo y el espacio lo permite, hemos ido tratando de publicar la historia de las localidades de nuestro departamento. Hemos empezado, contrariamente a lo que diría el manual, con las más pequeñas porque sobre las más grandes ya hay mucho escrito. Así ya han pasado por estas páginas, de diferentes formas, la historia de Velázquez, 19 de Abril, San Luis, Cebollatí, 18 de Julio y Aguas Dulces; y ahora le toca el turno a Punta del Diablo, pintoresco pago de nuestra tierra si los hay. Su pasado viene de la mano de quién mucho conoce de ello y que es parte de la renovada integración del Consejo de Redacción de nuestra publicación como lo es el Prof. Humberto Ochoa Sayanes, a quién le damos la bienvenida en estas páginas que realmente se habían privado inexcusablemente de su aporte hasta la fecha.

Parte de los nuevos retoños de la Revista Histórica Rochense es la participación del también butiasero – nada más apropiado para su incursión de ahora – Néstor Rocha. Rocha publicó ha no mucho tiempo atrás un impresionante y completo libro sobre nuestros palmares. Con su versación nos trae la historia y leyenda del palmar butiá odorata (ya no “capitata”, y con él nos enteramos) que vale leer para darse cuenta que Rocha no tan solo es palmar; sino que el propio palmar es mucho más que una sumatoria de palmas diseminadas en  nuestro territorio.

Los primeros cartógrafos de América tuvieron el rol de dibujar nuestras costas para los navegantes y con el fin de hacer viajar la imaginación acerca de aquellas tierras desconocidas a quienes no las conocían. Así pasaron en sus recorridas por nuestras costas y dejaron su recuerdo en planos diversos de las épocas pioneras. Juan Antonio Varese, miembro de honor de esta publicación, nos trae el recuerdo de aquellos planos con formas extrañas que parecen remitirse remotamente a nuestras tierras pero que de hecho fueron los primeros trazos que entonces se hicieron de ellas.

Yarza Rovira, genealogista de fuste, con sangre rochense en sus raíces y por afinidad a través de su esposa en trabajo que a ella dedica, realiza un estupendo trabajo sobre la ascendencia de Luciano Velázquez, el “Guacho”, fundador de la villa de igual apellido. Pero el texto nos transporta más lejos. Es una recorrida por las raíces de nuestra historia local que, sin perjuicio de lo particular del caso, tiene mucho de común con el de toda nuestra comarca.

La historia de Palermo Fútbol Club es el artículo más leído en Internet de nuestra publicación. Oscar Bruno Cedrés recibió de parte de la Dirección un desafío y recogió el guante. Publicar la historia del acérrimo rival: el Club Atlético Lavalleja. Lo hace con conocimiento de causa desde su corazón de hincha y veremos si con el paso del tiempo arrebata el título de artículo más leído que hasta ahora ostenta el escrito por Kidie Rótulo.

Jesús Perdomo rescata la historia de un “anarco”. De las viejas y románticas épocas donde aquellos tirabombas de las metrópolis por nuestras tierras soñaban con un mundo libertario y más justo. Lucas Valdés fue uno de ellos y acorde a su espíritu rebelde escribía en un periódico de entonces y hacía poesía y narrativa. Hoy, décadas después de su fallecimiento, para rescatarlo del olvido se lo exhuma a través de las páginas que publicamos.

“La Cumparsita” es el himno de los tangos. Matos Rodríguez lo compuso dedicado a la pequeña comparsa de sus amigos, la cumparsita. Dentro de ellos existía un hombre que luego fue un entrañable lascanense que dejó su huella señera en aquellas tierras norteñas. El Dr. Introini Carabelli, entonces estudiante universitario, participó de aquellas épocas doradas. Víctor Velázquez nos lo cuenta con su notoria versación.

El Dr. Antonio Lladó fue un hombre multifacético que abarcó desde lo científico hasta lo político. Fue el primer cirujano que tuvo Rocha. Hoy uno de sus descendientes, médico también, radicado en EE.UU., nos regala la biografía de un hombre fundamental en su tiempo. Tanto como para que la gente se agolpara a la entrada de la ciudad a su regreso definitivo de Montevideo.

Finalizamos el ejemplar rescatando la historia de un rochense olvidado injustamente como lo es Ernesto Pérez. Destacado individuo que fue hombre de derecho, guerrillero, legislador y periodista que hoy vuelve al presente en su biografía que hoy publicamos.

Será hasta el próximo número.

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