Kidie Rótulo Féola

 

 SUMARIO: 1. El origen de Palermo Fútbol Club – 2. El campito “San Miguel” – 3. La afiliación de Palermo ala Liga Rochense de Fútbol – 4. Sus logros deportivos – 5. El cenit, Campeón del Interior, 1987 y 1989 –  6. Una anécdota jugosa – 7. Jugadores destacados en las distintas épocas – 8. Sus Presidentes a través del tiempo – 9. Sus Sedes Sociales –  10. Un emocionado recuerdo – 11. El acróstico de Palermo – 12. La popular canción palermitana.

1. El origen de Palermo Fútbol Club

 

Allá por el año 1944, aquel recordado Profesor de Educación Física que se llamó Ariel Tato Alvarez, tuvo la feliz idea de organizar un Campeonato de Fútbol de Menores, cuya edad no podía ser mayor de 15 años. Como es sabido, en esa época no existía el Baby Fútbol. Con la finalidad de formar un equipo que representara en ese Campeonato al barrio de la zona de Grito de Asencio y José Enrique Rodó, se reunió un grupo de muchachos que por ese tiempo habían formado una murga de gurises, en un galpón ubicado en la calle Grito de Asencio, entre José Enrique Rodó y 19 de Abril. Ese galpón pertenecía a Don Francisco I. Rótulo Casella, constructor con muchos años de actividad, y era el lugar donde guardaba los materiales de construcción que utilizaba en sus obras, tablas, tablones, puntales de eucalipto, palas, baldes, carretillas, herramientas así como su pequeño camión que le permitía acarrear esos materiales. Allí, a la luz de un farol a queroseno, ya que no había luz eléctrica, alrededor de una rústica mesa formada por tablas de encofrado, nació el Palermo Fútbol Club. Fueron sus fundadores Emil Rótulo (“Pibe”), Juan Ángel Féola (“Pocho”), Justino Velázquez, Ruben Nassi (“Yiye”), Raúl Paciello, Kidie Rótulo (“Bocho”), Daniel Raúl Féola (“Nené”) y Julio Eduardo Casella (“Cacho”).

Concretada la idea de formar “el cuadro del barrio” para ese Campeonato de Menores, llegó el momento de elegir el nombre con que se inscribiría. En este punto existen dos versiones.

Una es que, como siempre, surgieron los nombres de conocidos equipos del fútbol uruguayo, como Peñarol, Nacional, Wanderers, Rampla Juniors; y entonces alguien se opuso diciendo que siempre se usaban los mismos nombres. Entonces otro recordó que por aquellos meses se había coronado Campeón del Campeonato Competencia (que era el primero del año del Fútbol Profesional Uruguayo, seguido del Campeonato de Honor y el Uruguayo), un Club menor, que era el Central Fútbol Club ( hoy Central Español Fútbol Club), y que como Central era oriundo del Barrio Palermo, y su cancha de fútbol se llamaba Estadio “Palermo”, se le podría poner ese nombre: Palermo.

La otra versión es que aquella zona de Rocha, desde Rodó hacia la zona de la actual Plaza de Deportes, y hacia Ituzaingó y Avenida Brasil, por años había sido una zona anegadiza, con estanques y hornos de ladrillos donde vivían muchos descendientes de italianos, napolitanos y oriundos de Palermo (Sicilia), zona donde además existían algunos prostíbulos, razones por las cuales se le conocía como el “Bajo Palermo”.

Cualquiera sea la versión verdadera, lo cierto es que aquel grupo de gurises, al cuadro del barrio le pusieron PALERMO. Ese primer equipo de Palermo, de Menores, estaba integrado por “Yiye” Nassi como arquero; Carlos Julio Garicoits y Jorge Rodríguez como zagueros; Juan Ángel Féola, Milton Rótulo y “Chiquito” Canto, en la línea media; y como delanteros Antonio Sosa Juncal, Raúl Paciello, Emil Rótulo, Otto Vidal y Kidie Rótulo. Alternaban también en ese equipo, Ebert Correa Prieto en el arco, y Juan Pérez (“Cotorrita”), como delantero.

La primer camiseta usada fue el buzo blanco de gimnasia, de manga larga, que se usaba en el Liceo, al cual las madres de los jugadores le cosieron una banda roja en diagonal (como la camiseta de River argentino), que llevaba cosidas las letras  P.F.C., iniciales de Palermo Fútbol Club, en color azul. Curiosamente, esa primitiva camiseta ya tenía los clásicos colores blanco, azul y rojo, que posteriormente llevaría la camiseta del Palermo “grande”, dela LigaRochensede Fútbol.

 

Palermo de Menores, (1945): Parados: de particular: Bartolo Cal, Solano Sosa, “Bebe” Lombardi. Jugadores: Carlos Julio Garicoits, “Yiye” Nassi (arquero), Jorge Rodríguez de los Santos, Milton Rótulo, “Chiquito” Canto, Ebert Correa (arquero suplente) y Juan Ángel Féola. Agachados: Juan Pérez, Antonio Sosa Juncal, Otto Vidal, Emil Rótulo, Raúl Paciello y Kidie Rótulo

 

Este fue el origen del linajudo Palermo. Ese momento histórico del nacimiento del Palermo Fútbol Club, se recuerda con una modesta placa de acrílico, en la fachada de la casa que hoy ocupa el lugar donde existía el viejo galpón, en Grito de Asencio, entre Rodó y 19 de Abril.[1]

Ese Club de Menores, luego de aquel Campeonato, siguió disputando partidos amistosos con equipos similares de distintos barrios de Rocha, comoLa Estiva,La Rural, Plaza de los Pinos, de la zona dela Avenida1º de Agosto y del Barrio Lavalleja.

 

   

Palermo de Menores (1946) – Parados: “Negrito” Justo, “Yiye” Nassi (arquero), Eduardo Izaguirre, Huber Prieto, Milton Rótulo, Bartolo Cal (Director Técnico). Agachados: “Cachila” Larmini, Héctor Pérez, Bareño, Kidie Rótulo y “Semilla” Pérez.

En sus comienzos el Presidente fue Aparicio Macedo – quién era empleado dela Panadería“La Victoria” de Don Máximo Pioli ubicada en Rodó casi Grito de Asencio – y el Secretario era Emil Rótulo. Los Estatutos y Reglamentos de ese primer Palermo fueron aprobados en Asamblea que se realizó el día 19 de noviembre de 1945. Luego la institución fue presidida por Don Francisco I. Rótulo durante cinco años.

 

2. El campito “San Miguel”.

 

Por esos años del comienzo de Palermo los muchachos del barrio muchas veces jugábamos en plena calle al fútbol con una pelota de goma mediana. En Grito de Asencio casi José Enrique Rodó había un garaje de propiedad de Don Antonio Fontes, quién tenía una empresa de transporte. El portón de ese garaje, era el arco donde se ubicaba un golero. Los demás hacíamos “jueguitos” y pases, rematando y cabeceando al arco. Al lado vivía un Sub-Oficial de policía, Don Mario Correa, quien siempre nos pedía que no jugáramos en la calle. Pero como uno de los jugadores era Ebert Correa, su hijo, nosotros sabíamos a qué hora aproximada volvía dela Comisaríay, por supuesto, tratábamos de que no nos sorprendiera jugando allí. Una vez se nos fue la pelota por encima del techo de su casa y cayó en su patio. Don Mario la recogió y escondió, de modo que el propio hijo no sabía donde estaba. Por suerte, unos días después, Ebert la encontró arriba de un ropero, y nuevamente tuvimos pelota, que para nosotros por aquel entonces no era fácil reponerla.

Por suerte, luego surgió una “cancha”.Para nosotros eso era “un lujo”. Fue el campito “San Miguel” (que en realidad era de “Juan Miguel”). Este era un baldío ubicado sobre la calle Lucio Sanz y Sancho, pasando Dinegri Costa, allí donde actualmente están ubicadas unas viviendas municipales. Se trataba de un terreno grande, como de noventa a cien metros de largo, que no tenía alambrado hacia la calle. Sí lo tenía hacia el otro lado, que lo separaba de unos estanques de agua, cubiertos de camalotes. No eran pocas las veces en que la pelota caía en ese estanque y había que mojarse para recuperarla. El dueño de ese terreno, jamás nos molestó, y todas las tardes nos juntábamos allí un grupo grande de entusiastas futbolistas, de las más diversas edades, desde escolares hasta adultos, que incluso jugaban de pantalón largo. Los que aún concurríamos ala Escuelallegábamos a nuestras casas después de las cinco de la tarde, nos quitábamos la túnica y la moña azul, tomábamos la merienda de pie para no perder tiempo y partíamos corriendo raudamente hacia el campito “San Miguel”. Al comienzo del juego, se hacían dos equipos con los que llegaban primero, tratando de que fueran parejos, de acuerdo a las edades y la capacidad futbolística de los actores. Luego, a medida que iban llegando los muchachos, se iban distribuyendo para un lado y para el otro, tratando de que se mantuviera parejo el nivel futbolístico de los dos equipos. La jornada allí era larga. Jugábamos hasta el anochecer, cuando casi no se veía la pelota, y muchas veces alguno de los mayores para dar por terminado el partido decía:”el que haga el próximo gol, gana” y así se terminaba el partido.

Claro, por esos años, los muchachos no teníamos computadoras ni juegos electrónicos ni clases de Inglés. El fútbol era el sano entretenimiento que estaba al alcance de todos, incluso de los más humildes, y se practicaba fútbol varias horas al día. Siempre he sostenido que la desaparición de los campitos hizo que el fútbol cambiara; que ya no surgieran con tanta frecuencia los virtuosos del fútbol, como surgían por aquellos tiempos y que, en general, pasara a predominar la parte física sobre la parte técnica.

Por ese campito “San Miguel” desfilaron muchos jugadores que después fueron muy destacados en el fútbol de Rocha. Pero quiero referirme a alguien que sobresalía nítidamente sobre la mayoría: “Bebe” Lombardi.

 

Primera División de Palermo F.C. (1955)– Parados: Carlos Silvera (Director Técnico), “Pocho” Olivera, Juan Lombardi, Nelson González, Rodolfo Peyre (arquero), Rafael Guisado (“Vigorito”), Carlos Reyes y Justino Velázquez (Delegado ante la Liga Rochense). Agachados: Oscar Guisado (“Pochito”), Luis Martínez (“Melena”), “Becho” Moreno, Ariel Sanguinetti, Kidie Rótulo, “Cachila”) Larmini, y  “Charrúa” García, kinesiólogo.

 

“El Bebe” siempre se caracterizó por el extraordinario dominio de la pelota. Muchas veces “marcado” por tres o cuatro contrarios que lo rodeaban se las ingeniaba para, con gambetas cortas, realizadas en un metro cuadrado, dejarlos “en blanco” y salir con la pelota dominada.

 

3. La afiliación de Palermo a la Liga Rochense de Fútbol

 

Palermo se afilió ala LigaRochensede Fútbol en el año 1953 y en ese año pasó a presidirlo Don Manuel Mato (“Lelo”), padre de Américo Mato, conocido comerciante de nuestra ciudad.

Mato había adquirido por entoncesla Panadería“La Victoria” y poco después adquirió los terrenos ubicados en Prolongación Lavalleja pasando Avenida Brasil, donde poco después se construyera la cancha de fútbol de Palermo. Esta fue inaugurada en mayo de 1954. Años después, la familia Mato hizo la donación de ese campo de juego al Palermo Fútbol Club, que luego designó a su campo deportivo, muy merecidamente por cierto, con el nombre de Manuel Mato.

Don Manuel Mato estaba vinculado al Central Fútbol Club, y entonces envió a Juan Ángel Féola (era Delegado Suplente antela Ligasiendo el Titular Juan María Nassi) a visitar a directivos de Central, informarles de la existencia de Palermo, que llevaba el nombre de su Estadio, y solicitarles una colaboración en algún equipo deportivo: pantalones, camisetas, medias. Los directivos recibieron a  Féola muy amablemente pero le comunicaron que la situación económica por la que estaban atravesando no les permitía hacer ese tipo de donación. Pero, en cambio, le obsequiaron una bandera de Central, a la cual solo tenían que cambiar la “C” por la “P” de Palermo, de modo que en lugar de lucir las iniciales C.F.C., aparecieran las iniciales P.F.C. Desde entonces, la camiseta de Palermo fue la misma de Central F.C.

 

Palermo 1974, Campeón Invicto – Parados: Carlos Babuglia (arquero), Asdrúbal “Cacho” Píriz, Carlos Julio Gallo, Julio Walter Nogueira (“la Muda”), Luis Eduardo Martínez (“Pochito”) y Miguel Egaña. Agachados: Juan Justo Puñales, Víctor Homero Guaglianone, una mascota, Nelson Miranda (“Huevo”), Juan Pedro Villarreal y Jorge Segredo.

 

4. Sus logros deportivos

 

Palermo obtuvo su primer Campeonato dela LigaRochensede Fútbol en el año 1968, clasificándose campeón nuevamente en los años 1972, 1973, 1974 (invicto), 1986, 1989, 1994, 1999. Recientemente obtuvo el Quinquenio, siendo Campeón desde el año 2003 hasta el año 2007 inclusive. Y por último, se coronó Campeón en el 2009.

Palermo fue también Campeón Departamental de Rocha en los años 1974, 1975, 1986, 1987, 1988 y 1989, superando a equipos de Castillos, Chuy, Lascano y Velázquez.

Fue también Campeón del Campeonato de Clubes Campeones del Este en cuatro oportunidades: 1987, 1988, 1989 y 1990. Asimismo fue Campeón dela Copa“Ciudad de Rocha”, en los años 2006, 2007 y 2009, adjudicándosela en propiedad.

Últimamente Palermo estableció también un record a nivel del fútbol de Rocha, manteniéndose invicto a nivel local durante 71 partidos.

 

5. Los títulos de oro: Palermo Campeón del Interior, 1987 y 1989

 

Pero seguramente los triunfos más resonantes obtenidos a través de su Historia fueron la conquista del Titulo de Campeón de los Campeonatos de Clubes Campeones del Interior, organizados por la Organización de Fútbol del Interior de Uruguay (O.F.I.) en los años 1987 y 1989, disputando los dos partidos finales casualmente ante equipos Campeones del departamento de Artigas, San Eugenio y Wanderers; ambos obtenidos en el mismo Estadio, el “Octavio Silvestre Landoni” de Durazno. Tales consagraciones no han podido ser igualadas hasta el momento por ningún otro equipo de Rocha.

La final del Campeonato del año 1987, el tercer partido, se jugó en Durazno el 14 de junio de 1987. Debo puntualizar que el segundo partido, revancha del primero que había ganado Palermo en Rocha, que se jugó en Artigas el 7 de junio de 1987, fue un verdadero despojo realizado por el juez riverense Walter Machado, que no sancionó un offside evidente de Pintos, autor del primer gol de San Eugenio, y no expulsó al jugador Martínez Paz, del equipo locatario, que agredió a Carlos Sosa de Palermo. El final de ese encuentro, fue lamentable. Al finalizar y a pesar de que San Eugenio había ganado forzando un tercer partido, gran cantidad de hinchas del club locatario, alrededor de cien, en forma inexplicable (salvo que estuvieran estimulados por una gran ingestión de caipiriña previa), ingresaron al campo de juego a agredir salvajemente a los jugadores de Palermo, a pesar de que en el desarrollo del partido los jugadores se habían comportado correctamente. A consecuencia de ese pésimo arbitraje debió jugarse un tercer partido final, en Durazno.

 

5.1 – Final del Campeonato del Interior de Clubes Campeones, entre Palermo y San Eugenio de Artigas. Estadio “Octavio Silvestre Landoni”. Durazno. 14 de junio de 1987.

 

Ese encuentro finalizó igualado1 a1. Se jugó un alargue de 30 minutos, no modificándose el tanteador por lo que hubo que ir a definición por penales. Y allí surgió la figura descollante de Victor Guala, arquero de Palermo, quien le atajó el penal al jugador Pintos de San Eugenio que le había marcado los dos goles en el partido anterior jugado en Artigas. Guala, antes de la ejecución de los penales, conversó a los jugadores contrarios, en forma correcta (con la permisividad del árbitro por supuesto) para ponerlos nerviosos. A Pintos, Guala le dijo: “tirámela a la derecha, a ver si te lo puedo atajar”; “no te asustes que yo atajo poco”. Y le atajó el penal, mientras que los ejecutantes de Palermo, que fueron José Pérez, “Memo” Iguinis, Arturo Altéz, Néstor Fernández y Alberto Martínez no fallaron. Así Palermo se clasificó por primera vez Campeón del Interior.

El equipo de Palermo, en esa oportunidad, estuvo integrado con Víctor Guala en el arco; José Pérez, Carlos Sosa, Carlos Dante Cardozo, Nelson Herley González y Néstor Fernández, en la defensa; Sergio Correa (a los 50´ Juan J. Pertusso), Arturo Altéz, Julio César Iguinis, Alberto Martínez y Héctor Pais (a los 95´ Marcelo Pertusso) en la delantera. Director Técnico fue Nelson González.

 

 

 

Palermo Fútbol Club, Campeón del Interior, 1987 – Parados: Carlos Dante Cardozo, Nelson Herley González, Carlos Sosa, Víctor Guala, José Pérez y Néstor Fernández. Agachados: Sergio Correa, Arturo Altez, Julio César Iguinis, Alberto Martínez y Héctor Pais

 

  

 

Víctor Guala, artífice del triunfo final sobre el San Eugenio, en la definición por penales conversándole correctamente al jugador Pintos, para ponerlo nervioso antes de la ejecución de su penal, que luego le atajara Guala.

 

 

5.2 – 1989: nuevamente Palermo Campeón del Interior

 

El 18 de Junio de 1989 Palermo jugó su segunda final del Campeonato del Interior ante el Club Wanderers, también de Artigas, en el Estadio “Octavio Silvestre  Landoni“ de Durazno.

En esa instancia Palermo estuvo integrado por Victor Guala, José Pérez, Luis Firpo, Gabriel Ortiz, Claudio Pertusso y Ruben Blanco, en la defensa; Paulo Píriz Santana (Paulinho), Arturo Altez, Denis Milar, Juan José Pertusso y Alfredo González en la delantera. La dirección técnica correspondió a Nelson Herley González y fue Ayudante Técnico  Alberto Martínez.

Los noventa minutos de juego terminaron en empate 1 a 1. Abrió el tanteador Alfredo González, empatando para Wanderers Eduardo Martínez a los 74’. Hubo alargue de 30 minutos, sin modificarse el tanteador por lo que se fue a la definición por penales. Y aquí, nuevamente, Victor Guala fue factor decisivo y Palermo por segunda vez se clasificó Campeón del Interior, coincidentemente como ya lo dijéramos, frente a otro representativo de Artigas.

 

Palermo Campeón del Interior, (1989) – Parados: Nelson Herley González (Director Técnico), José Pérez, Claudio Pertusso, Luis Firpo, Gabriel Ortiz, Víctor Guala, Ruben Blanco, Dusty Sosa y Alberto Martínez (Ayudante Técnico). Agachados:Paulo Píriz Santana (Paulinho), Arturo Altez, Denis Milar, Juan José Pertusso y Alfredo González

 

6. Una anécdota jugosa.

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Siempre recordamos, una incidencia ocurrida cuando Palermo obtuvo su primer Campeonato del Interior en el año 1987. Al regreso de aquel partido final contra el San Eugenio de Artigas, disputado en Durazno y en plena euforia del festejo en la Sededel Club – en aquel momento ubicada en Rodó y Ángel María Rivero – ya avanzada la noche del domingo 14 de junio, “Bebe” Lombardi, un gran compañero, muchacho bohemio, y que fuera excelente jugador, abrazando emocionadamente al autor de este artículo le dijo: “Kidie, tú que tienes más escuela que yo, ¿cómo explicas que aquel cuadrito de gurises que formamos en el barrio, hace tantos años, con el tiempo iba a llegar a ser Campeón del Interior?” Realmente, una reflexión muy interesante del recordado Bebe Lombardi, que unía los lejanos y humildes orígenes con aquel momento de gloria.

 

En esos dos títulos de Campeón del Interior por supuesto que el gran mérito fue de todos los jugadores, pero a mi juicio  hubo un jugador que fue decisivo en el momento de las dos finales. Ese jugador fue su arquero, Víctor Guala quién tuvo actuación descollante en la definición por penales.

 

7. Jugadores destacados a través de distintas épocas.

 

A través del tiempo, muy destacados jugadores, han integrado sus planteles. Recordamos a Nelson González, los hermanos Reyes (Carlos y Julio), Fernando Alemán, Glauter García, “Cachila” Larmini, el ya mencionado “Bebe” Lombardi, Emil Rótulo, Davis Prieto, Mario Ribas, Marconi Méndez (oriundo de Lascano), Carlos Julio González (“el Ratón),  “Tato” González, “Polola” Canobra, Julio Mego, Asdrúbal Píriz, Francisco Fernández (“Pochocho”), Herley Pérez (“el Cholo”) “Tono” Redín, Héctor Méndez, Miguel Egaña, Luis Eduardo Martínez (“Pochito”), Carlos Julio Gallo, Julio Walter Nogueira (“la Muda”), Nelson Miranda, Juan Justo Puñales, los hermanos Pertusso (Juanjo, Marcelo y Claudio), Alfredo González, Paulo Píriz Santana (Paulinho, de Chuy), “Pepe” Pérez (“El Semilla”), Víctor Guala, Arturo Altéz  (de Chuy), Carlos Dante Cardozo, Alberto Martínez, Denis Milar, Carlos Sosa, “Memo” Iguinis, Nelson Herley González, “Pipo” Pérez; César Olivera, los hermanos González (Martín y Matías), Sergio Recoba, y algunos “importados”, como Carlos Babuglia, Jorge Trianón, Víctor Homero Guaglianone, Juan Pedro Villarreal, Jorge Segredo, Daniel Carreño y muchos más, que sin duda inmerecidamente omitiré y que se destacaron en el fútbol rochense, los que escapan a la memoria en este momento y que aportaron su fútbol contribuyendo a la grandeza de Palermo.

 

8.  Sus Sedes Sociales.

La primera sede que tuvo el Palermo de Menores, muy precaria por supuesto, fue el galpón donde se fundara en 1944 ubicado en Grito de Asencio entre Rodó y 19 de Abril.

Luego, ya afiliado ala LigaRochensede Fútbol, durante muchos años ocupó el local ubicado en la esquina de Grito de Asencio y Rodó, local que perteneciera a la familia Macedo.

Posteriormente se trasladó a la calle Rio Branco (hoy José Batlle y Ordóñez), frente ala PlazaCongreso.Luego, en 1972, se trasladó a la esquina de Florencio Sánchez y 19 de Abril. Desde allí, luego pasó a la esquina de Rodó y Ángel María Rivero y, finalmente, durantela Presidenciade

José Pienica (“Pepe”), se adquirió el inmueble que hoy ocupa ubicado enla Avenida Ituzaingóy Orosmán de los Santos, donde por Convenio con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, se instalóla Sedey se construyó la cancha de Baby Fútbol en el amplio terreno que da a la calle Dinegri Costa.

 

9.  Sus Presidentes a través del tiempo.

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Como ya lo dijéramos el primer Presidente del Palermo de Menores, fue Aparicio Macedo. Luego ocuparon la presidencia Francisco I. Rótulo, Manuel Mato y se sucedieron en el tiempo los nombres de Wilfredo Píriz, Julio Cadimar, Ruben Presa, Artigas López, Nepomuceno Reyes, Roberto Busciolano, Boris Magliano, Dr. Kidie Rótulo, Carlos Silvera, Ruben Nassi, José Pienica, Juan Carlos Maurente, N. Lema,  Dr, Mario Anza León, Francisco Mora, Cr, Manuel Cardoso, Winster Rocha, Milton Lazo y Dr. Néstor Fernández. Todos ellos a través del tiempo dieron lo mejor de sí por el Club de sus amores y junto a sus compañeros de Directiva trataron de llevarlo siempre adelante con timón firme a su mejor destino.

 

Palermo completó el quinquienio en el 2007. Parados: Juan Ciganda, José Pérez Bach, Darwin Nogués, César Olivera, Andrés Muniz y Sebastián Pereyra. Agachados: Adrián Amorín, Christian Velázquez, Daniel Rodríguez, Antonio Machado, Luciano Casals y tres mascotas.

10. Un recuerdo emocionado.

 

Antes de finalizar esta reseña histórica de Palermo, que no tiene la pretensión de ser completa, quiero tener un recuerdo para aquellos palermitanos de corazón, que siempre estuvieron junto a esta querida Institución y que, lamentablemente ya se han marchado. Como es imposible nombrarlos a todos, este emocionado recuerdo lo quiero simbolizar en los nombres de Emil Rótulo (que fuera un verdadero líder, en aquel primer Palermo de Menores), “Bebe” Lombardi, Héctor Pérez (“El Manco”), los hermanos Guisado (Vigorito y “Pochito”) y  Samy  Pienica.

 

11.  El acróstico de Palermo.

 

En 1973, Palermo conquistó su tercer Campeonato dela LigaRochensede Fútbol siendo su Presidente quién esto escribe, Secretario Saúl Sosa Techera y Tesorero Miguel Angel Prieto (“Mingueche”). En plena algarabía por la conquista lograda ante grandes equipos como Nacional, Lavalleja y Artigas, tuve un momento de “inspiración” y escribí el siguiente acróstico, que luce en un cuadro enla SedeSocial:

                    

PALERMO  FÚTBOL  CLUB  CAMPEÓN

 

Porque eres humilde y de barrio.                         ¿Cómo no gritar tu nombre,

Aunque creciste y sos hombre,                              Lo más alto que podamos?

Las lonjas te dieron cantos,                                   Unidos como un solo hombre,

En las noches de candombe                                 ¡Bien arriba te llevamos!

Roncas gargantas gritaron,

Maravilladas tus triunfos

Olvidando tus fracasos.                                         Como los grandes campeones,

Amasaste la victoria,

Fueron grandes los muchachos,                            Metiendo como leones,

Unidos para fundarte,                                            Para adentrarte enla Historia.

Titanes que desde el vamos,                                  Eres humilde y de barrio,

Bien supieron alentarte.                                        ¡Oh, Palermo!, y sin embargo,

Orgullosos hoy estamos:                                     ¡Naciste para la Gloria!             

¡La Copa está en el estante!

 

 

12. La popular canción palermitana: “EL PALERMO ES COSA GRANDE”

 

Y nadie en Rocha ignora aquellas estrofas de la canción de Palermo que se han hecho tan populares y que dicen:

 

¡El  Palermo es cosa grande!

¡El  Palermo  es  colosal!

Aunque pierda o aunque gane,

¡Siempre hay algo pa´ chupar ¡

 

                                                                                                   


[1]  Redactada esta parte de la nota, accidentalmente pasamos por esa cuadra de Grito de Asencio y, con gran sorpresa, comprobamos que la placa no estaba en su lugar, quedando solamente como testigos, los dos tornillos que la fijaban a la pared. Averiguamos el motivo, y con consternación y hasta con rabia e indignación, nos enteramos que, pocas semanas atrás, al parecer luego de un partido entre Palermo y Lavalleja, los inadaptados, intolerantes, antisociales e inútiles de siempre, la habían destrozado a palos. ¡Claro! seguramente, por algún motivo, a algunos les molestaba, que aquella modesta placa recordara aquel, para nosotros, gran acontecimiento. Pero, tenemos la esperanza que pronto se pueda reponer, y en bronce

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