Por Fredy de Castro Delgado
SUMARIO: 1. Introducción – 2. Su origen, llegada al país y primeros años: un gallego en Rocha – 3. Su vida y obra en Rocha – 4. El retiro – 5. Fallecimiento – 6. Homenaje póstumo

1. Introducción

Cerdeiras fue el fundador y director del diario “La Democracia”, una de las hojas de mayor prestigio en la historia periodística de Rocha, donde se volcaron los aconteceres de esta tierra durante los últimos años del siglo XIX y el primer cuarto del siglo XX.Fue mucho lo que escribió y lo que se escribió sobre su vida periodística por lo que nuestro trabajo se remitirá a extractar de esas páginas los aspectos más significativos que nos ilustren sobre su origen, llegada al país y a Rocha en particular así como sus aportes a la sociedad rochense, la familia que conformó, el retiro de la actividad periodística, las repercusiones que tuvo su fallecimiento al poco tiempo de dejar su actividad y las diversas iniciativas de un homenaje póstumo que lamentablemente nunca ha llegado a concretarse.

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2. Su origen, llegada al país y los primeros años: un gallego de Rocha

Ramón Cerdeiras había nacido el 10 de diciembre de 1859 en Rocha, pero no nuestra Rocha sino una pequeña población de la Provincia de Lugo, Tierra Llana del Valle del Oro, parroquia de Santa Cruz, en Galicia, España. Era uno de los siete hijos del matrimonio de José Cerdeiras Álvarez con Antonia González Gómez; otros dos de sus hermanos también emigraron a Uruguay y se afincaron en San José de Mayo; allí José María fue un próspero comerciante y José Ramón un prestigioso abogado.

Llegó a Uruguay a fines de 1874 con 15 años de edad e hizo sus primeras experiencias en la labor periodística en Rocha, en el diario “La Ley”, una de las primeras publicaciones que tuvo la ciudad, el cual era dirigido por Constancio Vigil (padre) y administrado por José P. Ramela. En Rocha permaneció durante dos años y luego continuó su labor en Montevideo donde vivió los próximos quince. En la capital fue propietario y director del inicialmente semanario y luego diario “La Unión Gallega”, órgano de los intereses gallegos en las repúblicas del Plata según se autodefinía y que en su primera edición del 17 de agosto de 1881 decía: “Nuestro propósito: Nuestra divisa es la de la Patria, de esa diosa a quien adoramos, de la madre tierra cariñosa por quien suspiramos y cuyo apacible regazo en mal hora hemos abandonado por causas bien ajenas a nuestra voluntad. Nuestro lema es la unión y fraternidad de todos los buenos gallegos que hasta hace poco vagaban dispersos por esta tierra hospitalaria.

Veamos un extracto de lo que el mismo Cerdeiras, escribía en 1893, en un artículo publicado en la Revista del Centenario de Rocha sobre esta etapa de su vida y en particular sobre su llegada a Rocha:

Mis padres poseían una finca en un paraje que lleva ese nombre, situado en España, provincia de Lugo, distrito municipal de la Tierra Llana del Oro, parroquia de Santa Cruz. Llegado al país a fines del año 1874, y apenas pasados dos meses en la Capital de la República, conociendo bien poca cosa de su carta geográfica, sonó gratamente un día a mi oído el nombre de un pueblo llamado Rocha, trayendo a mi memoria infinidad de recuerdos, de una era de dichas para mi concluida. Y se me proporcionó la ocasión de conocer ese pueblo, aprovechándola con gusto, tanto por la necesidad de trabajar para vivir honestamente, cuanto porque mis frescos recuerdos infantiles me hacían simpático el nombre de Rocha. Y vine aquí, permaneciendo por espacio de dos años en el aprendizaje de la profesión a que hoy me contraigo. Retirado después, por un período de tres lustros, los gratos recuerdos de Rocha no se borraron jamás de mi memoria, y en la modesta empresa que tuve a mi cargo en la Capital, hallaron siempre acomodo de preferencia los hijos de Rocha que han llegado a solicitarlo. Una circunstancia casual me trajo de nuevo a esta mi predilecta población de la República, y a ella me place tener que dedicar los frutos de mi escaso valer, ocupando un puesto inmerecido en el seno de su cultura social, cosechando a veces algunos abrojos inherentes a la ardua misión que de­sempeño, pero también lauros que compensan con creces los escozores de aquellos. Por lo demás ¡viva Rocha! y mis recuerdos de la infancia, que ayudaron a fomentar los afectos de mi alma por esta ciudad, que llamaré desde ya” 1

3. Su vida y obra en Rocha

En 1892 retornó a Rocha donde viviría los próximos 35 años, los más importantes de su vida, creando sus dos más grandes y queridas obras, el diario “La Democracia” y su familia.

3.1 La Democracia

Según lo escribía el propio Cerdeiras, en 1892 “unacircunstancia casual me trajo de nuevo a ésta mi predilecta población de la República” donde inicialmente trabajó, como 15 años antes, junto a José P. Ramela en el diario “La Ley”. José A. Ribot en una de sus interesantes conferencias al referirse a la Plaza Independencia de fines del siglo IXX decía “Donde están los actuales edificios que ocupan el Bar Brancaccio (ahora COT) y el Juzgado de Paz (demolido, ahora casa perteneciente al Ing. Corradi) existía un rancho de tejas y luces pequeñas. Allí estaba instalada la redacción e imprenta del diario ´La Ley´, sucedido después por ´La Democracia´, que en ese mismo local fundara el veterano y verdadero periodista Don Ramón Cerdeiras”2. Luego y por muchos años estuvo instalada en 25 de Agosto y Treinta y Tres.

La Democracia vio la luz el 3 de noviembre de 1894 bajo el lema “Defensor de los principios que encarna su título y de los intereses departamentales”, “con los recursos que espontánea y generosamente me brindaron cinco respetables vecinos de este Departamento” y se emitió en forma ininterrumpida, salvo circunstancias de fuerza mayor, bajo la dirección de don Ramón Cerdeiras hasta el 31 de marzo de 1927, por casi 33 años. Luego de su retiro, la publicación prosiguió bajo la dirección de Washington Amorín hasta 1933, cuando cerró definitivamente. Fue así uno de los periódicos rochenses de más larga vida así como uno de los más influyentes.

Para poder trasmitirles en la forma más real, cual fue la impronta que fijó este diario y en particular su Director citaremos diversas opiniones que sobre su trayectoria escribieron diversos colegas y figuras públicas de la época y que son muy ilustrativas al respecto.

La Democracia fue un diario dirigido por don Ramón Cerdeiras; periodista combatiente, que volcó en sus editoriales toda su fortaleza y desde allí fustigó con valentía a hombres y regímenes. Ello determinó que a lo largo de su extensa vida al frente de esta publicación, tuviera entredichos con gente notoria de la época, entre ellos, Eduardo Acevedo Díaz.

A pesar de ser extranjero, hay que considerar a Ramón Cerdeiras como hijo del departamento, no sólo por su larga residencia en Rocha a la que llegó niño aún, puede decirse, sino también por su desinteresada actuación como periodista, al que solo atraían los asuntos relativos al adelanto de la región y a la defensa del pueblo. Así, al frente de su prestigioso y reputado diario ´La Democracia´, Cerdeiras llevó en efecto, cada día, por más de treinta años y hasta poco antes de su muerte al igual que sus antecesores y sus contemporáneos en sus respectivos periódicos, su ofrenda de sinceridad, de pensamiento y de amor al altar de la justicia y del progreso, como, realzando sus virtudes, dijera oportunamente, con singular acierto, un coterráneo nuestro, aventajado escritor y periodista: Constancio C. Vigil, digno heredero de una gran periodista, el Dr. Constancio C. Vigil3.

´La Democracia´ es uno de los diarios más antiguos que se publican en la campaña del país y cuenta en Rocha con un merecido prestigio, por su propaganda culta e independiente”4

Marca ´La Democracia´, un caso no común en el periodismo nacional, de alcanzar a tan elevado número de años, de incesante y diaria labor bajo la misma Dirección. Puede el veterano periodista don Ramón Cerdeiras, ostentar con legítimo orgullo tan señalada circunstancia, pues además de la consagración puesta en la obra, supone que su actuación ha sido merecedora del apoyo del pueblo, cuyos intereses defiende y tutela la prensa que sabe serlo. Y en ese terreno ´La Democracia´, ha sabido ponerse a tono con los deseos populares en los años que cuenta con acción diaria. Podrá alguna vez haber extremado su censura, sobre lo que juzgó criticable, pero ello no le impidió reconocer los aciertos, si ellos se produjeron, para estimularlos con su aplauso, tan caluroso como espontáneo. Por ello es que ´La Democracia´ ha sabido conquistar y mantener un elevado prestigio dentro de la prensa del país, prestigio, que sabrá conservar, pues el viejo periodista que tiene a su frente, podrá sentir día a día el paso de los años, abatiendo sus energías físicas, pero ellas no alcanzarán a menguar las briosidades de su espíritu, dispuesto siempre a la lucha en el noble apostolado de la prensa escrita. ´La Democracia´ es nuestra, forma un algo integrante de Rocha; para muchos han sido sus columnas las primeras que leyeron sus ojos; ha ido sumando años a nuestro lado y ha ido ganando día a día un rinconcito más en nuestros afectos5

Al cumplir ´La Democracia´ 30 años de vida, quiero expresarle mi admiración y mi cariño. Quienes lo hemos seguido en su larga actuación, quienes lo conocemos desde su llegada al País, sabemos perfectamente que Ud ha cumplido como un hombre de bien su misión en la tierra, y que ha amado a la patria como uno de sus hijos capaces de abnegación y de sacrificio. Yo leo siempre ´La Democracia´ con cariño y simpatía; porque es un diario sincero y bien intencionado, que ha conquistado su longevidad en buena ley; que ha ganado con justicia el prestigio de que goza. A despecho de los errores o defectos que se le señalen, nadie podrá negar que su larga vida ha sido de consagración noble y verdadera, a los intereses públicos. Tampoco a Ud le osará desconocerle las virtudes fundamentales de carácter y la inteligencia evidenciada al dilucidar los problemas básicos de la nacionalidad. Ojalá, de todos los periodistas nacidos en el País pudiera decirse lo mismo que de usted; que si nunca quiso la carta de ciudadanía, justo sería acordársela como un reconocimiento a sus méritos y servicios indiscutibles. Su periodismo ha sido tan nuestro, tan plausible y tan digno de un buen hijo de la tierra, como nuestra fue la poesía de ´El Viejo Pancho´, ese otro gallego criollo hasta la médula, digno de la gloria y que muy difícilmente será superado por los cantantes nativos. Fui su amigo cuando niño, lo soy ahora, y lo seré con honor hasta el último día de la existencia6.

Siendo apenas un golfillo, de los de honda en brazo y atrevido intento, diome la corazonada -¿intuición vocacional? – de adentrarme en la redacción de ´La Democracia´, atraído acaso por el secreto misterio que en mi mente infantil despertaba el prodigioso invento de la imprenta. Absorto, deslumbrado por el juego mágico de la impresión del diario, ayer como hoy divino arte del hombre, no observé que a mi lado estaba un anciano, en la diestra una pluma, en la siniestra un sinfín de cuartillas borroneadas. Con marcado acento hispano, en el que se notaba el énfasis de la tierra inmortal de Rosalía de Castro, inquirió los motivos de mi extemporánea visita, que, desconociéndolos, hube de guardar silencio por respuesta, mientras hablaban por mis labios mudos, mis mejillas rojas de vergüenza. El anciano, bondadoso psicólogo, tomome delicadamente de mi enmarañada cabellera y llevome junto a su mesa de trabajo. Y allí en un día inolvidable para mí, recibí la primera lección de periodismo del gran maestro de periodistas de Rocha, don Ramón Cerdeiras.

Cuando la figura singular de don Ramón Cerdeiras llegó a Rocha, sin más fortuna que la fe en su destino personal y por toda industria una cultura de autodidacta, adquirida en el duro bregar por el mundo, la ciudad vivía la vida tranquila y apacible interrumpida de vez en cuando por las lejanas fierezas de orientales que, lanza en ristre, se revelaban contra el gobierno, don Ramón, hombre de otra civilización, amante de las artes y las ciencias, hijas del esfuerzo apasionado de la inteligencia, no pudo resignarse a la beatífica serenidad ambiente, con mucho de campesina y un poquitín de beocia y quiso poner y puso, un nuevo acento, un palpitar desconocido, la ígnea pasión de difundir el periodismo moderno, que es lucha y es pelea. Desde entonces, como por arte de encantamiento, los pacíficos se volvieron inquietos y los recalcitrantes se volvieron jacobinos. Surgió el pro y el contra y el rayo flamígero de la discusión alcanzaba a unos y otros por igual y veces hubo que cayó sobre la propia cabeza de don Ramón, el terco, el temible, el furibundo polemista. Pelear era su ley, la ley de su alma inflamada de soñador y Quijote. Entre los denuestos, propios de los escenarios reducidos y en pleno aprendizaje de una nueva manera de vivir, y de pensar y de actuar, al tope, como un símbolo, la bandera inmaculada de la oposición indeclinable y radical a los gobiernos ilegales y despóticos, corruptores y corrompidos, escuela de peculados y dilapidaciones. Don Ramón, que luchaba solo, entre la amable indiferencia de los buenos y las amenazas de los réprobos, no tuvo jamás una vacilación, una cobardía, conoció las amargas horas de la pobreza, de las que salió rejuvenecido para el combate, más incisivo, más vehemente que nunca. Ni siquiera ante su compañera (alma evangélica y sin par la de doña Laura) mostró un minuto de vacilación, que pudo tenerlo, viéndose tan solo, y calumniado sin piedad, implacablemente.

Meditando hoy, en perspectiva histórica, sobre este aspecto del recio luchador de ´La Democracia´ – ¡qué bello título en aquellas épocas de Autocracia! – ha de admitirse que mucho de superior y de sublime deberían ver sus detractores por no haberse atrevido a desterrarle o encarcelarle. Pudieron hacerlo y no se animaron.7

3.2 Su familia

Fue su obra más preciada y vaya si fue exitoso en su construcción. Ramón Cerdeiras se casó en Garzón el 12 de febrero de 1898 con Laura Ramela Florencio, nacida en San José de Mayo el 5 de diciembre de 1875. Laura era hija de un conocido caudillo nacionalista Ramón Ramela, que al quedar viudo se había trasladado a Rocha con varios de sus hijos.

De dicho matrimonio nacieron 6 hijos, Daoiz Ramón (1898), María Antonia (1901), Velarde José (1903), Laura Pacificación (1904), Blanca Margarita (1906) y Ruiz Eulogio (1909) todos de destacada actuación en sus diversas actividades. Por la trascendencia pública de su actuación se destacaron Daoiz, un brillante abogado, diputado nacional e integrante del directorio del Partido Nacional y Velarde quien fuera Presidente de la Suprema Corte de Justicia en la década de los ´70.

Don Ramón y Doña Laura con sus hijos de izq. a der.  Blanca, Laura, Daoiz, Antonia, Velarde y Ruiz

Don Ramón y Doña Laura con sus hijos de izq. a der.
Blanca, Laura, Daoiz, Antonia, Velarde y Ruiz

4. El retiro

En marzo de 1927 impulsado por su familia y sus achaques físicos decidió abandonar la Dirección del diario y retirarse a descansar.

Así se lo comunicaba a sus lectores:

Tengo que comunicarles la nueva que un Congreso de familia reunido en la playa de Agua Dulce, de este departamento, decidió que, indefectiblemente, después del 31 del mes actual, yo me retire al descanso y a cuidar de mi salud, un tanto quebrantada de algunos años a esta parte. Al acatar la resolución de nueve miembros de familia – aunque contra mi expresa voluntad – después de 48 años de actuación modesta en el periodismo, de los cuales algo más de 32 los consagré a esta hoja, que inicié el día 3 de noviembre de 1894, con los recursos que espontánea y generosamente me brindaron, cinco respetables vecinos de este departamento, y que sin haber adquirido otros bienes de fortuna, que el de formar una familia y ponerla en condiciones de poder ser útiles así propios y a las sociedades en que les toque actuar, quisiera disfrutar otra gran satisfacción, retirándome al descanso sin dejar otras deudas en pos de mi actuación, que la de gratitud inextinguible, para cuantos me ayudaron en esta empresa, en la cual se hallarán quizá muchos errores – ya que formo parte de la flaca humanidad – pero jamás un acto que mi conciencia me acuse de haber faltado a la sinceridad.”8

Y así se despedía en su última edición como Director el 31 de marzo de 1927:

Me despido, pues, enviando un estrecho abrazo a todos los que buenamente supieron interpretar la pureza de mis ideales y la nobleza de mis aspiraciones, brindándome su aplauso y su pecuniario contingente para poder sostenerlos y divulgarlos, desde esta modesta tribuna del periodismo.”9

De las repercusiones que su retiro provocó en la sociedad rochense y en sus colegas destacamos:

Periodista de los madrugadores y esforzados fue don Ramón Cerdeiras actuando casi siempre contra la corriente. Para los que conocen la historia del país de 48 años a esta parte y saben lo que es hacer periodismo en los medios rurales, demás estará explicar lo que eso significa. Don Ramón Cerdeiras era en ese sentido, de los pocos que quedaban, diestro en dar y recibir golpes, aunque principalmente en darlos. De él podríamos decir, como ayer un compañero nuestro decía de Primo de Rivera, que si no lo mataron no fue por culpa suya. El único beneficio que ha cosechado don Ramón Cerdeiras, en sus 48 años de periodismo, ha sido formar una familia. El mismo lo declara públicamente, muy conforme. Parece que no pretendía más, como buen periodista que es, lo mismo que si dijéramos como buen pobre”.10

Ramón Cerdeiras

Ramón Cerdeiras

5. Fallecimiento

Al poco tiempo de dejar la dirección de “La Democracia” se mudó a Montevideo para estar más cerca de sus hijos y cuidar mejor de su salud pero tres años después, el 18 de marzo de 1930, a los 70 años abandonaba esta vida. Su deceso causó honda congoja entre familiares, amigos, colegas y en la sociedad rochense y hubo un sin número de artículos que se refirieron con conceptuosos elogios a su obra y su personalidad. Fueron compendiados en un librillo “A la memoria de Ramón Cerdeiras – Corona Fúnebre”, que se halla en el Museo Regional de Rocha, y del mismo escogimos, entre muchos el mensaje de despedida de su propio periódico“La Democracia” y un panegírico sobre su vida y obra realizado por Constancio C. Vigil.

Don Ramón Cerdeiras. Falleció hoy en Montevideo.

En las mismas columnas de este diario que el viejo periodista dirigiera en larga y cruenta jornada nos toca hoy consignar la dolorosa nueva de su deceso después de larga y penosa dolencia que poco a poco fuera dominando su antes fuerte organismo. Cae con Don Ramón Cerdeiras el temperamento fuerte de los cruzados del pensamiento que atravesaran las peores épocas, épocas de hierro que nos acercaron al dominio pleno de nuestra cultura democrática. Batallador constante, firme, valeroso, mantuvo el baluarte del derecho en las horas sombrías de nuestro pasado histórico. Viejo capitán de la causa de Gutenberg hubiera muerto en el puesto, si circunstancias muy especiales no hubieran influido, llevándolo a un retiro obligado, para descansar un poco en el atardecer de su vida, toda ofrecida a la causa del pueblo, al trabajo sin tregua, como aquellos apóstoles de antiguo temple, serenos en su peregrinaje hacia el ocaso de su vida, altamente cumplida su misión, frente al último sol de su existencia fecunda en el esfuerzo, en el pensamiento y en el corazón.

La Democracia’ fue su tribuna más amplia en el largo transcurso de más de tres décadas de batallar incesante. Mucho antes de la fundación de este diario Don Ramón Cerdeiras había hecho escuela de periodistas fundando otros órganos de publicidad en otras partes del país, donde aguzó su pluma para sostener campañas denodadas en bien del progreso nacional.

Español de origen, supo identificarse con el ambiente nuestro en el cual convivió casi toda su vida formando en Rocha un hogar ejemplar del que fue dignísimo jefe.

En nuestro medio social el señor Cerdeiras tuvo actuación destacada por lo cual su deceso, aunque esperado, ha causado profundo pesar. Su desaparición constituye para el Departamento de Rocha, cuyos intereses defendiera durante largos años de su vida, una irreparable pérdida.

Periodista de garra, ciudadano ejemplar, su vida fue ejemplo de trabajo y de acrisolada honradez. ‘La Democracia’ rinde hoy, en estas líneas trazadas rápidamente ante la confusión y pesar que la muerte de su fundador producen, el homenaje de su profundo duelo, expresando a la familia del extinto don Ramón Cerdeiras sus más sinceras condolencias.

Duerma en paz su último sueño el valeroso y noble viejo periodista, mientras en el peregrinaje de la vida que sigue perpetuemos su honrada memoria, depositando sobre la tumba que se abre, las flores simbólicas del recuerdo eterno.” 11

Ante su fallecimiento Constancio Vigil expresó:

Ramón Cerdeiras: Su vida, su obra y su riqueza.

Bajo la dictadura de Latorre, un periódico levantaba su voz contra el tirano: era “La Ley”, que aparecía en Rocha, cuyo director, mi padre, vivía bajo la continua acechanza de individuos encargados de asesinarlo. Fue allí en la imprenta de ´La Ley´ baluarte contra la tiranía, donde, casi niño aún, se inició en la vida periodística Ramón Cerdeiras, y donde su noble espíritu, predispuesto ya para la hidalguía y la rectitud, aprendió la lección inolvidable del periodismo honesto. Mientras otro gallego, “el Viejo Pancho” en el departamento limítrofe, Maldonado, era el primer poeta criollo de su época, el gallego Cerdeiras, en Rocha, encarnaba como director de ´La Democracia´ al periodista abnegado, que defendía al terruño con toda su alma y con toda su vida. Para juzgar la parte esencial e intrínseca de un hombre, no es lo importante el cómputo de sus aciertos y de sus errores, ´La Democracia´ gozaba de merecidos prestigios en todo el país, porque era notoria la buena fe, la intención sana, el amor a Rocha y a la patria de su director.
Personalmente, tuve siempre gran estimación y profundo cariño por don Ramón Cerdeiras, y estos sentimientos se mantuvieron inalterables desde mi niñez hasta su muerte.

No eran sus ideas lo que me seducía. Al leer sus escritos, no veía yo lo circunstancial en las opiniones que vertía, lo que me gustaba era la imparcialidad, la valentía, la tozudez, con que aquel hombre sostuvo sus principios y sus convicciones, a través de todas las dificultades y de todos los peligros. Con ejemplar desinterés nos dio su vida, al dársela a nuestro querido Rocha.

Procedió siempre con la convicción profunda de obrar con justicia, y esto nos basta a cuántos verdaderamente lo conocimos para honrar su memoria.

Poco antes de su muerte, fui a visitarlo. Lo encontré noble y bueno como siempre, dulce y comprensivo como lo era en la intimidad, lleno de amor y de ternura para nuestro pueblo, sin reproches para nadie, sin amargura, sin quejas. Llegó así a la vejez sin envejecer por dentro, adorado por su compañera y sus hijos, respetado y querido por cuantos apreciaron su bondad escondida en su indomable bravura de periodista.

A mí me hubiera gustado que don Ramón Cerdeiras durmiera su último sueño en Rocha. También el debió desearlo, pues me habló de su anhelo, siempre vivo de pasar allá los últimos años. Pero no importa: Su espíritu está en Rocha y su recuerdo, vive en nuestra memoria como parte integrante del terruño. No olvidaremos nunca, ni olvidarán los rochenses del futuro, al modesto, honrado, sincero, valiente y leal director de ‘La Democracia’.

La virtud, el carácter, la inteligencia y el desinterés que trajo desde su gloriosa patria, fueron los únicos tesoros que ambicionó y poseyó. Mientras otros se enriquecían en faenas mercantiles, él siguió siempre pobre, enamorado de sus ideales, considerando al periodismo como un apostolado. Esa, la de su alma, fue toda la riqueza que guardó y la única que tenía al morir.

En días ya lejanos, cuando la lluvia tornaba intransitables las calles de nuestro pueblo, don Ramón Cerdeiras, llevaba cargados uno por uno a sus hijitos hasta la puerta de la escuela, para que no perdiesen la jornada de labor. Igualmente, a través de todos los obstáculos y de los diversos tiempos, llevó en sus varoniles brazos su diaria ofrenda de sinceridad, de pensamiento y de amor, al altar de la justicia y del progreso.12

6. Homenaje póstumo

A lo largo de los años han sido diversas las iniciativas de rendirle un justiciero homenaje al noble periodista pero lamentablemente ninguna de ellas ha cristalizado.

Mencionamos algunas:

Ahora que el pueblo rochense conmemora un acontecimiento tras­cendental de su historia y en que las ondas oceánicas le traen sus albos mensajes de las riberas de todos los pueblos del mundo, como ayer le trajeran la recia personalidad de don Ramón Cerdeiras, caballero andante del periodismo moderno y maestro de carácter, yo evoco la figura sublime de uno de los hombres que más hicieron por la grandeza moral de Rocha. La Ciudad, llena de júbilo y algarabía sometida a la mirada curiosa de los extraños no podría volcarse con la fe de la gratitud sobre el recuerdo del Periodista. Pedir un homenaje de esta índole en horas de aturdimiento sería contraproducente. Pero cuando se retorne a la serenidad, y buscando perpetuar en la historia local la emoción de este año singular, se quiera dejar un símbolo preñado de enseñanza y que no pasará, el nombre de don Ramón deberá figurar a la entrada de la ciudad con un título, para él, el más preciado y rico”13

Hoy pedimos un homenaje que tiene para nosotros el doble sentido de reverenciar a un viejo y querido vecino de muchos años de Rocha, al cual estábamos vinculados por lazos de familia y por haber sido un gran periodista, con las virtudes y los defectos de quien debe volcar diariamente en las carillas blancas, su opinión sincera, el comentario ajeno, la noticia intrascendente, para satisfacer o chocar con los insaciables lectores. Sí, nos referimos a don Ramón Cerdeiras. Al valiente gallego que durante largos lustros, puso en su ‘Democracia’ aquellas virtudes y aquellos defectos, es decir su personalidad de Hombre. Y cuán difícil es ser hombre. Al que combatió con su apasionada manera heredada de las normas españolas todo lo que consideró malo, pero aplaudió y apoyó sin recelos ni violencias morales, aquello que era digno, aunque no estuviera dentro de su particular manera de pensar. El 18 de marzo se cumple 1 año más de su fallecimiento. En esta oportunidad debe iniciarse un movimiento que, más tarde, se concrete en un justiciero homenaje de Rocha a quien tanto luchó por Rocha.”14

Por demás estaría decir que adherimos de la manera más decidida a ese homenaje al gran luchador desaparecido. Nos correspondió, como gráficos, estar al servicio del señor Cerdeiras y mantenemos el recuerdo de su bondad, de su honradez y de su consideración permanente hacia todos los empleados. Más tarde ya, iniciados nosotros en las lides periodísticas merecimos siempre de don Ramón Cerdeiras igual consideración y hasta generoso estímulo para seguir escribiendo para el público. ´La Palabra´ cumple un deber, que considera de la mayor justicia, adhiriendo al homenaje proyectado a la memoria de don Ramón Cerdeiras.”15

Al excelente periodista desaparecido, don Ramón Cerdeiras, pluma rochense, que en años duros y difíciles para la prensa, supo ser cumbre y guía de un pueblo, que tanto le debe. Nos adherimos con entusiasmo a la idea.”16

El homenaje a más de 80 años de su muerte no se ha concretado. Ya es tiempo que llegue. El pueblo de Rocha le sigue debiendo un reconocimiento a este gran hombre que tanto hizo por su dignidad y porvenir en tiempos pioneros

REFERENCIAS:

1 Revista Centenario de Rocha, Número Único,31 de diciembre de 1893 – pág. 12 y 13

2 Estampas del Rocha que fue – José Anacleto Ribot – Revista Histórica Rochense No. 4 pág. 239

3 Ensayo de una Bibliografía, Cartografía e Iconografía del Departamento de Rocha – 1516 – 1945”, Antero Urioste, pág. 370 y 371- Barreiro y Ramos

4 La Democracia”, transcripción de nota del diario “La Palabra” al cumplir La Democracia 29 años en noviembre 1923

5 La Democracia´’, transcripción de nota del diario “La Voz” al cumplir el diario 29 años de edición – noviembre 1923

6 La Democracia”, carta de Constancio Vigil fechada en Buenos Aires, 8 de Noviembre de 1924 al cumplir el periódico 30 años

7 Ramón Cerdeiras – Su vida y su obra” – Carlos A. Vigliola, 23 de diciembre de 1943

8 La Democracia” – “A los favorecedores de La Democracia”, marzo de 1927

9 Sin vértigos en la mente ni miedos en el corazón”, “La Democracia” – 31 de marzo de 1927

10 Diario Español”, “Después de 48 años de periodismo” – Montevideo, abril de 1927

11 La Democracia”, 18 de marzo de 1930

12 “A la memoria de Ramón Cerdeiras – Corona Fúnebre”, pág. 3 a 5- 1931

13 Ramón Cerdeiras, Maestro de Periodistas” – Carlos A. Vigliola (dic 1943) en ocasión de los 150 años fundación Rocha

14 “El Este”, 18 de marzo de 1947

15 “La Palabra”, 18 de marzo de 1947

16 “El Lascanense”, marzo de 1947

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